No me malinterpreten. No pretendo desmerecer a aquellos que ponen su vida o su integridad física realmente en riesgo durante su actividad profesional con este titular. Aunque tampoco es cuestión de infravalorar el trabajo que las camareras de los hoteles de lujo (¡benditas y pacientes ellas!) desempeñan.
Pero en las últimas semanas se han dado dos casos que por su repercusión mediática son dignos de mención en este blog, con una visión menos jocosa que la que podría desprenderse de este arranque.
Si Dominique Strauss-Kahn, ahora exdirector del Fondo Monetario Internacional, era acusado hace dos semanas de agredir sexualmente e intentar violar a una camarera, este martes los egipcios desayunaron el martes con una réplica del ahora archifamoso caso DSK.
Mahmoud Abdel Salam Omar, un prominente hombre de negocios de 74 años de edad, era detenido en el Hotel Pierre de Nueva York. ¿Motivo? El presunto asalto sexual de una camarera, en este caso de 44 años, el domingo pasado.
El supuesto ataque se produjo cuando la empleada del hotel acudió a llevar unos pañuelos de papel a la habitación 1027, en la que se encontraba el ex presidente del Banco de Alejandría.
Entonces él se abalanzó sobre la mujer, la besó, le tocó los pechos y se frotó contra ella mientras la retenía, según la denuncia.
La policía ha confirmado que fue arrestado y acusado de abuso sexual, privación ilegítima de libertad, tocar por la fuerza y hostigamiento.
.Tras estos dos casos, Joseph E. Spinnato, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Hoteles de Nueva York, el sindicato que representa a los trabajadores del sector, ha anunciado que está estudiando la propuesta de un legislador para que el personal de limpieza de habitaciones de los hoteles lleve pequeñas alarmas electrónicas con botones que pueden ser presionadas para alertar en caso de emergencia.
¿Significa esto que se trata realmente de una profesión de riesgo? En el artículo que escribía el martes Sandro Pozzi desde la ciudad de los rascacielos, mencionaba un reportaje del New York Times en el que se afirmaba que los asaltos sexuales “son un riesgo” conocido al que se enfrentan las empleadas de hotel.
Desde comentarios de tipo sexual hasta intentos de violación.
Pero los expertos en seguridad también señalan que igual que no son casos raros, tampoco se puede decir que sean comunes.
En Egipto, por el momento el caso de Mahmoud Abdel Salam sólo se ha llevado una nota en las páginas webs de los principales diarios, no así en medios internacionales como The Guardian, ABC o Huffington Post.
Al mismo tiempo que se detenía al banquero la noticia de que se habían hecho pruebas de virginidad a las manifestantes detenidas en Tahrir saltaba a la red.
En twitter este asunto resultó de mayor interés y más profundo debate que el primero.
No es que a los egipcios no les importen los casos de acoso.
De hecho ya se escribió en este periódico sobre las escandalosas cifras de acoso sexual a las mujeres (83% de las egipcias y 98% de las extranjeras son agredidas verbal o físicamente), en el país del Nilo.
Pero Nueva York, el caso DSK y sus hoteles quedan muy lejos de la lucha que estos días siguen librando los egipcios contra un ejército que sigue negándoles derechos y libertades.
Y en esto, como casi siempre las más damnificadas son las mujeres.
En cuanto a las camareras de hoteles de lujo que hay por todo Egipto gracias al turismo o a los negocios, me constan las sonrisas, comentarios e invitaciones deshonestas que más de un huésped y más de un compañero ha brindado a sus pares femeninas.
Marina, una egipcia hermosa e inteligente que aspira a huir lo más lejos posible de su jaula de apariencias y convenciones socioculturales, harta de proposiciones, me contaba hace meses que, mientras llega su salto al extranjero, considera la posibilidad de buscar un trabajo peor remunerado antes que seguir aguantando.
A eso nos reduce la vulnerabilidad. No hay a quién reclamar. El cliente (casi) siempre tiene razón.
DSK, como es conocido en Francia el político socialista, está acusado formalmente de agresión sexual e intento de violación de una empleada de la limpieza de 32 años. Si es declarado culpable, tendrá que enfrentarse a penas de entre 3 a 25 años por cada uno de esos delitos, según su gravedad. La próxima vista judicial será el 6 de junio. Similar camino de espinas deberá seguir el empresario egipcio Mahmoud Abdel Salam Omar.
Presunción de inocencia aparte, los casos DSK y Omar, ponen de relieve una vez más la vileza del ataque sexual y la facilidad con que se ejerce, sea en hoteles de lujo de Nueva York contra unas camareras que traen pañuelos de papel o en los pasillos de un centro de detención en El Cairo, contra manifestantes que piden pan y democracia.
