El nuevo director del ICAA espera mantener la buena sintonía con todos los sectores de la industria .
Esta mañana Carlos Cuadros, que reconocía sentirse un poco "aturullado" aseguraba que se sentía "muy, muy honrado" con la llamada, ayer por la tarde, de la ministra de Cultura "con la que tengo una relación de lealtad". Fue González-Sinde, cuando presidía la Academia del Cine, quien le contrató como director de la institución. Aunque prefería no hacer muchas declaraciones a la espera de tomar posesión de su cargo, el aún director general de la Academia comentó que se sentía muy identificado con la labor realizada por su predecesor, Ignasi Guardans. "Ha sido encomiable y durante estos 18 meses le he estado felicitando por su trabajo. Voy a un puesto muy complicado, difícil, en el que desarrollaré por la misma línea de Guardans esta tarea aunque con mi estilo de trabajo".
Cuadros espera trasladar al ICAA la sintonía que tiene actualmente la Academia con todos los sectores de la industria. "Me va a tocar gestionar un momento de dificultad económica, pero las oportunidades -como por ejemplo, la digitalización de las salas- son inmensas". El nombramiento no cambiará sus planes de fin de semana, que pasan por estar en la Seminci de Valladolid, y tras prometer su cargo, reunirse -lo primero- con el equipo del ministerio.
22 oct 2010
21 oct 2010
, que por recuperar a la persona perdió la imagen que guardaba.
Le sucedió lo que alguna vez le había sucedido, de eso hace mucho tiempo, que por recuperar a la persona perdió la imagen que guardaba.
A ella debió de sucederle lo mismo, que también se contentaba con volver a verlo, pero escudriñaba su rostro, y lo escuchaba, y en su interior sus ojos seguían buscando los ojos de él, ya irremisiblemente perdidos.
Volvieron a separarse. Ninguno de los dos puede pronosticar cuando habrán de verse de nuevo. Ninguno puede sospechar que imagen del otro, si llega el caso, crecerá en su interior en esta nueva distancia.
Publicado por José Carlos Cataño
A ella debió de sucederle lo mismo, que también se contentaba con volver a verlo, pero escudriñaba su rostro, y lo escuchaba, y en su interior sus ojos seguían buscando los ojos de él, ya irremisiblemente perdidos.
Volvieron a separarse. Ninguno de los dos puede pronosticar cuando habrán de verse de nuevo. Ninguno puede sospechar que imagen del otro, si llega el caso, crecerá en su interior en esta nueva distancia.
Publicado por José Carlos Cataño
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