16 nov 2010
Guillermo de Inglaterra se compromete con Kate Middleton
Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton ya son novios oficiales, aunque su relación comenzó hace siete años.
La Casa real británica acaba de anunciar que el hijo mayor del príncipe Carlos y Diana de Gales se casará con Kate el año próximo. No se ha dado ninguna fecha, pero se espera que sea en julio. Guillermo es el segundo en la línea de sucesión al trono. Su padre ha sido el encargado de anunciar el enlace, a través de la página oficial de Facebook de la familia real inglesa.
Cronología de un romance real
La boda de Guillermo de Inglaterra, cada vez más cerca
Carlos de Inglaterra alaba a su futura nuera
"El Príncipe de Gales está encantado de anunciar el compromiso del príncipe Guillermo con Catherine Middleton", reza el comunicado oficial, en el que se precisa que "la boda tendrá lugar en la primavera o el verano de 2011, en Londres". "Se darán a conocer más detalles sobre el enlace a su debido tiempo", precisa Clarence House, aunque cuenta que ambos jóvenes se comprometieron durante sus vacaciones en Kenia el mes pasado.
El príncipe Guillermo ha informado a la Reina y a otros miembros de su familia" del compromiso y también "ha pedido permiso al padre de la señorita Middleton", explica la nota oficial, precisando que "tras el matrimonio, la pareja vivirá en el norte de Gales, donde el príncipe Guillermo seguirá sirviendo en la Fuerza Aérea Real".
Desde hace meses se venía hablando en Inglaterra de que el anuncio de la boda del heredero del trono británico se iba a producir de un momento a otro. La fecha también era un tema recurrente: se hablaba de que el verano de 2011 era el momento perfecto, ya que se adelantaría a los dos próximos grandes eventos de Reino Unido: las Olimpiadas de Londres y la celebración de las bodas de diamante de la reina Isabel II. Ambos tendrán lugar en 2012.
La pareja inició su relación hace siete años, aunque en 2007 estuvieron unos meses separados. Ambos tienen 28 años y se conocieron en la universidad.
El primer ministro británico, David Cameron, ha declarado estar "encantado con la noticia" y le ha enviado sus mejores deseos a la pareja.
Según algunas publiciones británicas la boda costará alrededor de 40 millones de euros. A ella asistirán representantes de todas las casas reales del mundo al tratarse del sucesor del actual heredero al trono británico.
Nicholas Davies, experto en la casa real de Inglaterra y autor del libro William: King for the 21st Century, ha comentado a la revista Star que la boda será como un auténtico cuento de hadas, donde no faltarán diseños de alta costura, ramos de flores elaborados hasta el último detalle y, cómo no, el anillo de zafiros y diamantes de 18 kilates que Guillermo heredó de su madre, la princesa Diana, y que ya tiene planeado regalarle a Kate en señal de su compromiso.
"Guillermo siempre ha dicho que estará preparado para casarse después de su 28 cumpleaños. Es el momento oportuno", han dicho portavoces de la familia real británica. Y el príncipe cumplió los 28 en junio.
Kate Middleton, hija de una familia de clase media británica, ha trabajado como dependienta y ahora lo hace en una empresa de su familia. La joven cuenta con la aprobación de la reina Isabel, que incluso hace meses pidió a los medios de comunicación que dejaran espacio a la pareja, demasiado perseguida por los fotógrafos. Guillermo ha dicho a sus amigos que el día que se comprometa regalará a su novia un anillo de su madre. El nieto de Isabel II es uno de los miembros de la familia real británica mejor valorado, por delante incluso de su padre.
Carlos hizo unas declaraciones hace dos semanas en la que aseguraba que Kate "rescató" a su hijo.
La Casa real británica acaba de anunciar que el hijo mayor del príncipe Carlos y Diana de Gales se casará con Kate el año próximo. No se ha dado ninguna fecha, pero se espera que sea en julio. Guillermo es el segundo en la línea de sucesión al trono. Su padre ha sido el encargado de anunciar el enlace, a través de la página oficial de Facebook de la familia real inglesa.