2 jun 2011
Una biblioteca que cura el alma
La pequeña ciudad suiza de St. Gallen esconde la llamada 'farmacia del alma'. Adminístrese su literaria medicina con dosis de restauración sibarita entre los múltiples miradores de su casco antiguo .
VAMOS A... SUIZA
Una biblioteca que cura el alma
La pequeña ciudad suiza de St. Gallen esconde la llamada 'farmacia del alma'. Adminístrese su literaria medicina con dosis de restauración sibarita entre los múltiples miradores de su casco antiguo
.Entre lo urbano y lo acuático, cuatro resultonas ciudades suizas, y sus respectivos y cristalinos lagos, proponen un recorrido con tintes espirituales (y espirituosos) desde Lugano y las aguas del Ceresio, a Lausana y el flamante lago Leman.
Vanguardismo arquitectónico, vistas a los Alpes, Picasso y Paul Klee, restauración para sibaritas regada con delicioso vino blanco y hasta una biblioteca que cura el alma en St. Gallen.
Si hay tiempo para más, bendito sea el iPhone: guías descargables en el móvil de este coqueto cuarteto urbanita.
Propuesta viajera de arriba abajo en la ciudad más importante del Tesino, región sur de la Suiza italohablante.
Menos carioca, pero sumamente panorámico, el Monte San Salvatore, una especie de Pan de Azúcar a la europea, se erige como punto de inicio para disfrutar de la comunión paisajística entre la coqueta Lugano y las aguas de su lago, el Ceresio, desplegado hacia el sur y el este, frontera acuática con Italia.
Subirse al cerro no implica sudores; un funicular asciende hasta la panorámica cimera, composición en verde como de la orografía del Tesino, desde Paradiso (www.montesansalvatore.ch), a pocos minutos del centro.
Los esforzados tienen alternativas; desde senderos panorámicos que ascienden al San Salvatore y se prolongan después hacia la hermosa Carona, hasta una vía ferrata (ruta artificial de escalada) que gana metros en vertical hasta los 912 de la cumbre del monte.
Al descender, la ciudad despliega múltiples posibilidades sin humos; el casco antiguo está cerrado al tráfico.
Algo que se agradece al entrar (y salir) de espacios como el Parco Civico, una parcela de 63.000 metros cuadrados a orillas del Ceresio comprada por la ciudad en 1912, que mezcla arboledas centenarias, edificios relevantes (el Palacio del Congreso) y exposiciones atractivas, como la del Museo Cantonal de Historia Natural (www.ti.ch/mcsn; cierra los lunes).
La muestra encaja: se trata de la principal área verde de la ciudad (entrada gratuita de 6 a 23 horas en verano), cuya imperturbable atmósfera invita más que nunca al local dolce far niente, entre robles, cerezos bananeros, palmeras, olivos, alcornoques y vistosos parterres de flores multicolores, que se renuevan periódicamente.
Si la atalaya escogida es el cercano Monte Bré, vistas al arco alpino incluidas, el descenso panorámico conduce directamente a una de las joyas de la amplia oferta cultural de Lugano y su entorno; el Museo Wilhelm Schmid (www.lugano.ch/cultura), en la localidad de Bré.
Al sur (pero cerca) de Lugano, la vetusta Casa del Reloj de Morcote sorprende con una pequeña y curiosa muestra de arte contemporáneo desde 2007: el Museo del Manifesto Ticinese (www.jansonius.ch; entrada gratuita).
Se trata de una magnífica colección de carteles y posters antiguos, algunos de ellos centenarios, que fueron reclamo turístico (y artístico) de los atractivos del Ticino y otras regiones helvéticas en tiempos decimonónicos.
VAMOS A... SUIZA
Una biblioteca que cura el alma
La pequeña ciudad suiza de St. Gallen esconde la llamada 'farmacia del alma'. Adminístrese su literaria medicina con dosis de restauración sibarita entre los múltiples miradores de su casco antiguo
.Entre lo urbano y lo acuático, cuatro resultonas ciudades suizas, y sus respectivos y cristalinos lagos, proponen un recorrido con tintes espirituales (y espirituosos) desde Lugano y las aguas del Ceresio, a Lausana y el flamante lago Leman.
Vanguardismo arquitectónico, vistas a los Alpes, Picasso y Paul Klee, restauración para sibaritas regada con delicioso vino blanco y hasta una biblioteca que cura el alma en St. Gallen.
Si hay tiempo para más, bendito sea el iPhone: guías descargables en el móvil de este coqueto cuarteto urbanita.
Propuesta viajera de arriba abajo en la ciudad más importante del Tesino, región sur de la Suiza italohablante.
Menos carioca, pero sumamente panorámico, el Monte San Salvatore, una especie de Pan de Azúcar a la europea, se erige como punto de inicio para disfrutar de la comunión paisajística entre la coqueta Lugano y las aguas de su lago, el Ceresio, desplegado hacia el sur y el este, frontera acuática con Italia.
