Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

10 ene 2012

Unos Premios Goya reñidos y muy emocionantes

Será una gala reñida la que se celebre el próximo 19 de febrero. Aunque hay una película, La piel que habito, de Pedro Almodóvar, que parte como favorita con 16 candidaturas, los competidores la siguen tan cerca, con tanta fuerza y tanta variedad en las propuestas que puede pasar cualquier cosa.
El drama de Almodóvar se enfrentará al thriller policiaco No habrá paz para los malvados, dirigido por Enrique Urbizu, que parte con 14 candidaturas, a la sorpresa del día, Eva, del novel Kike Maíllo (12), a un western, como es Blackthorn, sin sentido, de Mateo Gil (11), y a todo un viaje a nuestro pasado más trágico con La voz dormida, de Benito Zambrano, que ha conseguido nueve nominaciones. Todo está abierto para la ceremonia de los XXVI Premios Goya que se celebrará de nuevo en el Palacio Municipal de Congresos y será dirigida por Eva Hache
Ha habido esta mañana grandes sorpresas durante la lectura de las candidaturas en la Academia de Cine, una de las más concurridas de los últimos años, realizada por los actores Lluís Homar e Inma Cuesta.
La primera, que ellos estaban entre los candidatos, como mejor interpretación masculina de reparto por Eva y como mejor actriz protagonista por La voz dormida, respectivamente.
Han intentado estar fríos pero no lo han conseguido del todo, ayudados es verdad por el aplauso de los asistentes.
Otra de las novedades ha sido la de que el realizador neoyorquino Woody Allen es candidato a mejor guion original por Midnight in Paris, y la de que la película que ha salvado a la taquilla del cine español en este año, Torrente IV, de Santiago Segura, no ha conseguido rascar nada. Eva, ese filme pequeñito sobre robots que firma Kike Maíllo y que ha pasado casi desapercibido en la taquilla, se ha desayunado esta mañana con el espaldarazo de los miembros de la Academia. Parece que el público y la Academia miran a sitios diferentes.
Así lo han reconocido Benito Zambrano, director de La voz dormida, y Mateo Gil, realizador de Blackthorn, sin destino, dos filmes que han tenido grandes dificultades para hacerse un digno hueco en la taquilla.
"Da mucha pena que una película no se vea, pero te anima que tus compañeros la premien con estas candidaturas. Es una especie de reafirmación.
Nos pone de nuevo en marcha", ha confesado Gil, mientras Zambrano reconocía, sincero, que sí se esperaba mayor aceptación por parte del público. "Está claro que el espectador va a ver la película que quiere", ha añadido el director de La voz dormida, que será reestrenada en breve. También se está ya estudiando la proyección de nuevo en los cines de Blackthorn, sin destino.
El día de hoy ha sido también el del gran abrazo público entre los hermanos Almodóvar y la Academia de Cine, institución a la que regresaron el pasado mes de abril después de siete años de distanciamiento y malos rollos
. En palabras de Agustín Almodóvar -su hermano Pedro está en Nueva York, camino de Los Ángeles, donde el próximo domingo asistirá a la ceremonia de los Globos de Oro, en los que su película es una de las candidatas- "es un gran halago por parte de los miembros de la Academia estas 16 candidaturas. A Pedro, cuando se entere, le va a hacer una gran ilusión.
La Academia nos ha dado hoy una bienvenida generosa", ha dicho, francamente conmovido.
Los cuatro filmes que competirán al gran premio de los Goya, el de mejor película, (La piel que habito, Blackthorn, sin destino, La voz dormida y No habrá paz para los malvados,) lo harán también en el apartado de los directores (Pedro Almodóvar, Mateo Gil, Benito Zambrano y Enrique Urbizu).
Será, como ha recordado Agustín Almodóvar, un momento de tensión interesante, ya que son cuatro grandes propuestas y bien diferentes. "Todas son buenas opciones y de gran calidad", ha añadido el productor de El deseo.
José Coronado (No habrá paz para los malvados), Daniel Brühl (Eva), Antonio Banderas (La piel que habito) y Luis Tosar (Mientras duermes) competirán por el premio al mejor actor protagonista, mientras que el galardón para la mejor actriz saldrá de Verónica Echegui (Katmandú, un espejo en el cielo), Salma Hayek (La chispa de la vida), Elena Anaya (La piel que habito) e Inma Cuesta (La voz dormida).
Buena acogida
Una de las propuestas mejor acogidas en la sala de la Academia de Cine fueron las dos candidaturas para el filme de animación Arrugas, basado en el cómic de Paco Roca, quien también figura entre los nominados a mejor guio adaptado.
La noche del 19 de febrero se presenta por tanto interesante y plagada de nervios. Enrique González Macho, presidente de la Academia, dice que será un día emocionante porque van a ser muy reñidos.
"Son películas muy diversas pero muy inteligentes. Lo malo es que no podamos dar un Goya a cada una".

He estado en el Escorial y es cojonudo por Juan Cruz

"¡He estado en El Escorial y es cojonudo!"

