Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

23 oct 2010

ELPAIS.com >Lo últimoENTREVISTA: ALMUERZO CON... MELVIN BURGESS

  • . .Viendo a Melvin Burgess, con su chupa de cuero al hombro, repartir autógrafos a un montón de adolescentes a la salida de un acto en Segovia, cualquiera diría que se trata de una estrella del rock y no de un escritor.

  • Pero lo cierto es que Burgess escribe desde hace años novelas para adolescentes sobre temas tan reales como delicados: drogas, sexo y la adaptación desde la pubertad al mundo de los adultos.

  • "Oh, encuentro encantadores a los adolescentes, en general", asegura ya metidos en faena, ante un cocido castellano y contundente. "¿Listos? Sí, eso creo. ¿Ingenuos? También, tienen poca experiencia, pero no les encuentro más estúpidos o malos que al resto de la sociedad", apunta mientras abre los ojos ante la llegada de los garbanzos, la carne y las verduras. "Puede repetir cuando quiera", nos dice, amable, el encargado del restaurante, a lo que él responde, irónico: "Sí, sí, que vuelva en un minuto".













    El novelista inglés combina críticas feroces y éxito entre adolescentes


    Burgess ha cosechado elogios de la crítica y los lectores. El éxito llegó con Junk, novela sobre varios jóvenes, casi críos, adictos a la heroína, y Doing it, sobre las aventuras y obsesiones sexuales de tres adolescentes. El reconocimiento y los premios han ido acompañados de una crítica feroz por parte de ciertos sectores de la sociedad británica. El escritor inglés reconoce que le gustan las críticas y "bailar con el diablo", pero se defiende: "Me critican porque escribo sobre drogas y sexo, pero ¿cuándo empiezas a tomar drogas? Cuando eres adolescente. ¿Cuándo tienes sexo por primera vez? Cuando eres adolescente. Así que tienes que conocer estas cosas antes de que pasen, no después".






    A su juicio, los medios tienen también su responsabilidad. "Una parte de la prensa británica ama este tipo de historias y les encanta decir a la gente cómo educar a los adolescentes", manifiesta mientras apela al realismo: "La gente toma drogas porque es divertido, no porque vengan de entornos desestructurados. Si vas a hablar de esto tienes que asumir que es así; si no, el enfoque no es el correcto. Y básicamente las drogas son divertidas. Ahora, también son peligrosas. Hay que ponerlo en un contexto y es lo que he hecho".






    "Tendré cuidado con el vino, la última vez que comí con un periodista fue un desastre", advierte este amante confeso de la buena comida, antes de apurar su copa y rematar el tema: "La mayor parte de las críticas son políticas e hipócritas".






    Polemista inagotable, el escritor trata de organizar su contraataque: "Hay dos corrientes sobre cómo tratar a los hijos: una basada en el control, defendida por la derecha, y que cree que se puede mantener la censura de la información en la época de Internet, y la otra que trata de educarles, más propia de la izquierda. El caso es que cuando tu hija decida si toma drogas o si se acuesta con su novio, no vas a estar allí. Se las va a apañar sola".






    Con el postre, llegan las dudas y la sinceridad. "Sí, no es fácil dejar de ser protector cuando se es padre. La gente se preocupa mucho por los adolescentes porque justo en esa época es cuando pierdes el control sobre sus vidas y respondes intentando tener más control", confiesa.






    ¿Sus hijos han leído sus libros? "Sí, y he de decir que mi hija lo hizo demasiado pronto y me da rabia. Los habría disfrutado más después".

  • Adolescentes, drogas, armas y sexo

    El Ayuntamiento de París ha adoptado una medida preventiva y sorprendente al prohibir la exposición de Larry Clark en el Museo de Arte Moderno a menores de 18 años ante el posible carácter pornográfico de algunas imágenes. "Me parece aberrante, una vez más estamos dejando a la juventud alejada de la cultura", se indigna Claire, de 27 años, tras ver la exposición. "Me resulta chocante también porque se trata de un centro público. Si fuera una galería privada podría entenderlo", añade. "Sobre todo, es absurdo porque los menores ven cosas mucho peores en la televisión y en Internet", añade su amiga Sophie.




