. .Incluso con los atronadores ecos de la muy actual polémica de Galliano retumbando desde París, la semana de la Moda de Milán, que echó el cierre el martes, se ha mostrado más bien ensimismada en el pasado.
Los diseñadores se inspiraron sobre todo en la década de los sesenta, pero también en anteriores y sucesivas.
Hasta Miuccia Prada fusionó tiempos en trajes que recordaban al look futurista de Courréges.
Armani se agarró al negro total en una eficaz evocación del 'look' espía
¿Acaso no queda nada por inventar? Lo que quedó claro es que el riesgo en las colecciones de Milán brilló por su ausencia en favor de lo comercial. Será que los brotes verdes de la recuperación económica están aun muy verdes.
Dolce & Gabbana fueron los más contundentes.
Dividieron su colección de 66 modelos en dos partes que fueron del glamour -con vestidos de gasa en negro o amarillo estampados con estrellas- y gabanes de corte masculino a los materiales de la sastrería tradicional (franela gris, espigas tweed) con bordados de pedrería en puños, cuellos y bolsillos.
En una cierta sintonía, Massimiliano Giornetti para Salvatore Ferragamo empleó estampados patas de gallo, espigas y rayas diplomáticas en blanco y negro para conjuntos de abrigos rectos a juego con faldas ceñidas a la rodilla.
Frida Giannini en Gucci fusionó los setenta con un aura cinematográfica tipo Ingrid Bergman en Casablanca.
Se sumó en lo cromático a los colores alegres y cálidos, ganadores en todas las apuestas salvo en la de Emporio Armani; el maestro se agarró al negro total evocando un look de espía.
Luego cambiaría de registro en la primera línea de Giorgio al incluir gamas de rosa suave, maquillaje, gris plomo y marrón para túnicas de pedrería sobre pantalones anchos con vueltas en los bajos.
Roberto Cavalli se inspiró en las guerreras medievales que viste para viajes espaciales superponiendo cazadoras de pitón y napas, chaquetones y chalecos de zorro teñidos o pelo de Mongolia en grises, granates, marrón o marino que mezcla con telas metalizadas.
El punto de partida de Raf Simons en Jil Sander fueron las imágenes de Louise Dahl-Wolfe (conocida por sus fotografías de moda medioambiental) de estaciones de esquí que mezcla con otras de Diane Arbus (retratista de personajes marginales) para crear opuestos.
El diseñador combina los volúmenes de sus abrigos en forma de capullo sobre pantalones estrechos tipo esquiador, al mismo tiempo que presenta faldas de plumón y tops escuetos de seda y nailon.
Donatella Versace dibuja los sesenta con abrigos mod versión marinera o vestidos en líneas A empleando estampados florales en tonos vivos.
3 mar 2011
Necesitamos MARUJA TORRES
La ONG Intermón Oxfam tiene que despedir a 90 de su medio millar de trabajadores en España para poder mantener su nivel de ayuda.
La crisis, con la consiguiente pérdida de contribuciones, les afecta precisamente cuando el momento mundial requiere más de la colaboración humanitaria.
Es una cifra.
Las cifras siembran el desánimo al escuchar la voz de la radio al despertar.
Miles de parados de febrero en España, engrosando los millones previos; decenas de miles de refugiados de varias nacionalidades, emigrantes de la pobreza que encontraron trabajo en Libia, uniéndose a los propios libios que huyen y atestando, aterrados y desvalidos, la frontera con Túnez.
Lo más elemental, un plan de solidaridad para emergencias, no pone en marcha a la comunidad internacional.
En RNE, Juanra Lucas inicia su entrevista a Iñaki Gabilondo con una pieza musical elegida por este: "España, camisa blanca de mi esperanza", canta la Belén los versos de Blas de Otero, con música de Víctor Manuel. La que cala no es esperanza, sino otra estrofa: "Quisiera poner el hombro y pongo palabras/ que casi siempre acaban en nada/ cuando se enfrentan al ancho mar".
Hay que buscar palabras.
De consuelo y de estímulo. Recurro a quienes las escriben mejor.
Y retomo el libro de Amin Maalouf, El desajuste del mundo.
Una frase que hoy despliega su potente significado: "Lo que estamos viendo ahora es el crepúsculo de las civilizaciones separadas, no su advenimiento ni su apoteosis".
