Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

13 nov 2010

Adiós Mr. Berlanga

Fallece en Madrid uno de los grandes cineasta españoles

"Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación". Si hubiera que escoger una frase que haya marcado la memoria de la España de los últimos 70 años, ahí está el arranque del discurso de Pepe Isbert en ¡Bienvenido, mister Marshall! Con la muerte esta madrugada de Luis García Berlanga (Valencia, 1921) desaparece un genio de las artes, el creador que junto a Luis Buñuel ha marcado el cine español en el siglo XX. Por desgracia, su comedia, tan pegada a la realidad española, tuvo muy poca repercusión en el mundo anglosajón.







Luis García Berlanga fallece a los 89 años


La hormiga que se creía cigarra


Luis García Berlanga fallece a los 89 años


El pesimista erótico


Luis García Berlanga






La escopeta nacional

Bienvenido Mr. Marshall

El verdugo

Plácido

Todos a la cárcel

Calabuch

La vaquilla

Los jueves, Milagro







Adiós a Luis García Berlanga



Un repaso por la vida y obra del que fue el mejor sociólogo del franquismo de la mano de la especialista en cine de la Cadena SER, María Guerra.



Porque a través de la obra de Luis García Berlanga cualquier espectador aprende cómo ha sido la España del siglo XX, y más aún, de dónde vienen los actuales lodos de la del XXI. Así mismo, Berlanga se definió como ácrata, como anarquista burgués independiente, como pesimista, valenciano, tímido (de ahí que como contrapartida, y así se justificaba, no paraba de hablar), como amante y creador de paradojas... Michel Piccoli, con el que trabajó en Tamaño natural y París Tombuctú, dijo de él: "Es Don Quijote" y añadió: "Bueno,también podría ser Sancho". Berlanga ha sido muchas cosas; incluso de su obra ha nacido un adjetivo: berlanguiano. Hasta Franco tenía su propia definición sobre el cineasta. Cuando sus ministros le contaron que era un anarquista, un bolchevique o un comunista, el dictador les respondió: "Berlanga es mucho peor que eso, es un mal español".




De niño, García Berlanga era un solitario (llegó a pasar un año en Suiza por problemas de salud), hasta que la Guerra Civil le cambió la vida. "Llegó la contienda y tuve que salir de casa. En el 36 yo tenía 15 años. Y a los 13 ya sabía qué pasaba en España, porque mi padre era diputado republicano [de Unión Republicana] y mi abuelo había sido senador con Sagasta. Mi familia era una familia de políticos, y con ellos supe que la política era una cagada, como todo...". Para García Berlanga, esa guerra supuso "unas largas vacaciones", que se acabaron de repente, cuando atraparon a su padre huido en Tánger. "Condenaron a mi padre a la peña de muerte, y por eso me fui a la División Azul... en realidad, estaba enamorado de un chica y pensé que con esta muestra de valor se quedaría prendada de mí". Nunca pegó un tiro, pasó un montón de frío y allí conoció al actor Luis Ciges, un clásico en su carrera. A su padre le fue conmutada la pena no por su hijo Luis, sino porque vendieron sus posesiones... y la chica no le hizo caso. A la vuelta a España decidió estudiar Derecho y más tarde Filosofía y Letras, hasta que en 1947 cambió su vocación e ingresó en la primera promoción del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid. Empieza el Berlanga cineasta.






"Bardem y yo éramos los renovadores, pero no llegamos a inquietar al cine oficial". Juntos escribieron un primer guión, La huída, que fue prohibido por la censura, y levantaron otro proyecto, Esa pareja feliz. "Bardem y yo la preparamos como si fuéramos a construir la torre Eiffel:dibujos, alzados, a qué altura debía ir la cámara... todo debido al atracón de prepotencia que habíamos adquirido en las clase de Serrano de Osma y Antonio del Amo y con los libros de Kulechov, Eisenstein, Pudovkin y demás genios, rusos sobre todo". Berlanga recordaba que durante el rodaje midió mucho sus palabras para no chocar constantemente con Bardem. "Al menos, el filme trataba de cosas más cercanas, naturales, divertidas y distintas a las que se filmaban por aquel entonces", gracias en gran parte a su protagonista, Fernando Fernán Gómez, que encarnaba a un eléctrico del cine español. Esa pareja feliz no se estrenó hasta después de ¡Bienvenido, míster Marshall!, con lo que el encargo a Bardem y a Berlanga les llegó de una manera rebuscada (a través de militantes comunistas). "Había tres condiciones previas: que saliera Lolita Sevilla, que pasara en Andalucía y que fuera de risa". La pareja se junta con Miguel Mihura para escribir el guión, aunque en Berlanga recayó la dirección.