Subirse al cerro no implica sudores; un funicular asciende hasta la panorámica cimera, composición en verde como de la orografía del Tesino, desde Paradiso (www.montesansalvatore.ch), a pocos minutos del centro.
Los esforzados tienen alternativas; desde senderos panorámicos que ascienden al San Salvatore y se prolongan después hacia la hermosa Carona, hasta una vía ferrata (ruta artificial de escalada) que gana metros en vertical hasta los 912 de la cumbre del monte.
Al descender, la ciudad despliega múltiples posibilidades sin humos; el casco antiguo está cerrado al tráfico.
Algo que se agradece al entrar (y salir) de espacios como el Parco Civico, una parcela de 63.000 metros cuadrados a orillas del Ceresio comprada por la ciudad en 1912, que mezcla arboledas centenarias, edificios relevantes (el Palacio del Congreso) y exposiciones atractivas, como la del Museo Cantonal de Historia Natural (www.ti.ch/mcsn; cierra los lunes).
La muestra encaja: se trata de la principal área verde de la ciudad (entrada gratuita de 6 a 23 horas en verano), cuya imperturbable atmósfera invita más que nunca al local dolce far niente, entre robles, cerezos bananeros, palmeras, olivos, alcornoques y vistosos parterres de flores multicolores, que se renuevan periódicamente.
Si la atalaya escogida es el cercano Monte Bré, vistas al arco alpino incluidas, el descenso panorámico conduce directamente a una de las joyas de la amplia oferta cultural de Lugano y su entorno; el Museo Wilhelm Schmid (www.lugano.ch/cultura), en la localidad de Bré.
Al sur (pero cerca) de Lugano, la vetusta Casa del Reloj de Morcote sorprende con una pequeña y curiosa muestra de arte contemporáneo desde 2007: el Museo del Manifesto Ticinese (www.jansonius.ch; entrada gratuita).
Se trata de una magnífica colección de carteles y posters antiguos, algunos de ellos centenarios, que fueron reclamo turístico (y artístico) de los atractivos del Ticino y otras regiones helvéticas en tiempos decimonónicos.
Pérez-Reverte reniega de 'La Reina del Sur'
El autor carga contra la versión reducida de Antena 3
Ha sido un disparate infumable". Esta es la opinión que le merece a Arturo Pérez-Reverte la versión televisiva de su novela La Reina del Sur.
El escritor y académico se despachó ayer a gusto a través de Twitter contra la coproducción de la cadena de Planeta y Telemundo, televisión estadounidense de habla hispana. "Lo digo ahora que ya ha finalizado y no perjudico a nadie", dejó escrito en la red social. "Y me costó cumplir la promesa.
Pero mantuve mi palabra", añadió.
La adaptación de su popular libro centrado en la vida de Teresa Mendoza, una mujer humilde que se convierte en la reina del narcotráfico de México, no le ha gustado nada. Cree que se trata de "una caspaserie presunta y falsamente española, cutre y llena de errores intolerables".
"Ha sido una bazofia como el sombrero de un picador", dijo el escritor sobre la ficción, que finalizó el lunes pasado, con una media de audiencia de casi 2,5 millones de espectadores (12,2% de cuota de pantalla): "Si llego a saber la versión casposa que iban a proyectar aquí, no habría consentido que se visionase en España", aseguró el autor en uno de sus tuits, en los que además enumeró los puntos que le han enervado: "Contar errores y detalles que en América dan igual, pero que en España chirrían y enfurecen. Ignorancias, tergiversaciones, acentos...".
Pérez-Reverte descalificó la versión "reducida de corta y pega" de Antena 3, de 11 capítulos, pero echó un capote a la americana, de 63 episodios. "Incluso viéndola con ojos críticos engancha", defendió.
También salvó de la quema al reparto. Antena 3 señaló en su momento que La Reina del Sur era un proyecto "inusual" en la televisión española, que pretendía llevar al horario estelar español el género del culebrón diseñado para el consumo latino.
Arturito ya no te acuerdas que cuando por primera vez una novela tuya se iba a filmar y dijiste muy ufano que era como si una hija se casa y el novio no te gusta, tu ya no eres responsable se va de tus manos , eso si para cobrar los derechos de autor las pones, pues ahora engreido papanatas, tu recibes dinero por dejar que hagan un bodrio con tu novela, la culpa es tuya por dar permiso, ahora ya te jodes.
Carmen Cervera se defiende de su hijo ante el juez
No acudieron ni la madre ni el hijo.
La batalla en la que se dirime la propiedad de los cuadros de Goya Una mujer y dos niños junto a una fuente y del atribuido a Giaquinto, El bautismo de Cristo (valorados en 6,5 millones de euros), se libró sin la presencia de sus protagonistas: Carmen Cervera y Borja Thyssen.
