Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

10 mar 2011

Las juventudes cruzadas de Picasso, Miró y Dalí

Florencia expone las influencias y encuentros entre los tres artistas .
.Picasso apareció en la escena artística en la primera década del siglo XX, Miró en la década de 1910, y Dalí a comienzos de los años veinte.
La modernidad fueron ellos. Les separaba la edad, pero les unían muchas cosas.
Sobre todas, la idea de que el arte genuinamente moderno no puede renunciar a las raíces y a la tierra. Picasso y Dalí vivieron su etapa madrileña.
Y aunque Miró fue quizá el más catalán, los otros también se empaparon de ese aroma.
Picasso fue maestro, pionero; Miró y Dalí le siguieron por los ismos y vanguardias hasta el más allá, los sueños y el surrealismo.
Los tres fueron grandes buscadores de lenguajes nuevos.
Sus encuentros e influencias cruzadas, a menudo invisibles o inconscientes, son el centro de la exposición Picasso, Miró, Dalí: tres jóvenes airados y los orígenes de la modernidad, que se puede ver en el palacio Strozzi de Florencia desde el sábado próximo hasta el 17 de julio.








La interacción entre los tres artistas españoles se explica a través de más de 60 pinturas de los tres protagonistas y más de 100 dibujos de Picasso.
 La exposición ha requerido dos años de trabajo, y se detiene sobre todo en las producciones juveniles de Picasso, Miró y Dalí para explicar cómo contribuyeron a la transformación creativa de su tiempo.



Eugenio Carmona, catedrático de la Universidad de Málaga, ha preparado la muestra con el suizo Christof Vitali, y sitúa la entrada definitiva de Picasso en la modernidad en 1907. La de Miró a partir de 1923.
 Y la de Dalí en 1929.
Con anterioridad, sus "búsquedas, hallazgos y experimentaciones fueron continuas y comunes", explicaba ayer el comisario durante una visita con periodistas españoles. "Necesitaron muchas veces dar un paso atrás para luego dar el gran salto hacia delante".



La exposición comienza en abril de 1926 y luego va retrocediendo en el tiempo salteada en cuatro ideas, episodios o pensamientos.
El primer acto final detiene el tiempo en el año en que Dalí viaja a París y visita a Picasso en su casa, o al menos eso contó en su biografía La vida secreta de Salvador Dalí.
Ese encuentro real o supuesto, que Carmona define como psicomaquia, muestra las obras de un Dalí mestizo, neoclásico, neocubista y freudiano, que acaba de dejar atrás el clasicismo y se debate entre dos mundos, el vicio de lo clásico y la virtud de lo moderno que luchan en Composición con tres figuras.
Academia neocubista .



Dalí es aún muy joven -nació en 1904- pero ya refelxiona sobre Picasso y habla de Miró, que andan todavía en sus propias luchas.
 El segundo pensamiento se titula Miró-Dalí, genius loci, y resume la vivencia madrileña-catalana-parisina de los dos pintores catalanes entre 1915 y 1924.
Épocas de ismos, de paisajes, retratos y bodegones (entre ellos, dos magníficas naturalezas muertas de Miró), en las que ambos, según Cardona, reflexionan sobre "la exigencia de la identidad, la pervivencia del clasicismo, el arte figurativo y la relación entre el arte nuevo y el arte de los museos".



El penúltimo salto atrás se llama "Cuando Miró se cruzó con Picasso. Barcelona, 1917". El genio malagueño ha vuelto de un viaje a Roma, Nápoles y Florencia impresionado por las esculturas de Miguel Ángel en la Capilla de los Medici de la capital toscana, y se dispone a hacer la escenografía para Parade, de Los ballets rusos de Dhiagilev.
Picasso tiene 36 años, y Miró 24.
El primero es cubista y neoclásico a la vez; Miró está empezando a ser, pero pinta su Autorretrato y unos estupendos paisajes catalanes.



El cuarto pensiero se decía al joven Picasso y tiene dos partes.
La primera muestra el Álbum 7, con los bocetos para Les demoiselles d'Avignon procedentes de la colección de la Fundación Picasso de Málaga.
 La segunda son quince pinturas adolescentes que muestran su evolución desde que tenía 14 años hasta el año 1906.