Más pedestremente expuesto: si, unidos, asumiéramos como nuestra la herida de esa frontera libio tunecina, centenares de jóvenes deberían recibir ahora mismo formación para lanzarse allí con ayuda humanitaria.
Pagados por los Estados, sintiéndose útiles, siéndolo. Acercándonos.
Si ya estamos en la ruina, ¿qué importa un gasto más? Necesitamos un New Deal global y moral, o esto se hunde.
La crisis, con la consiguiente pérdida de contribuciones, les afecta precisamente cuando el momento mundial requiere más de la colaboración humanitaria.
Es una cifra.
Las cifras siembran el desánimo al escuchar la voz de la radio al despertar.
Miles de parados de febrero en España, engrosando los millones previos; decenas de miles de refugiados de varias nacionalidades, emigrantes de la pobreza que encontraron trabajo en Libia, uniéndose a los propios libios que huyen y atestando, aterrados y desvalidos, la frontera con Túnez.
Lo más elemental, un plan de solidaridad para emergencias, no pone en marcha a la comunidad internacional.
En RNE, Juanra Lucas inicia su entrevista a Iñaki Gabilondo con una pieza musical elegida por este: "España, camisa blanca de mi esperanza", canta la Belén los versos de Blas de Otero, con música de Víctor Manuel. La que cala no es esperanza, sino otra estrofa: "Quisiera poner el hombro y pongo palabras/ que casi siempre acaban en nada/ cuando se enfrentan al ancho mar".
Hay que buscar palabras.
De consuelo y de estímulo. Recurro a quienes las escriben mejor.
Y retomo el libro de Amin Maalouf, El desajuste del mundo.
Una frase que hoy despliega su potente significado: "Lo que estamos viendo ahora es el crepúsculo de las civilizaciones separadas, no su advenimiento ni su apoteosis".
Más pedestremente expuesto: si, unidos, asumiéramos como nuestra la herida de esa frontera libio tunecina, centenares de jóvenes deberían recibir ahora mismo formación para lanzarse allí con ayuda humanitaria.
Pagados por los Estados, sintiéndose útiles, siéndolo. Acercándonos.
Si ya estamos en la ruina, ¿qué importa un gasto más? Necesitamos un New Deal global y moral, o esto se hunde.
El tribunal suspende la pena de la mujer que mató al violador de su hija hasta que se decida sobre el indulto
El tribunal suspende la pena de la mujer que mató al violador de su hija hasta que se decida sobre el indulto.
La Audiencia de Alicante acepta su recurso para aplazar el ingreso en prisión.-Argumenta que vive "ajena al delito" .
La Audiencia de Alicante ha acordado estimar la solicitud de la suspensión de la condena impuesta a la mujer de Benejúzar que mató, tras rociarle con gasolina y prenderle fuego, al violador de su hija cuando esta tenía 13 años, según han informado fuentes judiciales.
Suspendida la entrada en prisión de la mujer que mató al violador de su hija en Alicante
Más de 5.000 firmas piden el indulto para una mujer que mató al violador de su hija en Alicante
"La muerta hubiera podido ser yo"
La sección séptima de la Audiencia de Alicante, con sede en Elche, ha tomado esa decisión en tanto se tramita la petición de indulto para la mujer, formulada por su abogado ante el Ministerio de Justicia.
El tribunal ya aplazó en febrero el ingreso en prisión de María del Carmen García hasta resolver la petición de suspensión que presentó.
La Audiencia basa su resolución en las circunstancias personales de la mujer, que está en libertad provisional, al señalar que "mantiene una vida ajena al delito en la actualidad", "carece de antecedentes policiales y penales" y ha de "atender a la familia, en concreto a su esposo, que padece una grave enfermedad desde hace años".
También considera que "un ingreso en prisión puede tener indeseados efectos en el curso evolutivo del tratamiento médico que la penada sigue para su enfermedad mental".
La Audiencia de Alicante sostiene que se produce en este caso la concurrencia de "motivos excepcionales" para la concesión de la suspensión de la condena al amparo del artículo 4.4 del Código Penal y aduce que el ministerio fiscal no se opone a esa medida. La mujer, María del Carmen García fue condenada en julio de 2009 por la Audiencia alicantina a 9 años y medio por el crimen, aunque un año después el Tribunal Supremo rebajó la pena hasta cinco años y medio al aplicarle la eximente incompleta de trastorno mental transitorio.