Cronología de un romance real
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Carlos de Inglaterra alaba a su futura nuera
"El Príncipe de Gales está encantado de anunciar el compromiso del príncipe Guillermo con Catherine Middleton", reza el comunicado oficial, en el que se precisa que "la boda tendrá lugar en la primavera o el verano de 2011, en Londres". "Se darán a conocer más detalles sobre el enlace a su debido tiempo", precisa Clarence House, aunque cuenta que ambos jóvenes se comprometieron durante sus vacaciones en Kenia el mes pasado.
El príncipe Guillermo ha informado a la Reina y a otros miembros de su familia" del compromiso y también "ha pedido permiso al padre de la señorita Middleton", explica la nota oficial, precisando que "tras el matrimonio, la pareja vivirá en el norte de Gales, donde el príncipe Guillermo seguirá sirviendo en la Fuerza Aérea Real".
Desde hace meses se venía hablando en Inglaterra de que el anuncio de la boda del heredero del trono británico se iba a producir de un momento a otro. La fecha también era un tema recurrente: se hablaba de que el verano de 2011 era el momento perfecto, ya que se adelantaría a los dos próximos grandes eventos de Reino Unido: las Olimpiadas de Londres y la celebración de las bodas de diamante de la reina Isabel II. Ambos tendrán lugar en 2012.
La pareja inició su relación hace siete años, aunque en 2007 estuvieron unos meses separados. Ambos tienen 28 años y se conocieron en la universidad.
El primer ministro británico, David Cameron, ha declarado estar "encantado con la noticia" y le ha enviado sus mejores deseos a la pareja.
Según algunas publiciones británicas la boda costará alrededor de 40 millones de euros. A ella asistirán representantes de todas las casas reales del mundo al tratarse del sucesor del actual heredero al trono británico.
Nicholas Davies, experto en la casa real de Inglaterra y autor del libro William: King for the 21st Century, ha comentado a la revista Star que la boda será como un auténtico cuento de hadas, donde no faltarán diseños de alta costura, ramos de flores elaborados hasta el último detalle y, cómo no, el anillo de zafiros y diamantes de 18 kilates que Guillermo heredó de su madre, la princesa Diana, y que ya tiene planeado regalarle a Kate en señal de su compromiso.
"Guillermo siempre ha dicho que estará preparado para casarse después de su 28 cumpleaños. Es el momento oportuno", han dicho portavoces de la familia real británica. Y el príncipe cumplió los 28 en junio.
Kate Middleton, hija de una familia de clase media británica, ha trabajado como dependienta y ahora lo hace en una empresa de su familia. La joven cuenta con la aprobación de la reina Isabel, que incluso hace meses pidió a los medios de comunicación que dejaran espacio a la pareja, demasiado perseguida por los fotógrafos. Guillermo ha dicho a sus amigos que el día que se comprometa regalará a su novia un anillo de su madre. El nieto de Isabel II es uno de los miembros de la familia real británica mejor valorado, por delante incluso de su padre.
Carlos hizo unas declaraciones hace dos semanas en la que aseguraba que Kate "rescató" a su hijo.
La ropa adquiere otra dimensión
Una cosa es que una revista venga con una cuchara de regalo y otra muy diferente, que lo haga con unas gafas que permitan ver a la chica de portada en todo su esplendor tridimensional. El pasado septiembre, una borrosa Miranda Kerr cobraba vida en la edición italiana de Vogue gracias a la tecnología 3D. "Es la primera vez que una publicación de moda escapa de sus propias páginas para convertirse en real en las manos de sus lectores", promocionaba la propia cabecera. El futuro ya estaba aquí. Porque si tener al alcance de la mano un cuerpo serrano, aunque sea de manera ilusoria, no es un feliz avance ¿qué lo es, entonces? Y quien dice "cuerpo" también se puede referir a las turgencias de la ropa.
La cosa podría haberse quedado en eso; en la pertinente alusión al advenimiento de las tres dimensiones en el cine.
En una gracia pos-Avatar. Pero no ha sido el caso. La industria de la moda se ha convertido en campo de pruebas al servicio de esta tecnología. Nos encontramos ante una realidad de lo más tangible que se está construyendo ante nuestros ojos.
Sin ir más lejos, desfiles como los de Burberry Prorsum o Gaultier se apuntaron a la experiencia tridimensional.
