1 ene 2011
Fallece Rosie la Remachadora
Prestó su imagen a uno de los carteles más famosos de la II Guerra Mundial, convertido con el tiempo en icono del feminismo .
Geraldine Doyle, la mujer que se convirtió en su juventud en la ruda obrera Rosie la Remachadora (Rosie the Riveter) para uno de los pósters más iconográficos de la II Guerra Mundial y posteriormente símbolo de la revolución feminista, ha muerto en Michigan a los 84 años por complicaciones de la artritis que sufría, informan los medios estadounidenses. Doyle, que se había quedado viuda este año, falleció el domingo pasado en la residencia de ancianos en la que vivía.
Doyle inspiró sin sospecharlo el rostro del dibujo We Can Do It (Podemos hacerlo), en la que la protagonista, con un pañuelo rojo de lunares atado en la cabeza, se sube las mangas para mostrar sus potentes músculos.
Con él, se pretendía insuflar ánimo al frente interno de la guerra, a la nación de mujeres trabajadoras que apoyaban el esfuerzo bélico. Doyle entonces tenía 17 años y era una chica guapa que trabajaba en una acería y sirvió de inspiración al artista J Howard Miller, autor del cartel convertido en uno de los grandes iconos de la época.
En realidad, según ha declarado su hija Stephanie Gregg al diario The New York Times, su madre estaba lejos de tener unos bíceps abultados. Gregg ha explicado que su madre era muy delgada, dulce y glamourosa y que tenía los labios hermosos y las cejas arqueadas, pero poco que ver con la mujer fuerte que aparecía en el cartel. De hecho, su trabajo en la fábrica metalúrgica de Ann Harbor, en Michigan, duró apenas dos semanas, tiempo suficiente como para que un fotógrafo de United Press reparara en ella y le tomara las fotografías que después inspiraron a Miller.
Hasta tal punto era una mujer delicada en las antípodas de la imagen ruda que la inmortalizó que dejó el trabajo porque temía herir sus manos y no poder seguir disfrutando de uno de sus pasatiempos favoritos: tocar el violonchelo.
En otro de sus trabajos conoció a su marido, Leo H. Doyle, un estudiante de odontología, con quien estuvo casada 66 años. Según The New York Times, la mujer pasó gran parte de su vida sin saber que era famosa.
Desconoció la existencia del póster hasta 1982, cuando al hojear una revista vio la fotografía y se reconoció.
Los funerales tendrán lugar el próximo martes. Rosie la Remachadora tuvo cinco hijos, 18 nietos y 25 bisnietos.
La Filarmónica de Viena recibe el año con un concierto de inspiración española
La marcha española de Johann Strauss y la Danza Gitana, en el programa del tradicional Concierto de Año Nuevo que este año ha dirigido este año el austríaco Franz Welser-Möst .
Franz Welser-Möst ha dirigido esta mañana el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, que se ha retransmitido en televisión en directo en 70 países . "Es un poco como recibir el Óscar", ha dicho el director para expresar su entusiasmo.
Entrar en el nuevo año al frente de los músicos que mejor entonan el vals en el mundo es "un honor, una alegría y un desafío" reservado a muy pocos privilegiados. Welser-Möst, austriaco de 50 años, ha vivido los últimos 25 años lejos de su país, hasta que el pasado mes de septiembre regresó a Austria para asumir la dirección general musical de la Ópera Estatal de Viena (Staatsoper), cuya orquesta está compuesta por integrantes de la Filarmónica de Viena.
La Filarmónica de Viena recibe a 2010 con una llamada a la alegría de vivir
Todo indica que a estos músicos les está gustando mucho trabajar con él, de lo contrario a Welser-Möst no se le vería este 1 de enero dirigiendo la batuta. Porque a diferencia de otras orquestas, los filarmónicos vieneses no se dejan imponer decisiones por ninguna autoridad. No tienen un director permanente, son los propios intérpretes quienes eligen de forma democrática quién tendrá el honor de dirigir cada uno de sus conciertos. En la historia de los Conciertos de Año Nuevo, que se inició el 31 de diciembre de 1939, sólo cinco austriacos han tenido la suerte que tiene ahora Welser-Möst, quien pasa así a conformar una lista muy selecta, en la que han figurado grandes estrellas mundiales como Lorin Maazel, Herbert von Karajan, Claudio Abbado, Carlos Kleiber, Zubin Mehta, Riccardo Muti, Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Mariss Jansons, Georges Pretre o Daniel Barenboim.