Bienvenido, mister Marshall (1953) es el inicio del cine moderno en España y los cimientos del estilo Berlanga: humanista, ácido y triste, de finales agridulces, pegado a la vida. Villar del Río,el pueblo volcado en hacer felices a los estadounidenses, se recreó en Guadalix de la Sierra (Madrid). "Se estrenó sin mucho éxito, pero la mención especial al guión que ganamos en Cannes la convirtió en un acontecimiento". La leyenda asegura que Edward G. Robinson, miembro del jurado, se indignó con el plano dela banderita estadounidense de papel que flotaba hacia una alcantarilla, y la vetó para premios mayores. La censura no le dejó rodar uno de los sueños de los habitantes de Villar del Río, y curiosamente fue esa pieza, en forma de cortometraje, la última que dirigiría el valenciano: El sueño de la maestra, en 2002. Su carrera se abrió y cerró con la misma obra, que contenía, por supuesto, dos de sus características más populares: la constante repetición de la palabra austrohúngaro y sus planos secuencias, que ensayaba con conciencia.



En esas primeras películas -Novio a la vista (1954), Calabuch(1956), Los jueves, milagro (1957)-la tristeza final y el ambiente gris de la época eran amortiguados por la solidaridad entre los protagonistas.
Tras cinco años levantando películas que nunca se harían, y mientras estalla el talento de jóvenes de Carlos Saura y triunfa en Cannes Luis Buñuel con Viridiana, Berlanga se encuentra con un guionista, Rafael Azcona, con su bisturí dialéctico, y el cine del valenciano entra en nuevos campos: incomunicación, insolidaridad, cierta crueldad y a la vez mayor humanismo.
Llegan así Plácido (1961) y El verdugo (1963). La presentación de esta última, con escándalo incluido, en la Mostra de Venecia la convirtió en un filme político, algo que su director nunca había buscado, y por ello estuvo nueve años sin poder rodar hasta La boutique (1967) y ¡Vivan los novios! (1970).



Otro parón de cuatro años le lleva finalmente a Francia, a rodar Tamaño natural (1973), con Michel Piccoli enamorado de una muñeca hinchable. Es su último trabajo en el franquismo y el primero en el que, siempre acompañado de Azcona, da rienda suelta a su lado erotómano -con su especial fetichismo por los zapatos de tacón- al que dedicó alguna de sus mejores frases, estilo: "Un buen culo es más relevante que todas las ideologías".
 Por ese erotismo estuvo durante años detrás de la colección de novelas eróticas La sonrisa vertical, de la editorial Tusquets.Tamaño natural recibió ataques por todos lados y Berlanga vio confirmada su habitual sensación de soledad creativa.






Con la democracia llegan las películas más corales de Berlanga (que rueda mientras dirige la Filmoteca Nacional entre 1979 y 1982), como la trilogía de los Leguineche que componen La escopeta nacional (1977), Patrimonio nacional (1981), con la que obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía, y Nacional III (1982), toda una disección de las maneras imperantes en España. Traslada el éxito de esa estructura a la Guerra Civil con La vaquilla (1985), un triunfo abrumador de crítica y público gracias a un guión escrito 25 años antes, prólogo del premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1986: fue el primer cineasta en obtener el galardón, justo cuando impulsa la creación de la Academia del Cine.Dos años más tarde fue elegido académico de Bellas Artes de San Fernando.






