22 jul 2010
Cuéntame un Cuento
"En el país de los cuentos había una vez un pequeño duende. Un duende muy travieso que siempre andaba riendo y saltando de un lado para otro... Vivía en una casita toda rodeada de montañas. A su lado, un pequeño río que discurría placidamente por la falda de la ladera describiendo un paisaje difícil de imaginar...
Lo que mas gustaba al duendecillo era ver como cada mañana, con los primeros rayos de sol, todas las flores de su jardín iban abriendo una por una sus hojas...
Uno de aquellos días, como muchos otros, salió a pasear a la montaña. Y caminando entre las rocas encontró una flor: era una flor preciosa, nunca había visto otra de igual belleza. Le había cautivado tanto que paso toda la tarde mirándola. Era maravilloso verla cuando se contorneaba cada vez que el viento acariciaba sus hojas...
Al siguiente día y al siguiente, y al otro, volvió para estar a su lado y mirarla. Un día como tantos otros, nuestro duendecillo vio como de una de sus hojas caía una pequeña lagrima. No entendía como la flor más maravillosa del mundo podía estar triste. Se acercó a ella y le pregunto:
-"¿Por que lloras?".
-Y contesto la flor: "me siento triste aquí entre las rocas, sin nadie que me mire salvo tu. Me gustaría vivir en un jardín como el tuyo y ser una mas de entre las flores. Además, te concederé el deseo que mas quieras si me llevas allí".
Fue entonces, cuando el pequeño duende la tomo entre sus manos y con todo el cariño del mundo la planto en el lugar mas bonito de su jardín... Una vez cumplido el deseo, la flor le dijo al duendecillo:
- "Y bien, ahora que me has llenado de felicidad al traerme aquí, ¿que es lo que mas deseas en este mundo?".
Y el duendecillo entonces, la miro fijamente y contestó:
- "Quiero ser flor como tú para sentirme por siempre a tu lado".
Y colorín colorado, en el país de los cuentos, el final ha llegado.
Armani y sus efebos, hoy Nadal ayer Cayetano Rivera.
Después de una larga temporada de torneos y dos importantes triunfos en Roland Garros y en Wimbledon, Rafa Nadal se ha tomado unos días de vacaciones en su tierra. Ayer fue fotografiado junto a su novia, Xisca, y un grupo de amigos en una playa de Formentera. El tenista aprovecha este tiempo para practicar el fútbol en versión playa, uno de sus deportes favoritos.
Nadal ha confesado que de no haber sido tenista habría probado suerte como futbolista. En Formentera ha coincidido con algunos jugadores de la selección campeona del mundo que, como él, pasan allí unos días de descanso, entre ellos Gerard Piqué.
A quien también se le ha visto bañándose en Formentera es al diseñador italiano Giorgio Armani, que ha llegado con su lujoso barco y un montón de amigos.
En Formentera también se encuentra estos días la mujer más rica del mundo y una de las más famosas estos días, protagonista del escándalo más sonado de Francia, Liliane Bettencourt.
La heredera del imperio L'Oréal aterrizó el viernes por la tarde en la isla, adonde se desplazó desde París en vuelo privado, acompañada de un gran séquito de personal que incluye médicos que no pierden de vista su delicada salud.
El vuelo Iberia 2801, un Airbus 340 bautizado con el nombre del músico Isaac Albéniz, trasladaba el pasado día 12 a la selección española, flamante ca
AUDIO - El Pais - 21-07-2010
Audio con las grabaciones entre el avión que trasladaba desde Johanesburgo a la selección española tras ganar el mundial y los distintos controladores aéreos. -
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La grabación, que ha circulado en varios foros especializados en aviación, muestra como los controladores hacen continúas referencias al vuelo y a la "carga" que lleva dentro. Fuentes de la compañía Iberia han autentificado las conversaciones del piloto.
Las referencias al avión empiezan cuando una de las controladoras aéreas le indica a otro piloto qué aeronave tiene por debajo:
Controladora: "Dos cinco cuatro nueve, proceda en rumbo dos, dos, cero, le cruzará un tráfico por debajo que va a izquierda con la selección española entera".
Piloto 2549: "Sí señor estamos virando ya a dos dos cero y tendremos cuidado con el tres cuarenta con los campeones del mundo".
La controladora habla directamente con el vuelo que lleva a la Roja, y envía instrucciones al piloto, el comandante José Antonio Revuelta, pero también recados para los jugadores.
Controladora: "Iberia dos ocho cero uno, presente rumbo [inaudible] intercepte localizador de la izquierda. Mis compañeras y yo mandamos un beso a la selección, especialmente a Casillas con permiso de la Carbonero."
Piloto Iberia 2801: "Muy bien, pues autorizado el localizador de la izquierda y se lo haremos llegar, sí, porque están aquí los dos".
El vuelo Iberia 2801 inicia la maniobra de aproximación, cuando otro controlador transmite un mensaje para los ganadores del Mundial de Sudáfrica.
Controlador: "Madrid dos ocho cero uno, transmítale nuestras felicitaciones, lo orgullosos que estamos de ellos, y lo felices... y gracias por lo felices que nos han hecho".
Piloto Iberia 2801: "Así lo hacemos, así lo hacemos, incluso nuestros compañeros nos han cantando alguna canción".
Controlador: "Ya lo hemos oído aquí todo".
Otro interlocutor le indica de la frecuencia de radio por la que dirigirse a la torre de control de Barajas.