El primero se pudo ver a escala global de manera simultánea. Lo que significa que trascendió al plano de ese tópico que se llama "toda una experiencia". Christopher Bailey, director creativo de la firma, valoró así todo este tinglado: "Este show sin precedentes ha permitido a sus espectadores [unos 100.000] experimentar la energía y atmósfera de un desfile".
Los ejemplos se van haciendo incontables. Mientras Gucci ha lanzando al mercado unas gafas con montura negra brillante como inversión fashionista para los que no quieran las de usar y tirar que proporcionan las salas de cine (cuestan 162 euros y solo estarán disponibles a partir de diciembre en tiendas seleccionadas de EE UU), El Corte Inglés acaba de presentar un spot publicitario en 3D para Emidio Tucci protagonizado por el piloto Pedro de la Rosa. Desde la firma declaran: "La moda se comporta en tres dimensiones, tiene que sentirse, palparse. Y por lo tanto, la realidad que proyecta el 3D para mostrar una silueta o una textura, es incomparable a lo que hasta ahora teníamos. Se ha abierto un campo infinito para reflejar la moda en su aspecto más real". Como señala Isabel Mesa, directora para España y Portugal de la agencia de análisis de tendencias WGSN: "el 3D ha llegado a la moda para quedarse. No es un fenómeno aislado sino que forma parte del proceso de digitalización de la industria. Igual que el comercio electrónico o la comunicación a través de redes sociales. Es una herramienta efectiva y efectista para fomentar la interactividad. Y aplicarla no requiere de grandes inversiones".
¿Acabarán por fagocitar las tres dimensiones a las dos? Se verá, pero afirmarlo quizá sea como haber dicho que el móvil iba a sustituir al mando a distancia porque ambos tenían botones.
La cosa podría haberse quedado en eso; en la pertinente alusión al advenimiento de las tres dimensiones en el cine.
En una gracia pos-Avatar. Pero no ha sido el caso. La industria de la moda se ha convertido en campo de pruebas al servicio de esta tecnología. Nos encontramos ante una realidad de lo más tangible que se está construyendo ante nuestros ojos.
Sin ir más lejos, desfiles como los de Burberry Prorsum o Gaultier se apuntaron a la experiencia tridimensional.
El primero se pudo ver a escala global de manera simultánea. Lo que significa que trascendió al plano de ese tópico que se llama "toda una experiencia". Christopher Bailey, director creativo de la firma, valoró así todo este tinglado: "Este show sin precedentes ha permitido a sus espectadores [unos 100.000] experimentar la energía y atmósfera de un desfile".
Los ejemplos se van haciendo incontables. Mientras Gucci ha lanzando al mercado unas gafas con montura negra brillante como inversión fashionista para los que no quieran las de usar y tirar que proporcionan las salas de cine (cuestan 162 euros y solo estarán disponibles a partir de diciembre en tiendas seleccionadas de EE UU), El Corte Inglés acaba de presentar un spot publicitario en 3D para Emidio Tucci protagonizado por el piloto Pedro de la Rosa. Desde la firma declaran: "La moda se comporta en tres dimensiones, tiene que sentirse, palparse. Y por lo tanto, la realidad que proyecta el 3D para mostrar una silueta o una textura, es incomparable a lo que hasta ahora teníamos. Se ha abierto un campo infinito para reflejar la moda en su aspecto más real". Como señala Isabel Mesa, directora para España y Portugal de la agencia de análisis de tendencias WGSN: "el 3D ha llegado a la moda para quedarse. No es un fenómeno aislado sino que forma parte del proceso de digitalización de la industria. Igual que el comercio electrónico o la comunicación a través de redes sociales. Es una herramienta efectiva y efectista para fomentar la interactividad. Y aplicarla no requiere de grandes inversiones".
¿Acabarán por fagocitar las tres dimensiones a las dos? Se verá, pero afirmarlo quizá sea como haber dicho que el móvil iba a sustituir al mando a distancia porque ambos tenían botones.
"Si ganara el Cervantes daría saltos"ENTREVISTA: ANA MARÍA MATUTE Escritora
La autora de 'Pequeño teatro', figura esencial en la novela española de posguerra, suena con fuerza para el gran premio de las letras españolas.
