El primer eclipse de luna de este 2011, tendrá lugar hoy miércoles 15 de junio y será visible desde España, de hecho, a pesar de poder observarse desde casi toda Europa, África, algunos países de Asia y Australia, uno de los lugares más privilegiados para su observación será el Teide, gracias al fenómeno de la proyección de la sombra del volcán alineada con la Luna eclipsada, y en Madrid tampoco será para menos, ya que la Luna saldrá por el horizonte ya eclipsada.
En un eclipse total de Luna como el que disfrutaremos hoy, esta no se oscurece por completo, ya que los rayos del astro rey refractados en la atmósfera terrestre, pueden iluminar la superficie lunar, por lo que podrá observarse desde la Tierra con tonalidades rojizas.
Punto máximo a las 22:14
Esta noche la Tierra se interpondrá entre el Sol y la Luna, y su sombra irá ocultando el satélite hasta taparlo por completo a lo largo de la hora y 41 minutos que durará el fenómeno: desde las 21:22 hasta las 23:03, aunque si tenemos en cuenta las fases anteriores, durará más de cinco horas: desde las 19:25 hasta las 01:01.
El eclipse lunar total alcanzará su punto máximo a las 22:14, momento en el que todos clavaremos nuestra vista en el cielo sin necesidad de ningún tipo de filtro protector, a diferencia de lo que ocurre con los eclipses solares.
Podrá seguirse a través de Internet
Para aquellos que no puedan disfrutar de este maravilloso fenómeno de la naturaleza, como es el caso de los que se encuentren en Centroamérica y Norteamérica, podrán seguirlo a través de Internet, gracias a canales oficiales de astronomía.
15 jun 2011
Los tocados florecen en Ascot
La familia real británica luce sus sombreros en las carreras de caballos más glamurosas de la temporada .
La época de tocados, sombreros, pamelas y demás complementos capilares está en pleno auge.
Más en esta temporada, cuando su difusión vuelve a momentos de esplendor que no se veían desde hace tiempo.
Ahora, tras las bodas y demás acontecimientos sociales, llega la que cada año se convierte en la celebración fundamental de la decoración de las cabezas femeninas: las carreras de caballos Ascot, en Inglaterra.
El evento conmemora los 300 años de su nacimiento -la reina Ana las inauguró en 1711- y suele tener como invitada de excepción a la familia real británica. Y es que la localidad de Ascot está a 10 kilómetros del castillo de Windsor, propiedad de Isabel II de Inglaterra. De hecho, la reina es una gran aficionada a las carreras de caballos; heredó los de su padre, el rey Jorge VI, cuando este falleció, y ahora posee unos 25.
A la monarca británica se la vio ayer -cuando dio comienzo el evento, que acabará el viernes- en Ascot tocada por un discreto sombrerito verde con una trenza de colores. La acompañaban sus nietas Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Eugenia llevaba un bonete verde y su hermana una pamela rosa palo, unos tocados mucho más sobrios que los que lucieron en la boda de su primo, el príncipe Guillermo.
La que iba exactamente igual que en aquel enlace era Camila.
La esposa del príncipe Carlos repitió vestido, abrigo y sombrero.
Tiempos de ahorro, también para la realeza.
La época de tocados, sombreros, pamelas y demás complementos capilares está en pleno auge.
Más en esta temporada, cuando su difusión vuelve a momentos de esplendor que no se veían desde hace tiempo.
Ahora, tras las bodas y demás acontecimientos sociales, llega la que cada año se convierte en la celebración fundamental de la decoración de las cabezas femeninas: las carreras de caballos Ascot, en Inglaterra.
El evento conmemora los 300 años de su nacimiento -la reina Ana las inauguró en 1711- y suele tener como invitada de excepción a la familia real británica. Y es que la localidad de Ascot está a 10 kilómetros del castillo de Windsor, propiedad de Isabel II de Inglaterra. De hecho, la reina es una gran aficionada a las carreras de caballos; heredó los de su padre, el rey Jorge VI, cuando este falleció, y ahora posee unos 25.
A la monarca británica se la vio ayer -cuando dio comienzo el evento, que acabará el viernes- en Ascot tocada por un discreto sombrerito verde con una trenza de colores. La acompañaban sus nietas Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Eugenia llevaba un bonete verde y su hermana una pamela rosa palo, unos tocados mucho más sobrios que los que lucieron en la boda de su primo, el príncipe Guillermo.
La que iba exactamente igual que en aquel enlace era Camila.
