Catherine Zeta-Jones se recupera de un trastorno bipolar, según ha informado hoy su representante a la revista People.
La actriz galesa y esposa del también actor Michael Douglas ha estado ingresada en un centro médico como consecuencia de este problema, pero ya se encuentra en fase de recuperación.
Michael Douglas, a punto de terminar su tratamiento contra el cáncer
En los últimos meses Zeta-Jones, de 41 años, presentaba un aspecto muy desmejorada, y estaba visiblemente más delgada.
Este cambio se achacó a la enfermedad de su marido, Michael Douglas, aquejado desde el pasado agosto de un cáncer de garganta, y del que está prácticamente recuperado. Horas antes de que se hiciera público el estado de salud de la actriz, Douglas apareció solo en un acto público en el que se celebraba el 120º aniversario del Museo Metropolitano de Nueva York. Una de las últimas veces que se les ha visto juntos ha sido en la pasada ceremonia de los Globos de Oro.
Según ha explicado su representante a la publicación, la actriz ya está en fase de recuperación, tal y como explica en un comunicado: "Tras enfrentarse al estrés del pasado año [en referencia a la enfermedad de Douglas], Catherine tomó la decisión de hacerse un chequeo en un centro médico especilizado en salud mental y realizar una breve estancia para tratar su trastorno bipolar".
"Se encuentra bien y esperando volver a trabajar esta misma semana en sus dos próximas películas", ha explicado su representante.
People también cita a un amigo de la actriz, que asegura que "no hay duda de que ha sido un año muy estresante.
Catherine ha tenido que pelear contra la enfermedad de Michael y eso ha sido duro. Estuvo ingresada unos cuantos días porque está a punto de empezar a trabajar y quería asegurarse de que está en buena forma, y sin duda lo está."
Zeta-Jones ganó un premio Oscar en el año 2003 por la película Chicago, en la que compartía cartel junto a Renée Zellwegger y Richard Gere.
En el último año, la actriz apenas ha trabajado, ya que ha querido estar en todo momento junto a su marido, el protagonista de Wall Street o Instinto Básico, pero tiene varios proyectos pendientes.
Está empezando el rodaje de Playing the Field -junto a Gerard Butler, Uma Thurman y Dennis Quaid-, tiene en pre-producción Lay the Favorite y en producción Dali, donde interpreta a Gala, la pareja del pintor, con Antonio Banderas en el papel de Salvador Dalí.
La actriz ya ha trabajado junto al malagueño en La máscara del zorro.
La pareja se casó en el hotel Plaza de Nueva York el 18 de diciembre de 2000, pocas semanas después de que Douglas ganara el divorcio de su primera mujer, Diandra. Dejaron su residencia en Los Ángeles hace unos años para trasladarse a la ciudad de Nueva York, donde vive en compañía de sus dos hijos, Dylan y Carys en un lujoso apartamento frente a Central Park.
14 abr 2011
Ley y orden
MARUJA TORRES
Tenía el convencimiento de haber ido aprendiendo democracia conforme dicho sistema político avanzaba en España.
Pero todo lo que sé, por ejemplo, de sistema judicial, de crimen y castigo, de delitos y faltas, lo he mamado de las series de televisión.
Yo no vivía en este país, amigos míos, mis creencias eran de ficción. Como lo que a continuación les cuento.
Unos ciudadanos, acusados de corrupción, van a parar a la trena.
Si un juez -instruya el caso o no- lo considera oportuno, emite una orden para que se les pongan micrófonos en las celdas y en las conversaciones con sus abogados, pues existe el fundado temor de que dichas charlas no se limiten al apasionante devenir de sus respectivas vidas sexuales y otras intimidades.
Al contrario, es probable que los imputados aprovechen la conversa para tratar de temas relacionados con el asunto; incluso podría suponer el mencionado magistrado que quieren planear una fuga, sea de personas o sea de capitales mal adquiridos.
Así pues, los funcionarios a quienes corresponde proceden a ejecutar la orden del juez, tras comprobar su autenticidad.
Las conversaciones y pruebas obtenidas se admiten en el juicio.
Otro supuesto, el contrario, sería que las mencionadas aportaciones no se deben admitir cuando los funcionarios se pasan de celo y ponen los micrófonos por su cuenta, sin esgrimir la orden del juez.
