12 oct 2010
CELEBRACIÓN
Pajarillo,
un día apareciste
suave y delicada
en los pétalos de mi vida,
llenando de alegría
este viejo corazón:
Tu canto de alondra
es dulce, sensible y tierno,
y deja un rastro
lleno de nostalgias
que se agitan por el jardín
cuando no estás.
Traes contigo la frescura
de tus jóvenes años
y un ansia extraña
que deja prendidos
sentimientos de afecto
por donde quiera que vas.
Hoy, pajarillo amigo,
quiero desearte
que siempre vibre
libre tu acento,
que no existan
rejas de oro para atarte,
y que tus alas sean
las galas más bellas
cuando del viento se trate...
Publicado por Pacogor y Patty
Chanel: El rugido de la alta costura
SUZY MENKES
PARÍS.- El león todo poderoso, su melena dorada resplandeciente en el sol del atardecer, era tan enorme e imperioso que presagiaba la grandeza del desfile de otoño 2010 de Chanel.
"Bajo el signo del león", anunciaba el programa, haciendo referencia al signo de zodiaco de Coco Chanel. El concepto de Karl Lagerfeld para el desfile de julio incluía la gran estatua del león que infundó la cúpula del Grand Palais con el espíritu de la legendaria casa de 'couture'.
La colección en sí era rica en imaginación y decorado, y provocativa por las nuevas proporciones. Pero había en ella una actitud contemplativa, nada que ver con la exhuberancia de la estatua monstruosa.
Las modelos salían de una perla gigantesca bajo la pata del león, y la ropa parecía casi folclórica: chaquetas cortitas tipo bolero, combinadas con faldas hasta la rodilla o pantorrilla, y botines cortos y arrugados.
El efecto era invernal, ponible y denso: las paletas de burdeos y azul imperial, y los espectaculares brazaletes dorados.
"Se trata de opulencia", dice Lagerfeld, refiriéndose a los colores 'fauvistas' y las decorativas flores de porcelana.
"Pero esto es lujo para la vida", explicó el diseñador. "No es crear por crear".
Si la ropa no brilló más, quizás fue por culpa de la inmensa estatua de 12 metros. Treinta escultores se pasaron tres meses creándola, cubriendo una estructura de metal con una envoltura de aluminio.
El espacio cavernoso, que sirvió de sala 'chill-out' para los clientes y las celebridades (entre ellas las estrellas de 'Gossip Girl' que estaba rodando en París), no animó al público a apreciar los detalles de la colección.
Lagerfeld retó los largos actuales –corto de día y largo de noche— al enfatizar el largo midi, sobre todo para la noche. El resultado fue muy setentero, pero sin el deje 'hippie'.
En la ropa de día dominaban las líneas: chaquetas de 'tweed' cortas con botones como vías de tren de arriba abajo. Cuando los bajos pasaban de la rodilla tenían vuelo o un acabado de piel.
Para la noche, un enrejado de bordados dorados, y un bolero decorado con flores de porcelana, se perdían al salir de detrás de las patas del león, y las puntadas se confundían con las puntiagudas agujas de pino.
Pero el diseñador dejó clara su interpretación de los looks de noche: cortos y ágiles. Los vestidos largos desaparecieron como si la cola del león los hubiera sacudido.
En la última década, Lagerfeld ha llevado la alta costura —y a Coco también— en direcciones múltiples.
Quizás la colección más memorable fue también la más íntima: la colección blanca contrapuesta a recortes de papel para la temporada de alta costura del verano del 2009. Pero la actriz (y diseñadora Mila Jovovich) apreció esta última colección de Lagerfeld, diciendo: "No es paranada exagerada, la ropa es maravillosa?"
Los aplausos más fuertes fueron para la musa masculina de Lagerfeld, el modelo Baptiste Giabicono, que entró al final con una melena de león que recordaba más a Tina Turner que al rey de la jungla.
El desfile ocupó la mayor parte del calendario de couture de esta temporada, y el diseñador se merece muchas felicidades por hacer de "picador" y empujar la moda hacia nuevos horizontes.
PARÍS.- El león todo poderoso, su melena dorada resplandeciente en el sol del atardecer, era tan enorme e imperioso que presagiaba la grandeza del desfile de otoño 2010 de Chanel.
"Bajo el signo del león", anunciaba el programa, haciendo referencia al signo de zodiaco de Coco Chanel. El concepto de Karl Lagerfeld para el desfile de julio incluía la gran estatua del león que infundó la cúpula del Grand Palais con el espíritu de la legendaria casa de 'couture'.
La colección en sí era rica en imaginación y decorado, y provocativa por las nuevas proporciones. Pero había en ella una actitud contemplativa, nada que ver con la exhuberancia de la estatua monstruosa.
Las modelos salían de una perla gigantesca bajo la pata del león, y la ropa parecía casi folclórica: chaquetas cortitas tipo bolero, combinadas con faldas hasta la rodilla o pantorrilla, y botines cortos y arrugados.
El efecto era invernal, ponible y denso: las paletas de burdeos y azul imperial, y los espectaculares brazaletes dorados.
"Se trata de opulencia", dice Lagerfeld, refiriéndose a los colores 'fauvistas' y las decorativas flores de porcelana.
"Pero esto es lujo para la vida", explicó el diseñador. "No es crear por crear".
Si la ropa no brilló más, quizás fue por culpa de la inmensa estatua de 12 metros. Treinta escultores se pasaron tres meses creándola, cubriendo una estructura de metal con una envoltura de aluminio.
El espacio cavernoso, que sirvió de sala 'chill-out' para los clientes y las celebridades (entre ellas las estrellas de 'Gossip Girl' que estaba rodando en París), no animó al público a apreciar los detalles de la colección.
Lagerfeld retó los largos actuales –corto de día y largo de noche— al enfatizar el largo midi, sobre todo para la noche. El resultado fue muy setentero, pero sin el deje 'hippie'.
En la ropa de día dominaban las líneas: chaquetas de 'tweed' cortas con botones como vías de tren de arriba abajo. Cuando los bajos pasaban de la rodilla tenían vuelo o un acabado de piel.
Para la noche, un enrejado de bordados dorados, y un bolero decorado con flores de porcelana, se perdían al salir de detrás de las patas del león, y las puntadas se confundían con las puntiagudas agujas de pino.
Pero el diseñador dejó clara su interpretación de los looks de noche: cortos y ágiles. Los vestidos largos desaparecieron como si la cola del león los hubiera sacudido.
En la última década, Lagerfeld ha llevado la alta costura —y a Coco también— en direcciones múltiples.
Quizás la colección más memorable fue también la más íntima: la colección blanca contrapuesta a recortes de papel para la temporada de alta costura del verano del 2009. Pero la actriz (y diseñadora Mila Jovovich) apreció esta última colección de Lagerfeld, diciendo: "No es paranada exagerada, la ropa es maravillosa?"
Los aplausos más fuertes fueron para la musa masculina de Lagerfeld, el modelo Baptiste Giabicono, que entró al final con una melena de león que recordaba más a Tina Turner que al rey de la jungla.
El desfile ocupó la mayor parte del calendario de couture de esta temporada, y el diseñador se merece muchas felicidades por hacer de "picador" y empujar la moda hacia nuevos horizontes.
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