El brazo promocional de Torrente

Cifras de vértigo saludan el estreno de la nueva entrega de la serie de Santiago Segura - EL PAÍS comparte una jornada de 'propaganda' feroz con el director .
Torrente no es una fórmula matemática, pero casi.
Más allá de que sea la cuarta entrega y en 3D, las cifras atosigan.
 Y bastante parte de la promoción que realiza estos días Santiago Segura, a la americana, sin despreciar programas ni esfuerzos, tiene que ver con esas cantidades.
Mañana viernes Torrente 4, lethal crisis (crisis letal) se estrena con 666 copias en 855 pantallas (en España hay 3.874).
Todo un récord en el cine español.
Un 55% de las copias son en 3D, el mismo porcentaje para copias digitales contra el celuloide tradicional (45%).
Todo lo que rodea a Segura suele ser homérico: desde el número de periodistas en el pase y la rueda de prensa de ayer (un poco más de 200), hasta las entrevistas concedidas.
Tras las 95 de días precedentes, ayer comenzó a las 8.45, tuvo 44 grupos además de las charlas individuales, y acabó con un chat a las siete y media de la tarde.
Gozó de un pequeño receso para comer un sándwich a las seis.
Tras descansar un rato fue al estreno de gala a las 22.00 en la madrileña Gran Vía, con 1.368 invitados.






"Miraré sin parar la taquilla durante el primer fin de semana"

"Creo en cuidar hasta el cartel. Nada se vende solo, ni la coca-cola, y debemos ir a buscar al público, que está en todas partes", comenta al final de la jornada, cuando aún sonríe tras escuchar las preguntas: ¿Habrá Torrente 5? [Hay un chiste sobre esto en el estreno de mañana]. ¿Por qué ha hecho Torrente 4? ¿Por qué en 3D? "Yo me dejo la piel, y lo hago porque detrás tengo una buena película.
 Si hubiera hecho algo tipo Godzilla, no valdría de nada.
La gente no es gilipollas, sabe lo que quiere y no vería los Torrente si fueran malos.
 La primera tuvo tres millones de espectadores; la segunda, cinco millones y medio, y la tercera, tres millones y medio.
No lo dudes, miraré sin parar durante el fin de semana las cifras de taquilla.
Internet está ahí, pero a mí aún me gustan las salas, y para llevar al público al cine tenemos que superarnos, inventar cosas nuevas".



Porque Torrente 4 ha sido cara: 10 millones de euros, una inversión que hay que recuperar, y es cierto que es la primera comedia en 3D, la primera película en la que se ve... mejor no destripar algunos de los gags, muy subidos de tono para un filme calificado por el Ministerio de Cultura como no recomendado para menores de 12 años.
 "Torrente te da la oportunidad de reírte de cosas que en la vida real nos molestan.
En la pantalla resulta catártico: no es un héroe, sino un anormal, y me hace gracia la gente que no se da cuenta de esta realidad, como cuando me dicen que mis personajes son machistas.
 ¡Pero mira cómo son esos personajes! ¡Unos parias! ¿Quién puede tomarles como modelo?".



En las habitaciones de al lado, en el hotel donde se realiza la promoción, también atienden a la prensa Yon González y Kiko Rivera. González acaba pronto, y Rivera lidia con gracia cualquier pregunta sobre su madre, Isabel Pantoja.
A Kiko le dará tiempo de echar la siesta a media tarde.
Mientras, Segura continúa con lo suyo.
Alegre -"me he destensado tras la rueda de prensa"-, se acelera y confiesa un par de off the records con un grupo de periodistas, a los que sí deja apuntar: "Mis nervios son con el público.
 Adoramos a Torrente como adoramos a Homer Simpson... pero ¿le dejarías tu casa?".
Antes de acabar, aún se hace fotos con los camareros del hotel, mientras saca pecho con su camiseta de Torrente 4, ese accesorio de vestuario fundamental en las promociones seguriles.
 Por cierto, hasta para eso hay un número; camisetas de la nueva Torrente: 1.000.