En caso de ocurrir, los chorizos se ven libres, el magistrado se agarra un cabreo importante y los polis que han actuado por su cuenta resultan suspendidos de empleo y sueldo.
Tantas series he visto contando algo tan razonable que creí que en la vida ocurría igual. Pues no.
Ahí tienen a Garzón, juzgado por ordenar recabar más evidencias contra los bienaventurados del Gürtel, todavía sin juzgar.
Ya que no me van a cambiar la vida, cámbienme las series.
Tenía el convencimiento de haber ido aprendiendo democracia conforme dicho sistema político avanzaba en España.
Pero todo lo que sé, por ejemplo, de sistema judicial, de crimen y castigo, de delitos y faltas, lo he mamado de las series de televisión.
Yo no vivía en este país, amigos míos, mis creencias eran de ficción. Como lo que a continuación les cuento.
Unos ciudadanos, acusados de corrupción, van a parar a la trena.
Si un juez -instruya el caso o no- lo considera oportuno, emite una orden para que se les pongan micrófonos en las celdas y en las conversaciones con sus abogados, pues existe el fundado temor de que dichas charlas no se limiten al apasionante devenir de sus respectivas vidas sexuales y otras intimidades.
Al contrario, es probable que los imputados aprovechen la conversa para tratar de temas relacionados con el asunto; incluso podría suponer el mencionado magistrado que quieren planear una fuga, sea de personas o sea de capitales mal adquiridos.
Así pues, los funcionarios a quienes corresponde proceden a ejecutar la orden del juez, tras comprobar su autenticidad.
Las conversaciones y pruebas obtenidas se admiten en el juicio.
Otro supuesto, el contrario, sería que las mencionadas aportaciones no se deben admitir cuando los funcionarios se pasan de celo y ponen los micrófonos por su cuenta, sin esgrimir la orden del juez.
En caso de ocurrir, los chorizos se ven libres, el magistrado se agarra un cabreo importante y los polis que han actuado por su cuenta resultan suspendidos de empleo y sueldo.
Tantas series he visto contando algo tan razonable que creí que en la vida ocurría igual. Pues no.
Ahí tienen a Garzón, juzgado por ordenar recabar más evidencias contra los bienaventurados del Gürtel, todavía sin juzgar.
Ya que no me van a cambiar la vida, cámbienme las series.
Cuatro finalistas para el BP Portrait Award
El prestigioso galardón, otorgado por la National Portrait gallery de Londres, celebra su 32ª edición .
Una mujer desnuda, resignada e indefensa, encadenada a la pared de una cueva.
El primer plano de undrogadicto cuya enfermedaddeja rastrosevidentes.
Un joven estudiante de filosofía apoyado distraídamente contra la pared, y una mujer que afila amenazadoramente un enorme cuchillo en la cocina de su casa son las cuatro escenas seleccionadas por la National Portrait Gallery de Londres como finalistas del prestigioso premio BP Portrait Award, que desde hace 32 años busca fomentar el retrato en la obra de los artistas contemporáneos.
Holly, de Louis Smith, es una mujer encadenada que representa, según el artista, el mito de Prometeo en forma femenina: Prometeo robó fuego de Zeus para dárselo a los humanos y, como castigo, el dios le encadenó a una roca mientras un águila le comía el hígado cada día.
Por la noche este volvía a crecer y la tortura comenzaba de nuevo al día siguiente.
Holly mira el águila con resignada aceptación. "Es un mensaje de compostura frente a la adversidad,sobre la fuerza quetodos podemos sacar cada día en nuestra lucha por ganarnos la vida", afirma Smith.
La obra delnorirlandés Ian Cumberland-Just to feel normal- muestra, en un estilo prácticamente fotográfico,a un amigo sin identificar a quien su adicción le ha dejado huellas visibles.
"Es el retrato de un amigo cuya historia es como la de muchos otros de mi generación, que han caído víctimas de ellos mismos y de sus hábitos".
Cumberland ya fue seleccionado para la muestra de BP Portrait Award en 2009.
