Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

5 abr 2011

Pedro Salinas

Y ahora, aquí está frente a mí.

Tantas luchas que ha costado,

tantos afanes en vela,

tantos bordes de fracaso

junto a este esplendor sereno

ya son nada, se olvidaron.

Él queda, y en él, el mundo,

la rosa, la piedra, el pájaro,

aquéllos , los del principio,

de este final asombrados.

¡Tan claros que se veían,

y aún se podía aclararlos!

Están mejor; una luz

que el sol no sabe, unos rayos

los iluminan, sin noche,

para siempre revelados.

Las claridades de ahora

lucen más que las de mayo.

Si allí estaban, ahora aquí;

a más transparencia alzados.

¡Qué naturales parecen,

qué sencillo el gran milagro!

En esta luz del poema,

todo,

desde el más nocturno beso

al cenital esplendor,

todo está mucho más claro.

Pisos

ROSA MONTERO

Si quieren hacer un viaje espeluznante, un instructivo tour por nuestra crisis económica, vayan a idealista.com (el popularísimo portal inmobiliario) y asómense a las ofertas del BBVA.
 El banco ofrece a la venta 9.683 pisos en toda España.
 Unas propiedades que, imagino, han arrancado de las manos de sus propietarios por el impago de las hipotecas u otros créditos.
 Cientos de esos pisos son a estrenar, viviendas nuevecitas e idénticas que se alinean unas junto a otras como tumbas del cementerio de los ladrillos muertos. Pertenecen a urbanizaciones que nunca se vendieron, a barriadas fantasmales y vacías, y al contemplar sus fotos te parece escuchar el crujido del derrumbe de las empresas.






Pero mucho peor son los miles de viviendas de segunda mano, cada una con su tragedia detrás.
Pisos que anuncian armarios empotrados totalmente vestidos, o aire acondicionado de frío y calor, o terraza con toldo automatizado...
Por todos los santos, ahí hubo gente que revistió esos armarios con orgulloso mimo, sin saber que muy pronto se vería obligada a sacar su ropa (un abrigo expulsado de su armario es como un ciudadano deportado de su país); gente que colocó ese toldo previendo ser feliz en la terraza, y que ahora ha sido desterrada de su modesto paraíso.
 Las ofertas del BBVA son un angustioso retrato periférico del dolor social.
 Desde 2007, los bancos han desalojado 271.000 viviendas y, para peor, muchos de los antiguos propietarios no solo se han quedado en la calle, sino que siguen teniendo que pagar al banco por tiempo inmemorial, porque en nuestro país la casa no salda la deuda, según una ley hipotecaria profundamente inmoral que repugna a la razón y al corazón y que, sin embargo, es animosamente apoyada por el PSOE y el PP, que, miren por donde, por una vez se han puesto de acuerdo para defender esta canallada.

La redención de Rob Lowe y el infierno de Charlie Sheen

.Los años han tratado a Rob Lowe y a Charlie Sheen de forma muy distinta.
Ambos, ahora en su cuarentena, comenzaron haciendo películas en formato amateur.
En los 80, formaron parte de un grupo de actores jóvenes, especializados en películas comerciales para adolescentes.
Posteriormente, consolidaron sus carreras en comedias televisivas.
 Ahora, sin embargo, el contraste es elocuente: Sheen ha visto caer su carrera a tumba abierta, en una espiral incoherente de entrevistas, vídeos y mensajes de Twitter; y Lowe luce cuerpo y palmito en una de las portadas más subidas de tono de Vanity Fair de los últimos años.








Lowe, que tiene 47 años, ostenta una forma atlética envidiable en esa portada, que más bien parece de una revista de ejercicio físico que de Vanity Fair.
En la entrevista adjunta, recuerda sus días jóvenes con Sheen: "Competíamos para ver quién montaba la fiesta más grande y se presentaba en el plató al día siguiente para seguir trabajando duro". ¿Quién ganaba?
Entonces el nuevo rebelde de Twitter ya apuntaba maneras: "Charlie, por los pelos". Los destinos de ambos hombres se cruzan repetidamente en las páginas de la prensa rosa norteamericana. Cuando Sheen fue despedido de su serie, Dos hombres y medio, el mes pasado, muchas revistas especularon con que Lowe pudiera ocupar su puesto.