La Audiencia de Alicante acepta su recurso para aplazar el ingreso en prisión.-Argumenta que vive "ajena al delito" .
La Audiencia de Alicante ha acordado estimar la solicitud de la suspensión de la condena impuesta a la mujer de Benejúzar que mató, tras rociarle con gasolina y prenderle fuego, al violador de su hija cuando esta tenía 13 años, según han informado fuentes judiciales.
Suspendida la entrada en prisión de la mujer que mató al violador de su hija en Alicante
Más de 5.000 firmas piden el indulto para una mujer que mató al violador de su hija en Alicante
"La muerta hubiera podido ser yo"
La sección séptima de la Audiencia de Alicante, con sede en Elche, ha tomado esa decisión en tanto se tramita la petición de indulto para la mujer, formulada por su abogado ante el Ministerio de Justicia.
El tribunal ya aplazó en febrero el ingreso en prisión de María del Carmen García hasta resolver la petición de suspensión que presentó.
La Audiencia basa su resolución en las circunstancias personales de la mujer, que está en libertad provisional, al señalar que "mantiene una vida ajena al delito en la actualidad", "carece de antecedentes policiales y penales" y ha de "atender a la familia, en concreto a su esposo, que padece una grave enfermedad desde hace años".
También considera que "un ingreso en prisión puede tener indeseados efectos en el curso evolutivo del tratamiento médico que la penada sigue para su enfermedad mental".
La Audiencia de Alicante sostiene que se produce en este caso la concurrencia de "motivos excepcionales" para la concesión de la suspensión de la condena al amparo del artículo 4.4 del Código Penal y aduce que el ministerio fiscal no se opone a esa medida. La mujer, María del Carmen García fue condenada en julio de 2009 por la Audiencia alicantina a 9 años y medio por el crimen, aunque un año después el Tribunal Supremo rebajó la pena hasta cinco años y medio al aplicarle la eximente incompleta de trastorno mental transitorio.
Iñaki Gabilondo JUAN CRUZ
Iñaki Gabilondo ve las anchoas y exclama "¡oh!" como quien se despierta con el apetito que dan las cosas inolvidables.
La dueña de la casa es María Eugenia Antía, guipuzcoana como él, así que le dice algo que él escuchaba allá arriba: "Es como si comerías en Donosti".
El periodista reflexiona en un libro sobre 45 años en el oficio
En plenitud está Gabilondo.
Así que hablamos de comida.
Antes, en una rueda de prensa en la que ha charlado con periodistas acerca del oficio en el que lleva 45 años, ha hecho una comparación entre lo que ofrecen los periodistas y lo que hacen los cocineros, "cuidadosos siempre en la manipulación de los alimentos".
Ha escrito un libro, El fin de una época (Barril y Barral), que presenta esta tarde en el Círculo de Bellas Artes en compañía de su hermano Ángel, el ministro de Educación.
En ese libro habla de la manipulación a la que sometemos los de este oficio a los alimentos de los que se nutre el periodismo.
Los cocineros, dice, han de garantizar que los alimentos han sido bien manipulados. "Con el periodismo pasa igual".
Nosotros "trabajamos con un material muy delicado, las noticias; y hay algunos que son escrupulosísimos".
Pero los hay "que por conquistar clientes a toda prisa acercan sus manos sucias incluso al producto más delicado".
El periodista trata "una mercancía delicada que ha de ser tratada con garantía". Ahora Internet es "la excusa perfecta para los manipuladores. E Internet es tan solo un instrumento que necesita buenos cocineros que le den la cocción adecuada".
La metáfora vale también para lo indigesto en periodismo.
Dice Gabilondo que ahora muchos ofrecen basura alegando "que eso es lo que quiere la gente". Es mentira, según él: "La basura no se puede ofrecer ni aun presentándola como comida rápida, pues rápida puede ser una comida fabulosa.
Y la basura es basura aunque la adereces". Pero no miremos solo "a los rincones oscuros: en España hay excelentes cocineros y fabulosos periodistas".
El cocinero, como el periodista, "tiene la responsabilidad de la salud de los clientes". Y eso se aprende teniendo referencias.