Con nuevo libro en cartera, 'La puerta de la luna', recorre en esta entrevista su vida y su obra .
Frágil, pero llena de energía, Ana María Matute celebra estos días la aparición del libro que reúne sus cuentos.
La puerta de la luna. Cuentos completos (Destino) da cuenta de su inmenso quehacer literario. Incluye además escritos cortos y artículos periodísticos, que escribió para la revista Destino, algunos de ellos hermosos relatos. Son textos publicados entre 1947 y 1998.
El prólogo a cargo de la especialista María Paz Ortuño Ortín fija minuciosamente el trabajo de Matute. La escritora está harta de que las biografías le quiten un año. "Estoy cansada de repetirlo: tengo 85 años, nací en 1925 y no en 1926 como se emperran en decir".
"La vida te cambia, te apalea, pero yo no me doblego ni que caigan rayos"
"Espero que la novela en la que estoy trabajando no sea la última"
Pregunta. Tenía 17 años cuando escribió la novela Pequeño teatro y un par de años más cuando la llevó a Destino. ¿Cómo logró vencer su timidez?
Respuesta. Iba a por todas. He escrito desde los cinco años. Pensé que Destino era la mejor editorial. Fui tres o cuatro veces, pero el director, Ignacio Agustí, siempre estaba ocupado. Un chico joven que trabajaba en la editorial me dijo "ven tal día y a tal hora y te haré pasar". Fue la confabulación de los jóvenes. Yo temblaba como un flan, pero Agustí fue muy amable. Me dijo que la pasara a máquina y que la leerían. Yo la llevé escrita a mano en uno de esos cuadernos con tapas de hule negro que se utilizaban entonces.
P. Supongo que la mecanografió a toda pastilla.
R. A toda velocidad. La llevé a la editorial y dos semanas después me encontré en la calle con Ignacio Agustí. Me llamó "señorita Matute" y me dijo que estaban asombrados. "¿Cuántos años tienes?", me preguntó. "Diecinueve", dije. "Pues ven con tu padre para que firme la autorización". En aquellos años los padres o los maridos tenían que autorizarlo todo. También me pidió que le llevara algún cuento para darme a conocer literariamente en la revista Destino.
P. ¿Se lo publicaron?
R. Sí, enseguida. El primero que apareció fue El chico de al lado. Me emocioné tanto que compré cuatro ejemplares del semanario. En 1948, Los Abel quedó finalista del Premio Nadal. Agustí me dijo que la veía más madura que Pequeño teatro. Ganó Delibes con La sombra del ciprés es alargada. Quedar finalista detrás de Delibes fue todo un honor. El Nadal fue una bomba para lanzar autores y se lo inventó Ignacio Agustí.
P. ¿Qué pasó con Pequeño teatro?
R. Me la llevé a casa y al cabo de unos años la presenté al Planeta, en 1954. Ganó.
P. En La puerta de la luna aparecen todos los temas que le interesan y que hemos leído en sus novelas: la infancia, la injusticia social, la incomunicación, la incomprensión y el bosque. El bosque siempre está presente en sus historias.
R. El bosque es fundamental. La naturaleza y yo nos entendemos bien. Pertenezco al bosque.
P. La guerra y la posguerra también aparecen como trasfondo en muchas de sus obras.
R. Tenía 11 años cuando empezó la guerra. Terrible, bombardeos, crueldades y barbaridades por ambos lados. Y luego la posguerra, que también fue suculenta. Se prolongó demasiado por culpa de aquella bestia parda que vivía en El Pardo...
P. Ha ganado un montón de premios: dos nacionales de Literatura Infantil, un Nadal (Primera memoria), un Nacional de Literatura y el de la Crítica (Los hijos muertos), el Nacional de las Letras, un Ciudad de Barcelona, un Café Gijón, un Terenci Moix...
R. No escribo para ganar premios, gano premios porque he escrito libros.
P. ¿Le gustaría ganar el Cervantes, que se entrega la próxima semana?
R. Claro que me gustaría ganar el Cervantes. Si lo ganara daría saltos de alegría, bueno, saltos espirituales... [Muestra la muleta que utiliza para andar].