Si hay alguien que piensa que la conducta de Charlie Sheen es escandalosa -hablando de su relación promiscua con varias mujeres rubias a las que llama "diosas", diciendo que tiene sangre de tigre y ADN de Adonis, sugiriendo haber comprado rocas de cocaína de siete gramos para superar los desfases de los propios Rolling Stones- es que no recuerda el incidente de la primera cinta de vídeo de contenido sexual robada a una estrella: la protagonizó, involuntariamente, Rob Lowe, en 1988. Un desconocido difundió una cinta de él manteniendo relaciones sexuales con dos mujeres a la vez, una de ellas menor de edad.



Poco después de aquello entró en una clínica de rehabilitación para tratar su adicción al sexo y a las drogas.
Cuando Britney Spears y Lindsay Lohan aun llevaban pañales, Lowe ya era el crápula oficial de Hollywood.
 Hoy en día es, sin embargo, un ejemplo de madurez.
Le podría dar algunos consejos a Charlie Sheen sobre cómo enderezar su vida, dado que ha pasado de ser un paria en los noventa a coprotagonizar una de las series estrella de la cadena NBC, Parks & Recreation, donde interpreta a un funcionario de Indianápolis adicto al deporte.



Sheen, de momento, no da muestras de dar marcha atrás.
Sigue buscando, a través de Internet, a una 'becaria' para ayudarle con las redes sociales y ha comenzado una gira, titulada Mi violento torpedo de verdad / La derrota no es una opción'que le llevará a 20 ciudades de EE UU y Canadá, hasta el tres de mayo.
El estreno ha sido en Detroit donde fue recibido con pitos y abucheos . Parece que Sheen no tiene solución mientra Lowe parece redimido.

La novela feliz de Rosa Montero

Un día Rosa Montero (Madrid, 1951) decidió regalarse por su 60º cumpleaños un mundo propio como otros se regalan un apartamento en Torrevieja.
Para ello recurrió a dos de sus géneros preferidos -la ciencia ficción y la novela negra- y se inventó a una detective humanoide: Bruna Husky.
La colocó en Madrid en el año 2109 y le inventó la trama que ha terminado alimentando su nueva novela, Lágrimas en la lluvia (Seix Barral).








"Escribimos para dar al mal y al dolor un sentido que no tiene"

Ayer, acompañada por la actriz Pastora Vega -que leyó fragmentos del libro-, la escritora y periodista presentó su obra en el Teatro de la Abadía.
Allí contó que había querido escribir "un libro feliz" y que, para que la felicidad fuera completa, había puesto a los personajes los nombres de sus muchos amigos.
Una de esas amigas es la violinista Mirari Irurzun, que ayer interpretó tres piezas sobre un escenario en penumbra que dio al acto ese aire de noche perpetua que tiene Blade Runner, el relato de Philip K. Dick del que Rosa Montero ha tomado el título.
Como lágrimas en la lluvia se pierde la memoria de los replicantes que mueren -"odio la muerte", dijo la escritora-, y ese destino odioso se cruzó en el camino de la autora mientras escribía su novela feliz.
Aunque ella no solo aludió a ese hecho, la desaparición de su pareja interrumpió la obra hasta el punto de hacerle dudar si podría seguir con ella.
Solo la fuerza de su protagonista -"fue mi alter ego en Second Life"- la llevó a terminar. Su fuerza y la capacidad consoladora del arte: "Escribimos para dar al mal y al dolor un sentido que sabemos que no tiene".



"La belleza es la única eternidad posible", dijo también Rosa Montero después de hacer un elogio de la ciencia ficción como un género que sirve no para escapar de la realidad sino para profundizar en ella: "En España suele tener mala prensa. La gente dice que no le gusta.
 Luego le preguntas y resulta que no ha leído ninguna novela de ese género". çEn el fondo, dijo la autora de La loca de la casa, esta novela habla de lo mismo que el resto de la suyas: la muerte, la identidad, la memoria y la ética social.
 "Puede que, en el fondo, sea mi obra más realista.
Desde que el libro entró en imprenta están pasando cosas que están en él.
Por ejemplo, en Lágrimas en la lluvia hay toque de queda para los menores de edad y resulta que en Francia acaba de implantarse una medida similar", contó la escritora.



Aferrada a la eterna belleza y a la libérrima felicidad de contar, Rosa Montero prometió que volvería a ese mundo y a esos personajes que un día decidió regalarse por sus 60 años.
 Otros se jubilan en la costa levantina. A ella le queda por escribir los "muchos libros" que tiene en la cabeza.
 El futuro: dentro de tres años. Seguramente, con sombras, música y Pastora Vega, su "talismán": "Lo que escribo me parece mejor cuando lo lee ella".
Y suena un vals.