Su lado más fallero se muestra en Moros y cristianos (1987) y en Todos a la cárcel (1993), con la que consiguió el Goya al mejor director.
 En los noventa debutó en el teatro, como director del sainete Tres forasteros de Madrid, en 1995 en Valencia, y también en su Valencia natal filmó la serie BlascoIbáñez, la novela de su vida. En esos años Berlanga demostró no tener pelos en la lengua:aseguró que "el cine español está robotizado por las subvenciones del Ministerio" y se opuso junto a Bardem a las ayudas que favorecían las películas de los directores debutantes. También disfrutó de todo tipo de homenajes y parabienes, como diversas celebraciones en Guadalix en conmemoración de varios aniversarios de ¡Bienvenido, míster Marshall!, antes de meterse en el rodaje de París-Tombuctú (1999), su decimoséptimo y último largometraje. En él resumió sus vicios ("El ciclismo, el Valencia, la literatura erótica..."), yen su promoción definió su estilo: "Nada debería estar sujeto al guión, los actores deberían inventar la película. Yo tengo fama de ser caótico, pero es mi forma de trabajar y lo que he perseguido siempre. Y siempre he huido de la farsa, todo lo que se ve en mis películas es real, son cosas que he vivido o me han pasado".
 En el último plano de París-Tombuctúpuso la frase: "Tengo miedo". Siempre con su vestir elegante, aseguraba -y era creíble o no, como todo lo que le contaba- que había dejado de ir al cine en los años noventa, "por causas que no se pueden entender, como dejar de beber vino o de besar a las chicas". La última que vio en gran pantalla fue "Torrente, de mi amamantado Santiago Segura".






El siglo XXI ha sido el del lento declinar físico del genio,acuciado por su alzhéimer. En 2002 murió de cáncer su hijo Carlos, y él poco apoco fue desapareciendo de la escena pública. En octubre de 2009 la Mostra de Valencia le rindió un homenaje donde se estrenó el documental Por la gracia de Luis, dirigido por JoséLuis García Sánchez, fundador del centro de Altos Estudios Berlanguianos, al que acompañó un libro ¡Viva Berlanga!, en el que sus amigos recordaban sus mejores momentos. Esta misma semana se ha presentado un anuncio de Médicos sin Fronteras protagonizado por Berlanga en el que llamaba la atención sobre las enfermedades olvidadas. El anuncio se ha convertido por tanto en un bello mensaje póstumo de Berlanga.






A pesar de su fallecimiento, aún queda un último berlanga, el que está confinado en la arqueta 1.034, una caja de seguridad de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Cerrada el 27 de mayo de 2008, el contenido se desvelará el 12 de junio de 2021, cuando se cumpla el centenario del nacimiento del cineasta.

Luis García Berlanga acaba de fallecer

Berlanga


Luis García Berlanga acaba de fallecer en Madrid a los 89 años. Una muerte que clausura una época brillante del cine español. Le entrevisté poco antes de que empezara a sufrir la enfermedad que finalmente le postró.
 Entonces, hace cuatro años, don Luis seguía manteniendo una enorme vitalidad, la que le hizo legendario, y la que de alguna manera se manifestaba en todas sus películas, llenas siempre de acción, de descubrimientos y de gracia. En aquella ocasión, como sabía que muchos de nosotros (Harguindey, los Trueba, algunos más) frecuentábamos mucho a Rafael Azcona, su guionista y su amigo, con el que hizo algunos de sus filmes más geniales, me dijo: "Ustedes ven mucho a Azcona".
Había en ello un deje de celo, pero también creí adivinar ahí cierta melancolía de una amistad y de una camaradería profesional de la que surgieron proyectos sensacionales sobre los que hoy cae un telón simbólico.
Era un hombre que unía a su actividad incesante un genio inmenso para la broma y para la discusión; una conversación con él corría siempre el riesgo de convertirse en un monólogo frenético.
Cuando tú le preguntabas, él seguía respondiendo sobre sus propias respuestas, incesantemente, como si no hubiera puntos y apartes en su vida; y así eran las entrevistas con él: largos monólogos pespunteados por alguna curiosidad que él satisfacía con gusto. En cierto modo, ese hallazgo suyo del plano secuencia era consecuencia de su manera de ser; quería estar al tiempo en todos los lugares y en todas las conversaciones; esa tendencia a la totalidad la llevó al cine pero también a la vida: abrazó el cine y la amistad, pero también abrazó la literatura y el erotismo, tuvo una curiosidad incesante por todo; esos intereses le acompañaron hasta el final, hasta que la vida le dijo basta; él se resistió, cómo no, hasta el final estuvo entre proyectos, ahora necesariamente ajenos; José Luis García Sánchez hizo un documental que presagiaba su despedida, y ahora mismo, este fin de semana, he visto anuncios en los que él se presta a ayudar a otros a vencer dolores que él ha sufrido hasta hoy mismo.
Y he visto que una revista, el XL de Vocento, anuncia una entrevista con él para mañana. Aquella vez, cuando le entrevisté, no había razón ninguna, no había hecho ningún filme, no había hecho nada que exigiera entonces que le requiriéramos para una entrevista de urgencia.
Era una entrevista porque sí, y tardó mucho en salir. Cuando salió, me temo, ya Luis podía mostrar poco interés por leer sobre sí mismo; en realidad, en aquella ocasión y todas las veces que le vi antes Berlanga estaba siempre más interesado en hablar, en contar, que en saber de él.
Ahora recupero aquella experiencia de hablar con él como un homenaje a una voz que ahora me viene a la memoria como un susurro incesante de órdenes y de risas, en medio de su oficina llena de afiches y de recuerdos sobre los que él paseaba como un torbellino.
Murió Berlanga, un nombre propio muy grande del cine español.