Jeroen eshoy unestudiante holandés de 25 años que ya ha posado para Wim Heldens una veintena de veces a lo largo de su vida: "Me fascina pintara Jeroen mientras atravesaba las diferentes etapas de su vida", dice el artista.
En Distracted,la obra sleccionada, el modelo se poya distraidamente en la pared del estudio. Autodidacta y afincado en Ámsterdam, la obra de Heldens se ha expuesto en Europa y Estados Unidos, y fue seleccionada para la exposición del BP Portrait Award en 2008 y 2010.
La hermana de un amigo neoyorquino le sirvió a Sertan Saltan, artista turco afincado en Avon (Connecticut, EE UU) para su inquietante Mrs. Cerna, que muestra a la joven afilandoun cuchillo mientras se prepara para la tradicional cena de Acción de Gracias. "El contraste del cuchillo, los guantes y los rulos me trajo a la cabeza humor y horror ala vez", dice.
El prestigioso premio, que cuenta con el patrocinio de BP desde 1989, está dotado con 25.000 libras y un encargo valorado en 4.000.Un juradode seis personas, entre las que se encuentran Sandy Nairne, directora de la National Portrait Gallery, y Jonathan Jones, crítico de arte de The Guardian, entregaráun segundo y tercer premio valorados en 8.000 y 6.000 libras respectivamente, además del BP Young Artist Award, que con 5.000 libras reconoce el trabajo de unartista participante deentre 18 y 30 años.
Tanto Ian Cumberland como Sertan Saltan son elegibles para este galardón.
Una mujer desnuda, resignada e indefensa, encadenada a la pared de una cueva.
El primer plano de undrogadicto cuya enfermedaddeja rastrosevidentes.
Un joven estudiante de filosofía apoyado distraídamente contra la pared, y una mujer que afila amenazadoramente un enorme cuchillo en la cocina de su casa son las cuatro escenas seleccionadas por la National Portrait Gallery de Londres como finalistas del prestigioso premio BP Portrait Award, que desde hace 32 años busca fomentar el retrato en la obra de los artistas contemporáneos.
Holly, de Louis Smith, es una mujer encadenada que representa, según el artista, el mito de Prometeo en forma femenina: Prometeo robó fuego de Zeus para dárselo a los humanos y, como castigo, el dios le encadenó a una roca mientras un águila le comía el hígado cada día.
Por la noche este volvía a crecer y la tortura comenzaba de nuevo al día siguiente.
Holly mira el águila con resignada aceptación. "Es un mensaje de compostura frente a la adversidad,sobre la fuerza quetodos podemos sacar cada día en nuestra lucha por ganarnos la vida", afirma Smith.
La obra delnorirlandés Ian Cumberland-Just to feel normal- muestra, en un estilo prácticamente fotográfico,a un amigo sin identificar a quien su adicción le ha dejado huellas visibles.
"Es el retrato de un amigo cuya historia es como la de muchos otros de mi generación, que han caído víctimas de ellos mismos y de sus hábitos".
Cumberland ya fue seleccionado para la muestra de BP Portrait Award en 2009.
Jeroen eshoy unestudiante holandés de 25 años que ya ha posado para Wim Heldens una veintena de veces a lo largo de su vida: "Me fascina pintara Jeroen mientras atravesaba las diferentes etapas de su vida", dice el artista.
En Distracted,la obra sleccionada, el modelo se poya distraidamente en la pared del estudio. Autodidacta y afincado en Ámsterdam, la obra de Heldens se ha expuesto en Europa y Estados Unidos, y fue seleccionada para la exposición del BP Portrait Award en 2008 y 2010.
La hermana de un amigo neoyorquino le sirvió a Sertan Saltan, artista turco afincado en Avon (Connecticut, EE UU) para su inquietante Mrs. Cerna, que muestra a la joven afilandoun cuchillo mientras se prepara para la tradicional cena de Acción de Gracias. "El contraste del cuchillo, los guantes y los rulos me trajo a la cabeza humor y horror ala vez", dice.
El prestigioso premio, que cuenta con el patrocinio de BP desde 1989, está dotado con 25.000 libras y un encargo valorado en 4.000.Un juradode seis personas, entre las que se encuentran Sandy Nairne, directora de la National Portrait Gallery, y Jonathan Jones, crítico de arte de The Guardian, entregaráun segundo y tercer premio valorados en 8.000 y 6.000 libras respectivamente, además del BP Young Artist Award, que con 5.000 libras reconoce el trabajo de unartista participante deentre 18 y 30 años.