    • En arte casi todo vale



    De las 200 imágenes, algo más de una decena han motivado la prohibición. En ellas se puede ver a adolescentes desnudos, muchas jeringuillas, penes en erección y sexo explícito.
    El director del centro, Fabrice Hergott, ha intentado justificar la decisión del Ayuntamiento. "A mí no me parecen pornográficas, pero hay que diferenciar el arte de la ley, y desde el punto de vista legal, algunas imágenes pueden ser consideradas como pornográficas", ha añadido.




    La prohibición se basa en el Código Penal en vigor desde 2007, más restrictivo que el anterior, que define como delito el hecho de "emitir por cualquier medio o soporte un mensaje de carácter violento o pornográfico [...] susceptible de ser visto o percibido por un menor".



    El Ayuntamiento, gobernado por el socialista Bertrand Delanoë, ha querido evitar al director del centro un posible acoso judicial como el que viven desde hace 10 años los organizadores de Présumé innocent, una muestra sobre arte contemporáneo e infancia que se exhibió en Burdeos en 2000. La asociación de defensa de la infancia La Muette demandó a los organizadores por mostrar imágenes pornográficas de menores.



    La iniciativa ha sido tildada de "regresiva y retrógrada" por el colectivo de artistas Observatorio de la Libertad de Creación. Larry Clark calificó la "censura" de "ataque de los adultos contra los adolescentes", en una entrevista al diario Le Monde: "Es una forma de decirles: volved a vuestro cuarto, id a ver toda esa mierda en Internet. Pero no queremos que vayáis a un museo a ver arte que habla de vosotros".

    22 oct 2010

    Joaquín Sabina - 19 días y 500 noches

    Sorpresa

    DAVID TRUEBA
    Gracias a las cámaras de CNN+, que grabaron al descuido, como quien roba un billetero, la conversación informal de algunos de los líderes del PP sobre el relevo de ministros, nos hemos llevado una sorpresa. Ahora sabemos lo que hacen los políticos en la intimidad, y esto sí que no nos lo esperábamos. Hablan bien de los rivales. Se nos han venido abajo todas las certezas.
     Esto es como descubrir que Superman toma antidepresivos o pillar al Papa reconociendo entre sus obispos que él tampoco cree en Dios. Por un momento, al ver las imágenes, daba la sensación de que habíamos llegado al mundo perfecto tras atravesar un camino pedregoso.
     La bancada de la oposición felicitando al presidente por algún detalle, los partidos minoritarios ofreciendo su apoyo por el futuro del país, los grupos nacionalistas sacrificando los intereses de la región al bien común y el Gobierno asumiendo de todos ellos las propuestas más válidas. Un panorama que de puro hermoso provoca escalofríos.





    Sabíamos por los micros abiertos que los gobernantes no saben de economía, que después de un elaborado discurso reconocen el tostón que han dado y que entre compañeros de partido no es raro identificarse como el hijo de puta y el cabrón.
    Los micrófonos abiertos nos daban idea de un mundo muy real, áspero, lleno de los comportamientos humanos previsibles: celos, envidias, carencias. Lo de esta ocasión es histórico.
     En los rodajes es habitual que los actores, con el micrófono de corbata, olviden que el sonidista puede oír su conversación y hablen mal del director o no reparen en que lo lleva encendido cuando van al baño y alivian flatulencias antes de volver a interpretar un ser ideal. Pero oír a los políticos hablando bien de los otros es tan alucinante que la retahíla de desmentidos, de reinterpretaciones y el regreso al lenguaje descalificador habitual, es casi algo que nos reconforta y devuelve a la realidad a su letrina cotidiana.
    Pero ahora ya siempre, detrás de cada enconada trifulca, sabemos que estos tipos se aprecian, se reconocen el mérito y que hasta se darían un abrazo si el papel que les pagan por interpretar no fuera tan ingrato.