Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 nov 2010

Donde habite el olvido,

Donde habite el olvido,

En los vastos jardines sin aurora;

Donde yo sólo sea

Memoria de una piedra sepultada entre ortigas

Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.



Donde mi nombre deje

Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,

Donde el deseo no exista.



En esa gran región donde el amor, ángel terrible,

No esconda como acero

En mi pecho su ala,

Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.



Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,

Sometiendo a otra vida su vida,

Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.



Donde penas y dichas no sean más que nombres,

Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;

Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,

Disuelto en niebla, ausencia,

Ausencia leve como carne de niño.



Allá, allá lejos;

Donde habite el olvido.









 Luis Cernuda

Te dejo con tu vida...

Te dejo con tu vida

tu trabajo

tu gente

con tus puestas de sol

y tus amaneceres.



Sembrando tu confianza

te dejo junto al mundo

derrotando imposibles

segura sin seguro.



Te dejo frente al mar

descifrándote sola

sin mi pregunta a ciegas

sin mi respuesta rota.



Te dejo sin mis dudas

pobres y malheridas

sin mis inmadureces

sin mi veteranía.



Pero tampoco creas

a pie juntillas todo

no creas nunca creas

este falso abandono.



Estaré donde menos

lo esperes

por ejemplo

en un árbol añoso

de oscuros cabeceos.



Estaré en un lejano

horizonte sin horas

en la huella del tacto

en tu sombra y mi sombra.



Estaré repartido

en cuatro o cinco pibes

de esos que vos mirás

y enseguida te siguen.



Y ojalá pueda estar

de tu sueño en la red

esperando tus ojos

y mirándote.









Mario Benedetti

La Cumparsita Julio Iglesias

Ha llegado con la aurora el día,,,,,,

Ha llegado con la aurora el día sin sangre, fría transparencia, y se ha marchado a la tarde con el mismo desabrimiento, Venus o Marte enseguida por el sureste, Venus o Marte, hoy no sé de planetas, me es indiferente cómo se llama la fiereza del que, sin pestañear siquiera, sube impertérrito por el terciopelo de una noche sin palabras. Debajo de la ventana, en la plaza, el lloro de un niño.
 Porque a las cosas a veces les da por arrebujarse en los simbolismos, y otras por aparecer tal cual, sin sal ni vida.


A lo mejor allá arriba, cuando llegue la noche de verdad, y se haga entera en las soledades del cosmos, Martes y Venus, y también la Vida, darán cuenta de lo que ha significado hoy, mientras nosotros nos hundimos en el narcótico del sueño, y nos asustamos por cosas que ya no existen, y fluimos con aprensiones como si estuvieran esperándonos una transparencia, un vacío, hoy y mañana y para siempre.

Como si nosotros, después de todo, no tuviéramos que llegar, un día, a la noche completa para reportar el significado de lo que hubo, mientras Martes, Venus, la Vida... duermen por fuera del sueño, se disuelven por fuera de lo que fue cosmos.







Publicado por José Carlos Cataño