Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

16 jun 2011

La Noche Fantin-Latour.

Este blog Acceso desde aquí Blogs amigos Internet


Este blog

Acceso desde aquí

.Blogs amigos

.Internet

.

Cargando...

Mostrando las entradas más recientes con la etiqueta Pintura Mostrar las entradas más antiguas Mostrando las entradas más recientes con la etiqueta Pintura Mostrar las entradas más antiguas8 de mayo de 2011

La Cosecha - Jules Bastien-Lepage





Jules Bastien-Lepage (1848-1884)

La cosecha 1877

Óleo sobre lienzo

Alt. 160; Anch. 195 cm.

Museo d'Orsay. París





Jules Bastien-Lepage "nieto de Millet y de Courbet", según Zola, Jules se hizo un especialista con escenas agrestes, lejos de los remilgos pastorales que abundaban en esa época. La Cosecha generó el entusiasmo de Zola, que veía en este, la obra maestra del naturalismo en pintura.



De hecho ya estamos lejos de la Siesta de Millet. El artista traduce, a su vez, con fuerza, la epopeya del campo francés, y describe a los campesinos en su simplicidad como en sus pesares: la mujer joven sentada en el primer plano, muestra en su rostro una expresión azorada, marcada por el agotamiento. La escena fue inspirada por un poema:

"Habiendo formado su lecho encima de un montón de hierba fresca,

El cosechador tumbado, duerme con los puños apretados.

Sentada a su lado la cosechadora morena,

Sueña con los ojos cerrados, aturdida y embriagada [...]."



Se puede medir hasta que punto el cuadro va más allá de este anodino texto. Fue además todo un éxito en el salón de 1878. La composición es atrevida: la línea del horizonte es inhabitualmente alta, dejando el heno epónimo "semejante a una tela de un amarillo muy pálido, tejida de plata ", ocupa la mayor parte del lienzo. Estos efectos de perspectiva acelerada, la clara paleta, la enmarcación enfocada hacia los personajes, constituyen señas de modernidad, en el mismo seno del naturalismo.

Quizás también le interese:

Pintura Rupestre Pintura Egipcia La Luz de Sorolla inunda El Prado LinkWithin Enviado por Grandolina 10 comments

Categorías: Pintura

17 de abril de 2011

La Noche - Henri Fantin-Latour









Durante mucho tiempo se ha pensado en una influencia procedente de la música de Wagner, para este cuadro inhabitual en la obra de Fantin-Latour.
Pero parece ser que el artista hubiera pintado aquí una figura de pura imaginación, envuelta por reflejos y vapores azulados y plasmada, de una manera muy libre, en una pasta ligera. Este efecto de luz crea, en la parte izquierda del cuadro, una zona abstracta, informal, sin contornos, a la manera de un Turner o de una Debacle de Monet, mientras que el velo está pintado por regueros de azul, de carmín, de amarillo, mezclándose directamente en el lienzo como en Renoir".



La flexibilidad de la pincelada, la fluidez, la ligereza y la poesía de este lienzo, asegurarán a Fantin el éxito crítico y el reconocimiento de los sectores oficiales.
 Gustave Geffroy escribe: "La Noche: jamás cuerpo de mujer descansó más suavemente en un cielo de pintura, encima de nubes blandas y enrolladas como olas".

Museo d'Orsay. París
 
 
 

El mar no sabe bailar ni dormir más que desnudo.


La vida es el elixir de la muerte, por eso la muerte no envejece jamás.
 El mar no sabe bailar ni dormir más que desnudo.
 Amor: eternidad que dura un solo instante.
 Odio: instante que dura como si fuera eterno.
La playa usa el tiempo para permanecer sentada.
 Las olas usan el tiempo para permanecer en movimiento.
 La alegría tiene alas pero no tiene cuerpo.
 La tristeza tiene cuerpo pero no tiene alas.
La rosa es la estación del ojo, su perfume, la estación del corazón.
 Ola: guitarra cuyas cuerdas son las playas.
 El desierto se fue lejos por amor al sol.
Así se quemó.
La ceniza tiene siempre mirada de despedida.
El fuego tiene siempre mirada de encuentro.
Jardín: mujer cuyo cuerpo es la tierra y la hierba el vestido.
Rosa: barco que navega por el aire con un solo pasajero: el perfume.
¿Es pecado el deseo? Tal vez, a veces.
Pero el placer

es siempre casto.





Adonis (Ali Ahmad Said)

TU MIRADA



¿No eres más que una imagen? ¿No eres tan verdad

como esas estrellas, como esta tierra?

Ellas palpitan con el ritmo de las cosas,

pero tú estás inmensamente aislada

en tu inmovilidad, ¡pintada forma!

Un día, tú andabas conmigo;

y tu aliento era cálido y tus miembros

cantaban vida.

Mi mundo encontró tu habla

en tu vozy tocó mi corazón con tu cara.

De repente, se detuvieron tus pasos,

del lago de la sombra de Parasiemprejamás,

y yo seguí sola.

La vida, igual que un niño, corre y ríe,

sacudiendo su carrera de muerte;

y me llama por señas,

y yo voy tras lo invisible.

Pero tú sigues de pie ahí donde te quedaste quieta,

detrás de esa tierra y de esas estrellas,

y eres solo una imagen.

¡No, no puede ser! Si el fluir de la vida

se hubiera detenido parado del todo en ti,

detendría su corriente el río y su pie la aurora,

en su cadena de colores.

Si el relumbrante crepúsculo de tu pelo

se hubiese perdido en la oscuridad sin esperanza,

la sombra de arboleda del verano moriría,

con sus sueños.

¿Puede ser verdad que yo te olvide?

Nos apresuramos sin hacer caso,

olvidando las flores en el seto del camino;

pero ellas respiran, inadvertidas,

dentro de nuestro olvido, llenandolo de música.

Es que tú te has mudado de mi mundo,

para sentarte en la raiz de mi vida;

y por eso es este olvidar, recuerdo perdido

en su propio abismo.

Ya tú no estás ante mis canciones,

sino que eres ellas.

Viniste a mi con el rayo primero de la aurora

y te perdí con el último oro del anochecer.

Desde entonces, estoy siempre

encontrandote por la oscuridad.

No, no eres solo una imagen.

R. Tagore

Lo que está lejos

La que está eternamente lejos...






Mariana Kalacheva





Cuando nosotros nos encontramos la primera vez,

mi corazón, lleno de música, cantó:"La que está

eternamente lejos, está a tu lado para siempre."





Esta Música no suena hoy, que he llegado a creer

que mi amor solamente está cerca,

que he olvidado que ella está lejos también, muy lejos.





La música llena lo infinito entre dos almas,

pero la ha apagado la niebla de la costumbre.





En las tímidas noches de verano,

cuando la brisa trae un vasto murmullo del silencio,

me incorporo en mi cama a llorar la gran pérdida

de la que está junto a mí.

Y me pregunto: ¿Cuándo será que pueda suspirarle,

otra vez, palabras con ritmo de lo eterno?





¡Despierta, canción mía, tu languidez;

raja el velo de lo diario, vuela a mi amor,

allí en la sorpresa infinita

de nuestro primer encuentro!

R. Tagore