En lo nuestro, él cita dos referentes, Manu Leguineche y Evaristo Canete, cámara de TVE.
Su experiencia le ha llevado "a ser siempre un contemporáneo profesional", de todo lo grande que ha ocurrido.
"Ahora soy contemporáneo del fin de una época, y eso lo vivo con la perplejidad que se supone que se merece este cambio". ¿Algo que le haya hecho sentir bien en esta mesa enorme que es su vida? "Últimamente, la actitud de mis compañeros de CNN +, que hasta el último suspiro de la emisora trabajaron con una dignidad formidable". ¿Y un desagrado?
"La estafa que sufren las mujeres que después de haber peleado por hacerse un sitio en el mundo laboral se encuentran ahora en el paro y en el desamparo".
Come con verdadero apetito.
Le pregunto si habría un plato que recogiera todos sus sabores.
"Ha habido de todo: dulce, amargo, ácido... Con esos ingredientes no sé si mis amigos Arzak o Berasategui se atreverían a hacer un plato...".
¿Y de postre? "¡Déjate de metáforas! ¡Lo que yo quiero es una mamia! [cuajada, en euskera]".
La dueña de la casa es María Eugenia Antía, guipuzcoana como él, así que le dice algo que él escuchaba allá arriba: "Es como si comerías en Donosti".
El periodista reflexiona en un libro sobre 45 años en el oficio
En plenitud está Gabilondo.
Así que hablamos de comida.
Antes, en una rueda de prensa en la que ha charlado con periodistas acerca del oficio en el que lleva 45 años, ha hecho una comparación entre lo que ofrecen los periodistas y lo que hacen los cocineros, "cuidadosos siempre en la manipulación de los alimentos".
Ha escrito un libro, El fin de una época (Barril y Barral), que presenta esta tarde en el Círculo de Bellas Artes en compañía de su hermano Ángel, el ministro de Educación.
En ese libro habla de la manipulación a la que sometemos los de este oficio a los alimentos de los que se nutre el periodismo.
Los cocineros, dice, han de garantizar que los alimentos han sido bien manipulados. "Con el periodismo pasa igual".
Nosotros "trabajamos con un material muy delicado, las noticias; y hay algunos que son escrupulosísimos".
Pero los hay "que por conquistar clientes a toda prisa acercan sus manos sucias incluso al producto más delicado".
El periodista trata "una mercancía delicada que ha de ser tratada con garantía". Ahora Internet es "la excusa perfecta para los manipuladores. E Internet es tan solo un instrumento que necesita buenos cocineros que le den la cocción adecuada".
La metáfora vale también para lo indigesto en periodismo.
Dice Gabilondo que ahora muchos ofrecen basura alegando "que eso es lo que quiere la gente". Es mentira, según él: "La basura no se puede ofrecer ni aun presentándola como comida rápida, pues rápida puede ser una comida fabulosa.
Y la basura es basura aunque la adereces". Pero no miremos solo "a los rincones oscuros: en España hay excelentes cocineros y fabulosos periodistas".
El cocinero, como el periodista, "tiene la responsabilidad de la salud de los clientes". Y eso se aprende teniendo referencias.
En lo nuestro, él cita dos referentes, Manu Leguineche y Evaristo Canete, cámara de TVE.
Su experiencia le ha llevado "a ser siempre un contemporáneo profesional", de todo lo grande que ha ocurrido.
"Ahora soy contemporáneo del fin de una época, y eso lo vivo con la perplejidad que se supone que se merece este cambio". ¿Algo que le haya hecho sentir bien en esta mesa enorme que es su vida? "Últimamente, la actitud de mis compañeros de CNN +, que hasta el último suspiro de la emisora trabajaron con una dignidad formidable". ¿Y un desagrado?
"La estafa que sufren las mujeres que después de haber peleado por hacerse un sitio en el mundo laboral se encuentran ahora en el paro y en el desamparo".
Come con verdadero apetito.
Le pregunto si habría un plato que recogiera todos sus sabores.
"Ha habido de todo: dulce, amargo, ácido... Con esos ingredientes no sé si mis amigos Arzak o Berasategui se atreverían a hacer un plato...".
¿Y de postre? "¡Déjate de metáforas! ¡Lo que yo quiero es una mamia! [cuajada, en euskera]".
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)


