Tu luz: tus palabras,
que me acarician
sílaba a sílaba
como las olas
de tu marea
llegando a mi playa.
Y cuando creía
que naufragaba
en tus palabras
resultó que me bañaba
en la ondulante melodía
con la que hablas.
Pude escucharla
íntima y asustadiza,
seriedad inédita,
sin saber si tus labios
con lapiz rojo pintabas
y si pronunciabas
el verbo inconforme
del amor de desamores
con mayor audacia.
Sin luz,
sin tus palabras,
no hay vida,
no hay nada.
Sin tus palabras
lúcidas y claras,
no hay luz,
me quedo sin alma.
En el fondo
fueron palabras vanas,
pero tras ellas,
como las olas,
esperé que llegaran
inevitables, de tu boca,
ondulantes y moduladas
nuevas palabras.
que me acarician
sílaba a sílaba
como las olas
de tu marea
llegando a mi playa.
Y cuando creía
que naufragaba
en tus palabras
resultó que me bañaba
en la ondulante melodía
con la que hablas.
Pude escucharla
íntima y asustadiza,
seriedad inédita,
sin saber si tus labios
con lapiz rojo pintabas
y si pronunciabas
el verbo inconforme
del amor de desamores
con mayor audacia.
Sin luz,
sin tus palabras,
no hay vida,
no hay nada.
Sin tus palabras
lúcidas y claras,
no hay luz,
me quedo sin alma.
En el fondo
fueron palabras vanas,
pero tras ellas,
como las olas,
esperé que llegaran
inevitables, de tu boca,
ondulantes y moduladas
nuevas palabras.