Juan Cruz El Pais.com

11 nov 2010

Todo para usted, rey moro

Todo para usted, rey moro


Por: José María Izquierdo

. ¿Saben que da mucho gusto tener unos lectores como ustedes? Pensaba haber hecho hoy lo que ayer les prometí, el viaje a las hemerotecas del Diario 16 de los años ochenta, que las tengo muy transitadas, y algunos de ustedes me han liberado de ello. Por si hay alguien que no lea todos los comentarios, que seguro que los habrá, aunque se pierden una de las partes más importantes de este blog, les recomiendo que lo hagan: los referentes a la entrada de ayer son de obligada lectura. Los editoriales del periódico dirigido por Ramírez, desde luego, pero también las columnas y las declaraciones de Jiménez Losantos –tecleen su nombre y GAL y las verán en Google- o José Luis Gutiérrez. Otro de los comentaristas nos ha traído la magnífica entrevista que Miguel González le hizo al general Sáenz de Santamaría en El País. A cambio de este lujo de contar con la participación de ustedes, y ya entenderán que no mencione a nadie, tenemos que aguantar algunos trolls más groseros que molestos. Poca penitencia nos ponen para tanto como pecamos...



Lo de Marruecos está muy mal, pero peor que va a estar, que vamos a regalar medio país a Mohamed VI. Ya lo verán, ya.

.La Razón lleva un asunto a la portada que uno, quizá obcecado por el laicismo, la presbicia o cualquier alteración grave del entendimiento, tarda un poquito en saber de qué va la cosa. Se lo cuento y ya me dirán: “Otegi, el preso 303 de ETA”. Sumarios: “A las órdenes de la banda. El líder abertzale, que será juzgado hoy, sigue las directrices de los terroristas dentro de la cárcel”; “Numerado: En la lista publicada el 7 de octubre en l web del Colectivo de Presos Políticos figura como el número 303”. Y, finalmente, es el tercero el que nos da la clave: “Doble juego. Intenta compaginar su obediencia al sector duro de la banda con la defensa de los postulados de Batasuna”. Y como todo en sí es una tontuna, pasemos de prestarle más atención. Digamos que sí es cierto que Otegi va a ser juzgado hoy. Gran foto del día de recuerdo de las víctimas en el País Vasco. También es muy bueno el título de una entrevista con el cardenal Antonio Cañizares, colaborador semanal que es del mismo diario: “Sentí de veras no ver a Zapatero en la Sagrada Familia”. Tampoco está mal “Tormenta sahariana en el Gobierno: Jiménez rectifica a Jáuregui por reconocer la soberanía de Rabat sobre El Aaiún”. Sobre todo porque Jáuregui no había reconocido la soberanía de Rabat. La frase era un tanto confusa, pronunciada al hilo de la exigencia de abrir el paso a los periodistas, pero no decía, como es natural, lo que oyeron quienes querían enredar con una tontuna.