Hay quienes preguntan qué libros han de leer, para empezar; son en general jóvenes, pero los hay también personas mayores, o maduras, o camino de madurar, que han descubierto el placer de la lectura y quieren más; o hay quienes aún no han llegado a ese estadio del conocimiento de ese placer y quieren experimentarlo; tal como va la vida, a la velocidad que se desarrolla el abandono tácito de la lectura como entendimiento de la vida, o como placer, un día habrá cursillos, y no sólo en las escuelas, en los que se imparta esa buena nueva: leer es bueno, para la salud y para la vida.
Y para entender mejor qué pasa, para defendernos de lo que pasa.
En todo caso, hay gente que pregunta, y a veces me preguntan a mi mismo
. Les digo, muchas veces, que lean dos libros que muchas veces recomiendo aquí, Pura alegría, de Antonio Muñoz Molina, y La verdad de las mentiras, de Mario Vargas Llosa; de manera sistemática en el libro de Vargas Llosa y de forma más sentimental, más abierta, en el de Muñoz Molina, los dos autores hacen recorridos muy suculentos sobre lo que ha sido y está siendo su aventura de leer, sobre todo, la escritura del siglo XX, desde Kafka a Hemingway, desde Scott Fiztgerald a Malraux o a Albe; Vargas Llosa, en concreto, hace una lista de obras fundamentales para él y que son esenciales para entenderrt Camus.
Y de esos libros que él cita, yo subrayo siempre dos a los jóvenes (y a los que no lo son) que están buscándose libros para su estantería personal: El extranjero, de Camus, El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald.
La lectura es como un cesto del que vas sacando regalos, o sugerencias de regalos; un libro te lleva al otro, y éste te mete en otro abismo sabroso.
Ahora me ha sucedido. En primer lugar, con las memorias, a veces abruptas, siempre bien informadas, a veces melancólicas, muchas veces injustas, sin duda difíciles de asimilar en algún tramo, de Christopher Hitchens, el periodista y filósofo (y polemista) inglés que murió en diciembre y cuyo libro publicó Debate.
Ese libro me llevó al libro de Martin Amis sobre Stalin (Koba el Temible, Anagrama), y también a Nada que temer, las memorias de Julian Barnes publicadas también por Anagrama. Ambas obras son citadas por Hitchens, y me fui a los originales, a seguir una especie de conversación necesariamente interrumpida entre el autor fallecido y estos dos autores que fueron cómplices (hasta cierto punto) de los mismos almuerzos ahora ya definitivamente imposibles.
Y algo parecido me ha sucedido con Azorín, el enflaquecido (y desaparecido) autor de nuestra adolescencia, el que cubrió de párrafos nuestros ejercicios de redacción y que luego ya no nos ha dicho nada, evidentemente no desde la tumba, pero tampoco desde los libros.
Pues me empeñé en leerlo estas vacaciones, y me llevé varias sorpresas, y sobre todo una, su libro Una hora de España, que nace de su intervención como nuevo académico, en 1924, y que supone un grado mayor de la literatura de la observación, una verdadera obra maestra de la que sin duda hablaré más adelante, aquí o en otro sitio.
Y leyendo ahora a Azorín, redescubriéndolo, me acordé de una célebre anécdota del humorista José Luis Coll. Fatigado, Coll llegó al atardecer al Café Gijón de Madrid, acudió a la zona de su tertulia y antes de sentarse exclamó:
--¡He estado esta mañana en El Escorial y es cojonudo!
Pues eso sentí leyendo a Azorín, como si acabara de aparecer, como si fuera una novedad. Leer a Azorín como si acabara de aparecer. No es mala experiencia. rejuvenece.
Como ir a El Escorial y simular que acaban de construirlo. Así es releer, me parece. Un placer, el placer del reencuentro.

9 ene 2012

De niña jugaste en la Playa

Supongo que, como yo,
de niña jugaste en la playa,
y puede que escondido
entre sus amargas aguas
yaciera tu primer amor.
Puede que, como los versos
del querido cantautor,
acabase ahogado
entre la espuma
a golpe de roca,
pero lejos del Mediterraneo,
en la fría alma del Atlántico.
El océano del verde espejo
que separa las profundidades
en las que me ahogo
del celeste cielo
en cuyo seno alzas el vuelo.
Supongo que, como yo,
a diario miras su oleaje,
dejando atrás soledades,
y el vacío de la mar bravía.
Sólo,pues, nos separa
esa breve lengua arenosa
sobre la que posamos
húmedos nuestros piés.

Desmontando a La Pepa

La Constitución de 1812 fue un icono liberal, que celebra su bicentenario aligerada de su halo mítico por los historiadores.