P. Tiene usted una mala salud de hierro.
R. He pasado por el quirófano 11 veces, me he roto el fémur. Soy frágil, pero estoy llena de energía. Ya lo decía el médico de pequeña: "Esta niña es frágil, pero sana". Soy Sanamaría... je, je, je, qué burra soy, ya estoy diciendo burradas.
P. Tuvo usted una producción literaria extraordinaria en los años cincuenta y sesenta.
R. Me casé con aquel espécimen [su primer marido] y pasamos verdaderos apuros económicos. La Matute se convirtió en el sostén de la familia. Solo entraba en casa el dinero que ganaba yo. Me levantaba a las seis de la mañana, ¡qué horror!, cuando ahora tengo que levantarme a las diez me parece que es la madrugada. Escribía un cuento semanal para la revista Garbo, para Destino, novelas, relatos. Mi vida ha sido, es, la literatura y mi hijo. Al revés, mi hijo y la literatura.
P. Consiguió separarse del "espécimen", como usted dice.
R. En esto sí que fui una verdadera heroína, eran los años cincuenta cerca de los sesenta. Sufrí mucho. Automáticamente le dieron la custodia al padre y estuve sin mi hijo dos años y pico. Lo único que me salvó es que mi suegra y mi cuñada, muy buenas personas, me dejaban verlo los sábados. Al espécimen no le interesaba tener el niño, se lo pasó a su madre, solo lo hizo para chincharme.
P. Su vida no ha sido fácil.
R. He vivido momentos terribles. La vida te cambia, te apalea bien, pero yo no me doblego, ni que caigan rayos y tormentas. También he vivido momentos maravillosos. Con mi segundo marido fui muy feliz. Cuando llega el desánimo siempre me digo "p'alante Matute, no para adelante, no, p'alante Matute".
P. Usted siempre tiene proyectos. Seguro que está ya con una nueva novela.
R. Sí, pero no quiero hablar de ella, porque aún no sé en qué época la ambientaré. Espero que no sea la última.
P. Cuando publicó Paraíso inhabitado, en 2008, ya dijo que era la última.
R. Me entrego tanto cuando escribo algo que lo hago pensando siempre que es lo último.
P. ¿Y memorias?
R. Nunca escribiré memorias, solo pensar en las fechas me da pavor. Tendría que consultar tanto, uff.
P. ¿Le disgusta recordar el pasado?
R. No es eso. Pero me llega la etapa en que la memoria flaquea. Si pierdes la memoria, pierdes la vida, es como si no hubieses vivido y a veces me cuesta tanto vivir...
Con nuevo libro en cartera, 'La puerta de la luna', recorre en esta entrevista su vida y su obra .
Frágil, pero llena de energía, Ana María Matute celebra estos días la aparición del libro que reúne sus cuentos.
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El prólogo a cargo de la especialista María Paz Ortuño Ortín fija minuciosamente el trabajo de Matute. La escritora está harta de que las biografías le quiten un año. "Estoy cansada de repetirlo: tengo 85 años, nací en 1925 y no en 1926 como se emperran en decir".
"La vida te cambia, te apalea, pero yo no me doblego ni que caigan rayos"
"Espero que la novela en la que estoy trabajando no sea la última"
Pregunta. Tenía 17 años cuando escribió la novela Pequeño teatro y un par de años más cuando la llevó a Destino. ¿Cómo logró vencer su timidez?
Respuesta. Iba a por todas. He escrito desde los cinco años. Pensé que Destino era la mejor editorial. Fui tres o cuatro veces, pero el director, Ignacio Agustí, siempre estaba ocupado. Un chico joven que trabajaba en la editorial me dijo "ven tal día y a tal hora y te haré pasar". Fue la confabulación de los jóvenes. Yo temblaba como un flan, pero Agustí fue muy amable. Me dijo que la pasara a máquina y que la leerían. Yo la llevé escrita a mano en uno de esos cuadernos con tapas de hule negro que se utilizaban entonces.
P. Supongo que la mecanografió a toda pastilla.
R. A toda velocidad. La llevé a la editorial y dos semanas después me encontré en la calle con Ignacio Agustí. Me llamó "señorita Matute" y me dijo que estaban asombrados. "¿Cuántos años tienes?", me preguntó. "Diecinueve", dije. "Pues ven con tu padre para que firme la autorización". En aquellos años los padres o los maridos tenían que autorizarlo todo. También me pidió que le llevara algún cuento para darme a conocer literariamente en la revista Destino.