La esposa del príncipe Carlos repitió vestido, abrigo y sombrero.
Tiempos de ahorro, también para la realeza.
Conducir DAVID TRUEBA
Hace poco un amigo de Bilbao me confesó su estupor tras visitar a su madre y que esta se mostrara preocupada por el bajo rendimiento del Ferrari de Fernando Alonso.
"¿Tú no crees que quizá sus ingenieros tendrían que mejorar las prestaciones aerodinámicas?", le preguntó.
Cuando uno escucha algo así se da cuenta de que lo importante para la gente es siempre aquello que los medios consideran que es importante.
Y esa importancia suele venir dictada por la inversión económica en derechos de retransmisión o la potencia de los patrocinadores publicitarios.
Pero hay otras personas al volante a las que podríamos mirar, pese a que compiten en una carrera bien distinta.
Manal Al-Sharif es una mujer saudí que ha liderado una campaña a favor del derecho de las mujeres a poder conducir.
En Arabia Saudí las mujeres tienen prohibido conducir vehículos a motor y ella colgó recientemente un vídeo en las redes sociales donde se la veía conduciendo por la ciudad. Fue detenida por la policía religiosa, pero gracias a su iniciativa otras mujeres están haciendo desafíos similares en un movimiento de protesta motorizado y retransmitido por las páginas web, pese a las prohibiciones y persecución de las imágenes por parte de los censores de la autoridad. La campaña hace un llamamiento para que las mujeres puedan conducir a partir del día 17 de junio.
No hace tanto tiempo la expresión "mujer tenías que ser" destacaba en cualquier discusión de tráfico que tuviera una implicada femenina en nuestro país.
En nuestra infancia, las madres conductoras eran una minoría heroica.
En países donde aún hoy tienen limitado su acceso al transporte público, la dependencia de la mujer para desplazarse físicamente es una muestra palpable de intransigencia religiosa.
Tras las revueltas en los países árabes, la atención de los medios ha decaído para posarse exclusivamente en los excesos policiales o en la abierta lucha armada.
Pero en el silencio mediático, muchas voces ya claman porque las mujeres, que fueron una voz primordial en la caída de los regímenes autoritarios, ahora son reprimidas y apartadas de la primera línea de las reformas.
Esa carrera por los derechos fundamentales quizá no es de fórmula 1 sino que va a velocidad de tortuga. Demasiado lenta para merecer nuestra atención.
"¿Tú no crees que quizá sus ingenieros tendrían que mejorar las prestaciones aerodinámicas?", le preguntó.
Cuando uno escucha algo así se da cuenta de que lo importante para la gente es siempre aquello que los medios consideran que es importante.
Y esa importancia suele venir dictada por la inversión económica en derechos de retransmisión o la potencia de los patrocinadores publicitarios.
Pero hay otras personas al volante a las que podríamos mirar, pese a que compiten en una carrera bien distinta.
Manal Al-Sharif es una mujer saudí que ha liderado una campaña a favor del derecho de las mujeres a poder conducir.
En Arabia Saudí las mujeres tienen prohibido conducir vehículos a motor y ella colgó recientemente un vídeo en las redes sociales donde se la veía conduciendo por la ciudad. Fue detenida por la policía religiosa, pero gracias a su iniciativa otras mujeres están haciendo desafíos similares en un movimiento de protesta motorizado y retransmitido por las páginas web, pese a las prohibiciones y persecución de las imágenes por parte de los censores de la autoridad. La campaña hace un llamamiento para que las mujeres puedan conducir a partir del día 17 de junio.
No hace tanto tiempo la expresión "mujer tenías que ser" destacaba en cualquier discusión de tráfico que tuviera una implicada femenina en nuestro país.
En nuestra infancia, las madres conductoras eran una minoría heroica.
En países donde aún hoy tienen limitado su acceso al transporte público, la dependencia de la mujer para desplazarse físicamente es una muestra palpable de intransigencia religiosa.
Tras las revueltas en los países árabes, la atención de los medios ha decaído para posarse exclusivamente en los excesos policiales o en la abierta lucha armada.
Pero en el silencio mediático, muchas voces ya claman porque las mujeres, que fueron una voz primordial en la caída de los regímenes autoritarios, ahora son reprimidas y apartadas de la primera línea de las reformas.
Esa carrera por los derechos fundamentales quizá no es de fórmula 1 sino que va a velocidad de tortuga. Demasiado lenta para merecer nuestra atención.
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