No acudieron ni la madre ni el hijo.
La batalla en la que se dirime la propiedad de los cuadros de Goya Una mujer y dos niños junto a una fuente y del atribuido a Giaquinto, El bautismo de Cristo (valorados en 6,5 millones de euros), se libró sin la presencia de sus protagonistas: Carmen Cervera y Borja Thyssen.
El asunto fue una batalla entre abogados, una prolongación de la que desde hace dos años se vive en los medios de comunicación.
La defensa dice que no hay un papel que demuestre que el barón se los dio
Gonzalo Martínez-Fresneda, letrado de la baronesa Thyssen, argumentó en el Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid que esos cuadros pertenecen a su colección privada y que no hay ningún documento que demuestre lo contrario.
Para ello aporta el testimonio de los abogados del difunto barón.
Sin embargo, Borja Thyssen sostiene que el difunto se los donó, y esa fue la tesis que sostuvo su abogado, Pedro Mejías.
Ante el juez sí prestó declaración el director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, Miguel Ángel Recio, que señaló no haber visto nunca un título de propiedad de Borja sobre los cuadros.
También testificaron representantes de la sociedad OMICRON, que gestiona parte de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Estos, además de ratificar la versión de Recio, añadieron su temor a que Borja Thyssen pretenda "proceder de forma inmediata a la exportación y venta de estos cuadros, con el consiguiente daño para la colección".
Tras estas diligencias previas el juez debe decir si hay caso, o si por el contrario archiva el asunto.
Carmen Cervera siguió en la distancia lo que sucedía en el juzgado.
Asegura estar desolada y no entender nada.
Así lo declaró a EL PAÍS y a la emisora Punto Radio, con la que colabora: "Esos cuadros son herencia, no son suyos.
Borja está muy mal aconsejado por la gente que le rodea". Y añadió: "No tengo su teléfono pero mi puerta está abierta. Solo tiene que decir: 'Mamá, te quiero', y todo se arreglaría.
Él además recibe todos los meses una importante cantidad de dinero que le envío. No le falta de nada".
La baronesa, además de las razones de madre dolorida, ha encontrado una argumentación legal en la batalla con su hijo y de momento la está ganando.
El juzgado que examina este asunto acordó ayer suspender sine die su declaración en tanto la Audiencia Provincial no resuelva un recurso presentado por su defensa.
En él, los abogados de la baronesa exponen que, según la legislación vigente, un hijo no puede querellarse contra su madre por hechos de naturaleza estrictamente patrimonial, y solicitan que se levante la imputación contra su cliente.
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