El asunto fue una batalla entre abogados, una prolongación de la que desde hace dos años se vive en los medios de comunicación.
La defensa dice que no hay un papel que demuestre que el barón se los dio
Gonzalo Martínez-Fresneda, letrado de la baronesa Thyssen, argumentó en el Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid que esos cuadros pertenecen a su colección privada y que no hay ningún documento que demuestre lo contrario.
Para ello aporta el testimonio de los abogados del difunto barón.
Sin embargo, Borja Thyssen sostiene que el difunto se los donó, y esa fue la tesis que sostuvo su abogado, Pedro Mejías.
Ante el juez sí prestó declaración el director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, Miguel Ángel Recio, que señaló no haber visto nunca un título de propiedad de Borja sobre los cuadros.
También testificaron representantes de la sociedad OMICRON, que gestiona parte de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Estos, además de ratificar la versión de Recio, añadieron su temor a que Borja Thyssen pretenda "proceder de forma inmediata a la exportación y venta de estos cuadros, con el consiguiente daño para la colección".
Tras estas diligencias previas el juez debe decir si hay caso, o si por el contrario archiva el asunto.
Carmen Cervera siguió en la distancia lo que sucedía en el juzgado.
Asegura estar desolada y no entender nada.
Así lo declaró a EL PAÍS y a la emisora Punto Radio, con la que colabora: "Esos cuadros son herencia, no son suyos.
Borja está muy mal aconsejado por la gente que le rodea". Y añadió: "No tengo su teléfono pero mi puerta está abierta. Solo tiene que decir: 'Mamá, te quiero', y todo se arreglaría.
Él además recibe todos los meses una importante cantidad de dinero que le envío. No le falta de nada".
La baronesa, además de las razones de madre dolorida, ha encontrado una argumentación legal en la batalla con su hijo y de momento la está ganando.
El juzgado que examina este asunto acordó ayer suspender sine die su declaración en tanto la Audiencia Provincial no resuelva un recurso presentado por su defensa.
En él, los abogados de la baronesa exponen que, según la legislación vigente, un hijo no puede querellarse contra su madre por hechos de naturaleza estrictamente patrimonial, y solicitan que se levante la imputación contra su cliente.
La batalla en la que se dirime la propiedad de los cuadros de Goya Una mujer y dos niños junto a una fuente y del atribuido a Giaquinto, El bautismo de Cristo (valorados en 6,5 millones de euros), se libró sin la presencia de sus protagonistas: Carmen Cervera y Borja Thyssen.
El asunto fue una batalla entre abogados, una prolongación de la que desde hace dos años se vive en los medios de comunicación.
La defensa dice que no hay un papel que demuestre que el barón se los dio
Gonzalo Martínez-Fresneda, letrado de la baronesa Thyssen, argumentó en el Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid que esos cuadros pertenecen a su colección privada y que no hay ningún documento que demuestre lo contrario.
Para ello aporta el testimonio de los abogados del difunto barón.
Sin embargo, Borja Thyssen sostiene que el difunto se los donó, y esa fue la tesis que sostuvo su abogado, Pedro Mejías.
Ante el juez sí prestó declaración el director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, Miguel Ángel Recio, que señaló no haber visto nunca un título de propiedad de Borja sobre los cuadros.
También testificaron representantes de la sociedad OMICRON, que gestiona parte de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Estos, además de ratificar la versión de Recio, añadieron su temor a que Borja Thyssen pretenda "proceder de forma inmediata a la exportación y venta de estos cuadros, con el consiguiente daño para la colección".
Tras estas diligencias previas el juez debe decir si hay caso, o si por el contrario archiva el asunto.
Carmen Cervera siguió en la distancia lo que sucedía en el juzgado.
Asegura estar desolada y no entender nada.
Así lo declaró a EL PAÍS y a la emisora Punto Radio, con la que colabora: "Esos cuadros son herencia, no son suyos.
Borja está muy mal aconsejado por la gente que le rodea". Y añadió: "No tengo su teléfono pero mi puerta está abierta. Solo tiene que decir: 'Mamá, te quiero', y todo se arreglaría.
Él además recibe todos los meses una importante cantidad de dinero que le envío. No le falta de nada".
La baronesa, además de las razones de madre dolorida, ha encontrado una argumentación legal en la batalla con su hijo y de momento la está ganando.
El juzgado que examina este asunto acordó ayer suspender sine die su declaración en tanto la Audiencia Provincial no resuelva un recurso presentado por su defensa.
En él, los abogados de la baronesa exponen que, según la legislación vigente, un hijo no puede querellarse contra su madre por hechos de naturaleza estrictamente patrimonial, y solicitan que se levante la imputación contra su cliente.
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