P. ¿Se lo publicaron?
R. Sí, enseguida. El primero que apareció fue El chico de al lado. Me emocioné tanto que compré cuatro ejemplares del semanario. En 1948, Los Abel quedó finalista del Premio Nadal. Agustí me dijo que la veía más madura que Pequeño teatro. Ganó Delibes con La sombra del ciprés es alargada. Quedar finalista detrás de Delibes fue todo un honor. El Nadal fue una bomba para lanzar autores y se lo inventó Ignacio Agustí.
P. ¿Qué pasó con Pequeño teatro?
R. Me la llevé a casa y al cabo de unos años la presenté al Planeta, en 1954. Ganó.
P. En La puerta de la luna aparecen todos los temas que le interesan y que hemos leído en sus novelas: la infancia, la injusticia social, la incomunicación, la incomprensión y el bosque. El bosque siempre está presente en sus historias.
R. El bosque es fundamental. La naturaleza y yo nos entendemos bien. Pertenezco al bosque.
P. La guerra y la posguerra también aparecen como trasfondo en muchas de sus obras.
R. Tenía 11 años cuando empezó la guerra. Terrible, bombardeos, crueldades y barbaridades por ambos lados. Y luego la posguerra, que también fue suculenta. Se prolongó demasiado por culpa de aquella bestia parda que vivía en El Pardo...
P. Ha ganado un montón de premios: dos nacionales de Literatura Infantil, un Nadal (Primera memoria), un Nacional de Literatura y el de la Crítica (Los hijos muertos), el Nacional de las Letras, un Ciudad de Barcelona, un Café Gijón, un Terenci Moix...
R. No escribo para ganar premios, gano premios porque he escrito libros.
P. ¿Le gustaría ganar el Cervantes, que se entrega la próxima semana?
R. Claro que me gustaría ganar el Cervantes. Si lo ganara daría saltos de alegría, bueno, saltos espirituales... [Muestra la muleta que utiliza para andar].
P. Tiene usted una mala salud de hierro.
R. He pasado por el quirófano 11 veces, me he roto el fémur. Soy frágil, pero estoy llena de energía. Ya lo decía el médico de pequeña: "Esta niña es frágil, pero sana". Soy Sanamaría... je, je, je, qué burra soy, ya estoy diciendo burradas.
P. Tuvo usted una producción literaria extraordinaria en los años cincuenta y sesenta.
R. Me casé con aquel espécimen [su primer marido] y pasamos verdaderos apuros económicos. La Matute se convirtió en el sostén de la familia. Solo entraba en casa el dinero que ganaba yo. Me levantaba a las seis de la mañana, ¡qué horror!, cuando ahora tengo que levantarme a las diez me parece que es la madrugada. Escribía un cuento semanal para la revista Garbo, para Destino, novelas, relatos. Mi vida ha sido, es, la literatura y mi hijo. Al revés, mi hijo y la literatura.
P. Consiguió separarse del "espécimen", como usted dice.
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P. Su vida no ha sido fácil.
R. He vivido momentos terribles. La vida te cambia, te apalea bien, pero yo no me doblego, ni que caigan rayos y tormentas. También he vivido momentos maravillosos. Con mi segundo marido fui muy feliz. Cuando llega el desánimo siempre me digo "p'alante Matute, no para adelante, no, p'alante Matute".
P. Usted siempre tiene proyectos. Seguro que está ya con una nueva novela.
R. Sí, pero no quiero hablar de ella, porque aún no sé en qué época la ambientaré. Espero que no sea la última.
P. Cuando publicó Paraíso inhabitado, en 2008, ya dijo que era la última.
R. Me entrego tanto cuando escribo algo que lo hago pensando siempre que es lo último.
P. ¿Y memorias?
R. Nunca escribiré memorias, solo pensar en las fechas me da pavor. Tendría que consultar tanto, uff.
P. ¿Le disgusta recordar el pasado?
R. No es eso. Pero me llega la etapa en que la memoria flaquea. Si pierdes la memoria, pierdes la vida, es como si no hubieses vivido y a veces me cuesta tanto vivir...
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