Dirigiendo otras orquestas en otros lugares del mundo -desde 2002 es director musical de la Cleveland Orchestra y antes dirigió la London Philarmonic Orchestra y la Opernhaus de Zürich-, Welser-Möst dice haber intentado enseñar esa forma de interpretar los valses tan propia de los virtuosos vieneses, pero según su opinión no es nada fácil, porque hace falta tener el dominio de una especie de "dialecto" vienés, una percepción sutil en la que la alegría va acompañada de melancolía, la vida se disfruta sabiendo que existe la muerte.
Inspiración española
El repertorio este 1 de enero ha estado centrado, como de costumbre, en valses de Johann Strauss hijo, además de dos piezas de su padre, una de su hermano Josef Strauss y un vals de Josef Lanner. Clemens Hellsberg, el violinista que preside la Filarmónica de Viena, ha señalado que al elegir las piezas musicales se le ha dado un lugar importante a España como fuente de inspiración, con la Marcha española de Johann Strauss, el Cachucha Galopp y también una Danza Gitana del ballet La Perla de Iberia de Joseph Hellmesberger. Y dado que en 2001 se conmemora el bicentenario del nacimiento de Franz Liszt, por primera vez se ha podido escuchar una de sus composiciones, el diabólico Vals de Mefisto I.
Conseguir entradas para el mítico concierto no es nada fácil. Se adquieren por Internet en una especie de subasta, y se agotan de inmediato. Quienes tienen la fortuna de estar sentados en la sala del Musikverein escuchando el concierto con una acústica sin igual no pueden sin embargo ver las danzas que se transmiten por televisión al compás de algunas de las piezas musicales. El coreógrafo es Jean Guillaume Bart, con vestuario y escenografía de Johan Engels. En el elenco del Ballet de la Ópera Estatal de Viena ha actuado como solista la bailarina rusa Maria Yakovleva, acompañada del albanés Eno Peci. Ambos han bailado, entre otros, el vals del Danubio Azul, a cuyo compás inician el Año Nuevo todos los vieneses.
Franz Welser-Möst ha dirigido esta mañana el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, que se ha retransmitido en televisión en directo en 70 países . "Es un poco como recibir el Óscar", ha dicho el director para expresar su entusiasmo.
Entrar en el nuevo año al frente de los músicos que mejor entonan el vals en el mundo es "un honor, una alegría y un desafío" reservado a muy pocos privilegiados. Welser-Möst, austriaco de 50 años, ha vivido los últimos 25 años lejos de su país, hasta que el pasado mes de septiembre regresó a Austria para asumir la dirección general musical de la Ópera Estatal de Viena (Staatsoper), cuya orquesta está compuesta por integrantes de la Filarmónica de Viena.
La Filarmónica de Viena recibe a 2010 con una llamada a la alegría de vivir
Todo indica que a estos músicos les está gustando mucho trabajar con él, de lo contrario a Welser-Möst no se le vería este 1 de enero dirigiendo la batuta. Porque a diferencia de otras orquestas, los filarmónicos vieneses no se dejan imponer decisiones por ninguna autoridad. No tienen un director permanente, son los propios intérpretes quienes eligen de forma democrática quién tendrá el honor de dirigir cada uno de sus conciertos. En la historia de los Conciertos de Año Nuevo, que se inició el 31 de diciembre de 1939, sólo cinco austriacos han tenido la suerte que tiene ahora Welser-Möst, quien pasa así a conformar una lista muy selecta, en la que han figurado grandes estrellas mundiales como Lorin Maazel, Herbert von Karajan, Claudio Abbado, Carlos Kleiber, Zubin Mehta, Riccardo Muti, Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Mariss Jansons, Georges Pretre o Daniel Barenboim.
Dirigiendo otras orquestas en otros lugares del mundo -desde 2002 es director musical de la Cleveland Orchestra y antes dirigió la London Philarmonic Orchestra y la Opernhaus de Zürich-, Welser-Möst dice haber intentado enseñar esa forma de interpretar los valses tan propia de los virtuosos vieneses, pero según su opinión no es nada fácil, porque hace falta tener el dominio de una especie de "dialecto" vienés, una percepción sutil en la que la alegría va acompañada de melancolía, la vida se disfruta sabiendo que existe la muerte.
