Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 nov 2010

La ropa adquiere otra dimensión

Una cosa es que una revista venga con una cuchara de regalo y otra muy diferente, que lo haga con unas gafas que permitan ver a la chica de portada en todo su esplendor tridimensional. El pasado septiembre, una borrosa Miranda Kerr cobraba vida en la edición italiana de Vogue gracias a la tecnología 3D. "Es la primera vez que una publicación de moda escapa de sus propias páginas para convertirse en real en las manos de sus lectores", promocionaba la propia cabecera. El futuro ya estaba aquí. Porque si tener al alcance de la mano un cuerpo serrano, aunque sea de manera ilusoria, no es un feliz avance ¿qué lo es, entonces? Y quien dice "cuerpo" también se puede referir a las turgencias de la ropa.






La cosa podría haberse quedado en eso; en la pertinente alusión al advenimiento de las tres dimensiones en el cine.
En una gracia pos-Avatar. Pero no ha sido el caso. La industria de la moda se ha convertido en campo de pruebas al servicio de esta tecnología. Nos encontramos ante una realidad de lo más tangible que se está construyendo ante nuestros ojos.
Sin ir más lejos, desfiles como los de Burberry Prorsum o Gaultier se apuntaron a la experiencia tridimensional.
El primero se pudo ver a escala global de manera simultánea. Lo que significa que trascendió al plano de ese tópico que se llama "toda una experiencia". Christopher Bailey, director creativo de la firma, valoró así todo este tinglado: "Este show sin precedentes ha permitido a sus espectadores [unos 100.000] experimentar la energía y atmósfera de un desfile".



Los ejemplos se van haciendo incontables. Mientras Gucci ha lanzando al mercado unas gafas con montura negra brillante como inversión fashionista para los que no quieran las de usar y tirar que proporcionan las salas de cine (cuestan 162 euros y solo estarán disponibles a partir de diciembre en tiendas seleccionadas de EE UU), El Corte Inglés acaba de presentar un spot publicitario en 3D para Emidio Tucci protagonizado por el piloto Pedro de la Rosa. Desde la firma declaran: "La moda se comporta en tres dimensiones, tiene que sentirse, palparse. Y por lo tanto, la realidad que proyecta el 3D para mostrar una silueta o una textura, es incomparable a lo que hasta ahora teníamos. Se ha abierto un campo infinito para reflejar la moda en su aspecto más real". Como señala Isabel Mesa, directora para España y Portugal de la agencia de análisis de tendencias WGSN: "el 3D ha llegado a la moda para quedarse. No es un fenómeno aislado sino que forma parte del proceso de digitalización de la industria. Igual que el comercio electrónico o la comunicación a través de redes sociales. Es una herramienta efectiva y efectista para fomentar la interactividad. Y aplicarla no requiere de grandes inversiones".



¿Acabarán por fagocitar las tres dimensiones a las dos? Se verá, pero afirmarlo quizá sea como haber dicho que el móvil iba a sustituir al mando a distancia porque ambos tenían botones.

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