A La Pepa le ocurrió lo que a James Dean.
Murieron jóvenes, cargados de promesas y alcanzaron similar podio: tanto el protagonista de Al este del Edén como la Constitución de Cádiz de 1812 son mitos en sus respectivos parnasos.
¿Fueron en realidad el mejor actor de su generación y el arranque de la democracia en España? Dean aparte, los historiadores tienen una respuesta clara a propósito de la Carta Magna de 1
La protección del individuo es una de las premisas jurídicas del texto
"Fue mítica a pesar de que estuvo pocos años vigente porque marcó dos pasos decisivos que son la base del sistema político liberal: la soberanía nacional y la división de poderes", reflexiona Emilio La Parra, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante.
"No se puede decir que es el inicio de la democracia, porque no reconoce derechos políticos a todos, excluye a las mujeres, a los indígenas, a los negros y a los esclavos, pero probablemente sea uno de nuestros textos jurídicos referenciales", añade.
El Consorcio del Bicentenario de la Constitución de 1812 conmemora con múltiples actividades los dos siglos desde la aprobación de un texto que, según el presidente del organismo, Francisco Menacho, "estableció que las personas dejasen de ser súbditos y pasasen a ser ciudadanos".
Por vez primera la soberanía reside "en la nación", aunque el catedrático La Parra aclare que la soberanía "popular", base de la democracia, no se reconoce hasta 1931.
A la efeméride se llega después de unas décadas de revisiones historiográficas que han puesto las cosas en su sitio. En 1812, como ya se ha dicho, no nació la democracia aunque se asentaron pilares de un modelo político que rompía con el antiguo régimen.
A pesar de que solo se aplicó 15 meses en un territorio que convalecía de una guerra de liberación contra Napoleón y, de nuevo fugazmente, entre 1820 y 1823, se incrustó en el imaginario liberal y popular como icono de la libertad. "Tiene una carga simbólica muy fuerte, durante el XIX y el XX encarnó una idea del mito democrático, aunque tuviese resabios del siglo XVIII", sostiene Isabel Burdiel, premio Nacional de Historia en 2011 por su biografía sobre la reina Isabel II (Taurus).
"Es una Constitución que hace de puente, se plantea los derechos y la idea de ciudadanía (masculina), pero su mundo de reflexión pertenece al XVIII", añade.
"Hoy sabemos que la Constitución se lee mucho más acertadamente si se advierte que en ella hay más de mantenimiento del tradicional mundo de las corporaciones y de los pueblos del antiguo estado jurisdiccional, que de establecimiento de un Estado liberal de nueva planta", plantea Javier Barrientos, miembro de la Academia chilena de la Historia.
Del pasado se arrastra igualmente la monumental injerencia eclesiástica: la nación se declara católica, se prohíbe el culto de cualquier otra religión y se otorgan fueros privilegiados al clero.
Sobre La Pepa, mote acuñado por la fecha de su aprobación (19 de marzo de 1812, san José), elegida a su vez como guiño al rey Fernando VII que arrancó su reinado el 19 de marzo de 1808, han corrido algunos bulos históricos inherentes a los mitos.
A la ya falsa idea de que fue la primera constitución democrática española, se suman otras como la prohibición de la Inquisición. Emilio La Parra, que hizo su tesis doctoral sobre el tema, es rotundo: "Es mentira. La Inquisición se suprime el 23 de febrero de 1813, casi un año después, aunque es verdad que los diputados se plantean la supresión de la Inquisición tomando como punto de partida la Constitución de 1812".
En su artículo 303, la Carta Magna aprobada en Cádiz prohibía expresamente las torturas a los detenidos, lo que casaba mal con las técnicas usadas en procesos inquisitoriales. La protección del individuo es una de las premisas jurídicas que recorre el espinazo del texto gaditano.
En España, sin duda supone la primera consagración de los derechos humanos (entendidos en su contexto histórico, esto es, sin mujeres, negros ni indios).
Se reconocen la libertad de expresión e imprenta y otros derechos como el de propiedad o la seguridad personal. Se establece como objetivo del Gobierno "la felicidad de la nación".
"La consecución de la felicidad es una de las utopías de la Ilustración", explica Alberto Ramos, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz y coordinador de un proyecto de investigación de historia comparada. "Cádiz se convirtió en una escuela política que influyó en América y Europa, como modelo de un país que lucha por su independencia contra un ejército invasor y al tiempo es capaz de hacer una revolución política", indica Ramos.
Para el historiador chileno Javier Barrientos, el momento más relevante para la América hispana arranca con la convocatoria de las Cortes porque introduce la discusión política entre las élites para elegir a sus diputados y porque el debate sobre la Constitución permite discutir "cuestiones americanas que habían permanecido en el olvido: se es consciente de la existencia de una mayoría de población indígena respecto de la cual hay que tomar una posición política frente a su declaración como ciudadanos, se es consciente de la diversidad americana, de la existencia de castas, se es consciente del peso económico de América en la monarquía...". Contribuyó en muchos casos, añade, a los procesos de independencia.
En el caso de Chile, fue uno de los textos que nutrieron la Constitución liberal de 1828. Hasta aquí lo real, pero el mito tuvo tal auge que hasta Albert Camus situó en el Cádiz de la época su obra El estado de sitio.