Tanto Ian Cumberland como Sertan Saltan son elegibles para este galardón.
Cocaína en 'Inside job' VICENTE VERDÚ
Inside job, el documental que ahora llena los cines, es un típico producto norteamericano hecho para los norteamericanos.
Trata de explicar las causas de esta Gran Crisis desde la quiebra de Lehman Brothers en 2008, el conchabamiento entre banqueros, reguladores, comisionistas y agencias de rating, ante la condescendiente y cómplice colaboración de autoridades políticas y organizaciones económicas internacionales.
Las 'subprimes' fueron células malignas típicamente americanas que infectaron el planeta
El dinero les sale a estos delincuentes por las orejas y aún necesitarían otros orificios de desagüe para poder metabolizar los miles de millones de dólares que se metieron en el cuerpo o convirtieron en centenares de helicópteros, yates, lamborghinis y kilogramos de cocaína, consumida en la oficina o en prostíbulos de lujo.
Vista así, la Gran Crisis es el thriller del año y un thriller de argumento tan complejo como la composición de los productos tóxicos ofrecidos a la inversión y consustanciales a la burbuja.
Esta cinta de éxito es, sin embargo, tan pesada como cargante, tan monótona como perezosa, tan teatralmente insolente como fallida en sus intentos de acorralar a las cabezas fundamentales de la debacle.
Lástima que toda denuncia cuando, como en este caso, no es bien certera se convierta en un error bobalicón y sus disparos suenen, con demasiada frecuencia, a mascletàs y reiterados fuegos de fogueo.
La fatuidad del realizador es en este caso proporcional a la magnitud de indignación de los espectadores hambrientos de justificación y de justicia.
La exuberancia del director ofreciendo datos y más datos en millones de dólares robados a gentes de toda condición ahoga la narración en dos horas de pantanos contables.
Efectivamente, el documental intenta hacer ver y sentir que un maldito grupo de superpoderosos controla la vida de casi toda la humanidad.
Y este clan es hoy, en su mayoría, norteamericano.
Aunque también, así como la cultura y las modas americanas han sido contagiadas a todo el globo, la estratagema para hacer dinero mediante engaños organizados se ha difundido desde Islandia a Australia y desde Nueva York a Guangdong.
De ahí que si las subprimes fueron células malignas típicamente americanas, muy pronto infectaron la totalidad del planeta. Lo norteamericano ha sido siempre extraordinariamente contagioso.
Es contagioso por la imantada mitificación de la Nación Número Uno pero lo es, seguidamente, porque tanto su talante cultural como sus talentos financieros son ejemplos, Kill Bill, de una violencia demoledora.
La amplia admiración de casi cualquier país al universo norteamericano tiene que ver con su amplio repertorio de comunicación pop, pero muy mucho con sus multimillonarios nacidos de la noche a la mañana, sus magnates menores de 30 años y sus magos especuladores, maduros o no, que ascienden como ídolos al lado de los artistas, los actores, los científicos, los boxeadores o los iconos del rock.
Inside job denuncia la corrupción y la codicia pero, sin quererlo, siendo un producto norteamericano, reproduce con gusto la espectacularidad del suceso, el gran suceso de estafar a gran escala, prosperar o arruinarse en el mundo como gestas de tamaño descomunal.
¿Europa? ¿El resto del mundo? Todavía Estados Unidos cree ser todo el mundo cuando se trata de exhibirse y hacer seductor el modelo de su gran poder.
Quien asista a esta película de buenos propósitos percibirá, siendo europeo, que en medio de la denuncia del realizador colea el orgullo de estar filmando un nuevo gran logro nacional, un extraordinario número circense, exclusivamente al alcance del Gran Circo Americano.
Del gigantismo de esa nación y de su prestancia inigualable han quedado seducidos los mismos realizadores / patriotas que, no solo ven en el bien su fuerza sino en el supermal que hace grande a Estados Unidos.