El editorial se felicita muchísimo, vamos, una orgía de satisfacción, porque Zapatero haya anunciado que se ha paralizado la Ley de Libertad Religiosa. Ya comprenderán que este catavenenos no comparte esa decisión del presidente del Gobierno, pero ciñámonos al editorial, que es lo nuestro. Solo un par de apuntes. Bueno. O tres. En primer lugar, no es, como dice La Razón, “Una reforma que nadie pide”. Es falso: la pide mucha gente. Y habrá que recomendar al editorialista de La Razón que calme sus ínfulas literarias, a ver si se va a hacer necesario sacar la artillería como ellos hacen: “Resulta muy significativa en estos momentos, cuando se acentúa la cruzada laicista de una parte de la izquierda, deseosa de montar un ‘cordón sanitario’ en torno a la Iglesia. A estos adalides del neoanticlericalismo, agriamente irritados por el éxito de la visita papal, les produce urticaria recordar que la Constitución no es laicista, sino aconfesional”. Cuidado con la soberbia, que es un pecado –o eso dicen ustedes- de mucho preocupar. Y vean, por ejemplo, este magnífico ejemplo de chapuza intelectual: “Además, sería una irresponsabilidad inaceptable que la clase política abriera una ‘guerra de crucifijos’ en un país con casi cinco millones de parados, unos recortes sociales sin precedentes y un empobrecimiento de la población progresivo”. ¿Qué tendrán que ver los parados con los crucifijos? Y el tercero, que entran ganas de decirles: hasta aquí hemos llegado con la chulería y se van a enterar. Lean: “Intentos no faltan, desde luego, como el de esos militantes socialistas extremeños que han litigado para quitar los crucifijos de un colegio de Almendralejo. Crear un problema donde no lo hay, incluso contra la opinión mayoritaria de los padres, como es el caso de esa escuela pacense, es algo más que una frivolidad: es un insulto a los ciudadanos de una región que figura entre las de más alta tasa de paro de Europa”. El insulto, señores míos, es el que ustedes hacen, obligando a tener el crucifijo a quienes no lo quieren. Sí pide mucha gente esa reforma, sí, para que nos dejen ustedes en paz, después de tantos y tantos siglos de oscurantismo impuesto.



Ignacio Villa dice que el PSOE necesita gaseosa con más presión. Bueno, pues vengan las burbujas. A César Vidal le toca hoy la crítica de teatro, que la hace de vez en cuando, y aprovecha para hacer el “Elogio de nuestras madres”. Dicho así, parece que incluso podría tener el apoyo de la mayoría de todos los lectores de este blog, que ya es tener apoyo tratándose de quien se trata y de lo que aquí le hemos leído. Les cuento un párrafo y ya me dirán: “Era (...) la que captaba qué hijo era el más débil y se dejaba la vida protegiéndolo, la que no podía permitir que ninguno de los suyos llevara una sola prenda que no estuviera más limpia que una patena, la que era capaz de quitarse la comida de la boca para alimentar a la familia, la que lograba que nunca se supiera cuándo pegaba ojo y la que, por supuesto, cocinaba, cosía, lavaba, remendaba, fregaba, limpiaba y además atendía, daba besazos, abrazos y caricias mejor que nadie en el mundo”. Pero claro, ahora, ya estamos en otra dimensión, se teme Vidal, y aquella mujer hoy es otra cosa “A veces tengo la sospecha de que ahora esas madres han dejado de existir o porque las mujeres ya no tienen hijos o porque, como no están nunca en casa, poseídas por la culpa siquiera de manera inconsciente, cubren de regalos inmerecidos y caprichos absurdos a unas criaturas cada vez peor educadas. Si mi impresión no es errónea -y desearía de todo corazón que lo fuera- esta sociedad está mucho peor de lo que parece porque habría perdido una pieza esencial para mantener en pie todo el entramado social”. Diga que sí, Vidal, un desastre que ya no existan apenas mujeres como esas, que ladrones y asesinos son cosa nueva. Desde que no hay mujer-mujer, vamos.



En Abc, bajo una gran foto del homenaje a las víctimas del terrorismo en el País Vasco, una terrible denuncia: “El Gobierno despoja al Archivo de Salamanca de los papeles del PNV”. Aunque no sé si es todavía peor otro titular: “Igualdad sufragó un foro anticlerical en plena visita del Papa”. “Aído subvencionó con 28.000 euros la reunión ‘Espai de Llibertat’, celebrada mientras el Pontífice estaba en Brcelona”, y “Exteriores y la Generalitat pagaron también un congreso que criticó la visita papal y reclamó el ‘combate laico’".
Se estarán dando ustedes cuenta de que hoy tengo el día permisivo, tal que si fuera un liberal, así que voy a contestar al Abc con una frase del editorial de La Razón que antes les comentaba.
Decíamos más arriba: “...la Constitución no es laicista, sino aconfesional”. Y seguía así: “...y ordena mantener cauces de colaboración con todas las confesiones”. Y se supone que también con las ‘confesiones laicas’.... El editorial de Abc se inclina por la política exterior del Gobierno, que buena le espera a Trinidad Jiménez, como ya hemos señalado en este blog: “Serios errores de diplomacia”. Sumario: “El viraje que dio este Gobierno hacia Marruecos, cuyas razones no ha explicado aún, ha desencajado los tradicionales equilibrios de España en el Magreb”. ¿Viraje? En fin... Mejor lo explica Hermann Tertsch, que siempre es como un libro abierto. Vayan abriendo boca con el título: “Vergüenza ajena y oprobio común”. Y dice cosas así: “En nuestra política exterior estamos viviendo horas estelares del zapaterísmo químicamente puro. El dislate generalizado ha alcanzado cotas orgiásticas del despropósito. El ridículo y el oprobio son ya la percepción constante en un serial interminable de torpezas y barrabasadas. Cierto, como dicen fuera, que los españoles tienen al Gobierno que han elegido. En nuestro descargo cabe alegar que nadie en su sano juicio podía prever lo que nos venia encima. Estaba claro que habríamos de pagar por una política exterior sin principios, sin profesionalidad, sin carácter, criterio ni firmeza”. Dado lo cual, y como ustedes saben, “solo nos tienen ya en cuenta esos regímenes dictatoriales o autoritarios que por afinidades ideológicas este Gobierno ha apoyado y financiado. No para agradecerlo.
Para pagarnos con insultos, desplantes y desprecio. Venezuela o Cuba, Bolivia, Mauritania o Marruecos, ¡qué más da! Nuestra obsequiosidad es ya humillación y tiene además humillación por respuesta”. La cosa, al parecer, va de lo mal que se hace en lo de El Aaiún.