Inspiración española
El repertorio este 1 de enero ha estado centrado, como de costumbre, en valses de Johann Strauss hijo, además de dos piezas de su padre, una de su hermano Josef Strauss y un vals de Josef Lanner. Clemens Hellsberg, el violinista que preside la Filarmónica de Viena, ha señalado que al elegir las piezas musicales se le ha dado un lugar importante a España como fuente de inspiración, con la Marcha española de Johann Strauss, el Cachucha Galopp y también una Danza Gitana del ballet La Perla de Iberia de Joseph Hellmesberger. Y dado que en 2001 se conmemora el bicentenario del nacimiento de Franz Liszt, por primera vez se ha podido escuchar una de sus composiciones, el diabólico Vals de Mefisto I.
Conseguir entradas para el mítico concierto no es nada fácil. Se adquieren por Internet en una especie de subasta, y se agotan de inmediato. Quienes tienen la fortuna de estar sentados en la sala del Musikverein escuchando el concierto con una acústica sin igual no pueden sin embargo ver las danzas que se transmiten por televisión al compás de algunas de las piezas musicales. El coreógrafo es Jean Guillaume Bart, con vestuario y escenografía de Johan Engels. En el elenco del Ballet de la Ópera Estatal de Viena ha actuado como solista la bailarina rusa Maria Yakovleva, acompañada del albanés Eno Peci. Ambos han bailado, entre otros, el vals del Danubio Azul, a cuyo compás inician el Año Nuevo todos los vieneses.
Sobre el Deseo
La Heridacuyos labios se vuelven hacía adentro.
y da frío, y quema.
Ausencia del contorno necesario para completar el hueco.
Acoplarlo ahí, donde hace falta.
Asciende el aire del vientre hacía arriba.
Algo queda prendido, dentro, enredado al músculo que late y no hace
ruído.
Un soplo ardiente gira, ahora más alto.
Rojo, donde estaba blanco.
El centro de gravedad, rápido, se desplaza.
Curioso es ver dónde acaba el pensamiento.
Invocación del doble,espejo turbio, imagen de nítidos, deslumbrantes perfiles.
No está y se siente, deja notar ese rastro incierto y lacerante que lleva
al dulce abismo.
Por imitación se descubre lo que de otro tiene uno y no tiene.
Límites disueltos en mezcla tenaz de blanda materia.
Empezar y acabar impregnándolo todo de ajena y misma`piel.
Si de nada está hecho, solo anhelo ¿por qué, pues , tanto dolor?
Duele lo que no se palpa aún, y ese es el alimento de fuego.
De la sábana, de la sed, de la seca masedumbre del cansancio.
Salada, fría superficie que tiembla y conmueve.
Nueva savía, otro golpe de sangre, acelaración en ruta que no cesa.
Una vez más estallar y morir, quedar sordo, ciego, brevemen
te.
Fantástica Fábula.
Eduvigis Hernández.
y da frío, y quema.
Ausencia del contorno necesario para completar el hueco.
Acoplarlo ahí, donde hace falta.
Asciende el aire del vientre hacía arriba.
Algo queda prendido, dentro, enredado al músculo que late y no hace
ruído.
Un soplo ardiente gira, ahora más alto.
Rojo, donde estaba blanco.
El centro de gravedad, rápido, se desplaza.
Curioso es ver dónde acaba el pensamiento.
Invocación del doble,espejo turbio, imagen de nítidos, deslumbrantes perfiles.
No está y se siente, deja notar ese rastro incierto y lacerante que lleva
al dulce abismo.
Por imitación se descubre lo que de otro tiene uno y no tiene.
Límites disueltos en mezcla tenaz de blanda materia.
Empezar y acabar impregnándolo todo de ajena y misma`piel.
Si de nada está hecho, solo anhelo ¿por qué, pues , tanto dolor?
Duele lo que no se palpa aún, y ese es el alimento de fuego.
De la sábana, de la sed, de la seca masedumbre del cansancio.
Salada, fría superficie que tiembla y conmueve.
Nueva savía, otro golpe de sangre, acelaración en ruta que no cesa.
Una vez más estallar y morir, quedar sordo, ciego, brevemen
te.
Fantástica Fábula.
Eduvigis Hernández.
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