¿Sus millones de ciudadanos empobrecidos en estos años? Este universo de víctimas, inmigrantes o no, apenas forma parte del reparto de la película.
Los protagonistas de verdad son aquellos que se lo reparten todo y unen a su delirante ambición una destilación de la idiosincrasia invariable del singular planeta americano.
Trata de explicar las causas de esta Gran Crisis desde la quiebra de Lehman Brothers en 2008, el conchabamiento entre banqueros, reguladores, comisionistas y agencias de rating, ante la condescendiente y cómplice colaboración de autoridades políticas y organizaciones económicas internacionales.
Las 'subprimes' fueron células malignas típicamente americanas que infectaron el planeta
El dinero les sale a estos delincuentes por las orejas y aún necesitarían otros orificios de desagüe para poder metabolizar los miles de millones de dólares que se metieron en el cuerpo o convirtieron en centenares de helicópteros, yates, lamborghinis y kilogramos de cocaína, consumida en la oficina o en prostíbulos de lujo.
Vista así, la Gran Crisis es el thriller del año y un thriller de argumento tan complejo como la composición de los productos tóxicos ofrecidos a la inversión y consustanciales a la burbuja.
Esta cinta de éxito es, sin embargo, tan pesada como cargante, tan monótona como perezosa, tan teatralmente insolente como fallida en sus intentos de acorralar a las cabezas fundamentales de la debacle.
Lástima que toda denuncia cuando, como en este caso, no es bien certera se convierta en un error bobalicón y sus disparos suenen, con demasiada frecuencia, a mascletàs y reiterados fuegos de fogueo.
La fatuidad del realizador es en este caso proporcional a la magnitud de indignación de los espectadores hambrientos de justificación y de justicia.
La exuberancia del director ofreciendo datos y más datos en millones de dólares robados a gentes de toda condición ahoga la narración en dos horas de pantanos contables.
Efectivamente, el documental intenta hacer ver y sentir que un maldito grupo de superpoderosos controla la vida de casi toda la humanidad.
Y este clan es hoy, en su mayoría, norteamericano.
Aunque también, así como la cultura y las modas americanas han sido contagiadas a todo el globo, la estratagema para hacer dinero mediante engaños organizados se ha difundido desde Islandia a Australia y desde Nueva York a Guangdong.
De ahí que si las subprimes fueron células malignas típicamente americanas, muy pronto infectaron la totalidad del planeta. Lo norteamericano ha sido siempre extraordinariamente contagioso.
Es contagioso por la imantada mitificación de la Nación Número Uno pero lo es, seguidamente, porque tanto su talante cultural como sus talentos financieros son ejemplos, Kill Bill, de una violencia demoledora.
La amplia admiración de casi cualquier país al universo norteamericano tiene que ver con su amplio repertorio de comunicación pop, pero muy mucho con sus multimillonarios nacidos de la noche a la mañana, sus magnates menores de 30 años y sus magos especuladores, maduros o no, que ascienden como ídolos al lado de los artistas, los actores, los científicos, los boxeadores o los iconos del rock.
Inside job denuncia la corrupción y la codicia pero, sin quererlo, siendo un producto norteamericano, reproduce con gusto la espectacularidad del suceso, el gran suceso de estafar a gran escala, prosperar o arruinarse en el mundo como gestas de tamaño descomunal.
¿Europa? ¿El resto del mundo? Todavía Estados Unidos cree ser todo el mundo cuando se trata de exhibirse y hacer seductor el modelo de su gran poder.
Quien asista a esta película de buenos propósitos percibirá, siendo europeo, que en medio de la denuncia del realizador colea el orgullo de estar filmando un nuevo gran logro nacional, un extraordinario número circense, exclusivamente al alcance del Gran Circo Americano.
Del gigantismo de esa nación y de su prestancia inigualable han quedado seducidos los mismos realizadores / patriotas que, no solo ven en el bien su fuerza sino en el supermal que hace grande a Estados Unidos.
¿Sus millones de ciudadanos empobrecidos en estos años? Este universo de víctimas, inmigrantes o no, apenas forma parte del reparto de la película.
Los protagonistas de verdad son aquellos que se lo reparten todo y unen a su delirante ambición una destilación de la idiosincrasia invariable del singular planeta americano.
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