Lo mismo creen ustedes que El Mundo sigue con lo del GAL. Titular: "El PP impulsará la búsqueda de la verdad sobre los GAL”. Sumario: “Pondrá en marcha iniciativas parlamentarias y judiciales para aclarar el papel de González y sus colaboradores en la ‘guerra sucia’ contra ETA”. Está obsesionado el director de El Mundo por reeditar aquellos tiempos de los años noventa, en los que él se encargaba de patronear en el lodo –ya les he dicho que hoy tengo el día suave y liberal- y de que todos se mojaran en el mismo lago, que no advierte aquello, ya saben, de que la repetición es siempre una farsa. Y por mucho que surfee por ahí Trillo, con la faltriquera repleta, y se espere el regreso de Álvarez Cascos, las cosas son muy distintas a entonces. ¿De verdad se creen ustedes que Mariano Rajoy va a entrar a ese trapo que le tiende Pedro J.? Es guerra perdida, pero da mucho gusto verles en su ambiente.
Ya se lo dije ayer: “¡Qué bien se está en la basura!”. Insiste también en un titular que Jáuregui admitió la ‘soberanía’ de Rabat sobre el Sáhara, aunque la matización está en el texto. En el editorial, leña al mono hasta que hable, sea cual sea el idioma en que lo haga: “Garrafal error que supone un capote a Rabat”. Ya sabe el ministro de la Presidencia que no le van a pasar ni una, por muy civilizado que parezca su trato. También hay palo para esta casa. ¿Les suena de algo?



Pero nos faltaba Isabel San Sebastián, que aquí llega con su cestito de siempre, cargada de ricos productos de las Vascongadas. “El partido socialista ha escrito siempre el guión de su política antiterrorista con renglones torcidos y tinta turbia. Moviéndose en los márgenes externos de la legalidad o vulnerándola abiertamente, ya fuera por la vía de los crímenes de Estado o por la de las negociaciones encubiertas. Mintiendo, ocultando, buscando desesperadamente atajos en lugar de avanzar por el camino recto. Aplicando de forma descarnada el principio maquiavélico de que el fin justifica los medios, sean estos de la naturaleza que sean”. Para empezar. “La política del Partido Socialista en materia de lucha contra el terror se ha escrito siempre con g de GAL y de Eguiguren, que es tanto como decir con g de gangrena; con g de ganancia electoral conseguida a costa de traicionar el sacrificio de las víctimas, su dignidad y su memoria; con g de garlito (celada, trampa, añagaza); con g de gatillo fácil; con g de gazapo (embuste, mentira); con g de grosero engaño; con g de golfos y con i de infamia”. Para terminar.



Y les voy a dejar con una profecía del catedrático Agapito Maestre en Libertad Digital, al que ustedes saben que le tengo mucha fe. Dice así. “Zapatero está donde siempre. Al margen. En su caverna sigue agazapado, escondido y a la espera de dar el último zarpazo al noble pueblo saharaui.
Es el primer paso de los socialistas para entregar, posteriormente, Ceuta y Melilla a la misma persona que ya es dueña del Sahara. Después, naturalmente, vendrá el asalto a Canarias”.