Controlador: "Iberia dos ocho cero uno siete millas al final, comunique con Barajas en uno ocho uno cinco y ¡qué viva España!".
Piloto Iberia 2801: "Uno ocho uno cinco, Barajas, que viva España, Iberia 2801, muchas gracias".
Controlador: "Muchas gracias, hasta luego".
El avión se dirige a la pista y entra en contacto con la torre de control de Barajas. El comandante identifica ya a la aeronave como la que transporta a la selección. De las conversaciones se deduce que los controladores han desviado el resto de vuelos para darle preferencia de aterrizaje a la aeronave que trasladaba a los de Del Bosque.
Piloto Iberia 2801: "Iberia dos ocho cero uno, avión de los Campeones del Mundo, estamos a seis millas en final tres tres izquierda".
Barajas: "Muy buenas, campeones del mundo. Autorizamos en la tres tres izquierda, viento sur trece nudos. Y desde Barajas felicitamos a toda la selección... me pongo hasta nerviosa..."
Entre medias, una voz no identificada, no se reprime y entra en la frecuencia de radio para comunicarse directamente con el Iberia 28010: "¡Enhorabuena Campeones!", y la contestación del piloto: "¡Gracias!". La voz solo acierta a decir: "¡España!".
La controladora de la torre de Barajas no solo dirige al piloto en las maniobras finales, sino que le indica hasta los detalles del recibimiento que se está preparando para recibir a la selección.
Barajas: "Iberia dos ocho cero uno hay un compañero en la terraza del canal ondeando con una bandera enorme".
Piloto: "Muy bien, ya la vemos, muy bien señorita, muy bien, gracias".
El avión ya ha tomado tierra y pide indicaciones para saber adónde ha de dirigirse.
Piloto: " Barajas, Iberia dos ocho cero uno, avión de los campeones del mundo, buenas tardes hemos llegado a la tres tres izquierda".
Barajas tierra: "Buenas tardes, dos ocho cero uno. Sí, se le nota, pues a su izquierda, por Alfa, y en puerta seis se le está esperando para guiarle al pabellón".
Piloto: "A la izquierda por alfa, y en puerta seis con el amarillo me imagino, gracias, Iberia dos ocho cero uno".
Barajas tierra: "Y enhorabuena a todos los de dentro. ¡Menudo privilegio!".
Piloto: "Sí, la verdad que sí, impresionante".
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El vuelo Iberia 2801, un Airbus 340 bautizado con el nombre del músico Isaac Albéniz, trasladaba el pasado día 12 a la selección española, flamante campeona del Mundial , desde Johanesburgo.
Durante el trayecto se vivieron momentos de euforia entre los jugadores , los miembros de la federación española y los periodistas que viajaban a bordo. Pero la alegría también afloró en las comunicaciones entre los pilotos y los distintos controladores aéreos y personal del aeropuerto que se comunicó ese día con la aeronave.
Dos banderas de España, ondean desde la cabina del Iberia 2801.- GORKA LEJARCEGI
El Iberia 2801 aterriza en el aeropuerto de Barajas con los jugadores de la selección española tras ganar la Copa del Mundo.- ALBERTO FERRERAS
"Iberia 2801, el avión de los campeones"
La grabación, que ha circulado en varios foros especializados en aviación, muestra como los controladores hacen continúas referencias al vuelo y a la "carga" que lleva dentro. Fuentes de la compañía Iberia han autentificado las conversaciones del piloto.
Las referencias al avión empiezan cuando una de las controladoras aéreas le indica a otro piloto qué aeronave tiene por debajo:
Controladora: "Dos cinco cuatro nueve, proceda en rumbo dos, dos, cero, le cruzará un tráfico por debajo que va a izquierda con la selección española entera".
Piloto 2549: "Sí señor estamos virando ya a dos dos cero y tendremos cuidado con el tres cuarenta con los campeones del mundo".
La controladora habla directamente con el vuelo que lleva a la Roja, y envía instrucciones al piloto, el comandante José Antonio Revuelta, pero también recados para los jugadores.
Controladora: "Iberia dos ocho cero uno, presente rumbo [inaudible] intercepte localizador de la izquierda. Mis compañeras y yo mandamos un beso a la selección, especialmente a Casillas con permiso de la Carbonero."
Piloto Iberia 2801: "Muy bien, pues autorizado el localizador de la izquierda y se lo haremos llegar, sí, porque están aquí los dos".
El vuelo Iberia 2801 inicia la maniobra de aproximación, cuando otro controlador transmite un mensaje para los ganadores del Mundial de Sudáfrica.
Controlador: "Madrid dos ocho cero uno, transmítale nuestras felicitaciones, lo orgullosos que estamos de ellos, y lo felices... y gracias por lo felices que nos han hecho".
Piloto Iberia 2801: "Así lo hacemos, así lo hacemos, incluso nuestros compañeros nos han cantando alguna canción".
Controlador: "Ya lo hemos oído aquí todo".
Otro interlocutor le indica de la frecuencia de radio por la que dirigirse a la torre de control de Barajas.
Controlador: "Iberia dos ocho cero uno siete millas al final, comunique con Barajas en uno ocho uno cinco y ¡qué viva España!".
Piloto Iberia 2801: "Uno ocho uno cinco, Barajas, que viva España, Iberia 2801, muchas gracias".
Controlador: "Muchas gracias, hasta luego".
El avión se dirige a la pista y entra en contacto con la torre de control de Barajas. El comandante identifica ya a la aeronave como la que transporta a la selección. De las conversaciones se deduce que los controladores han desviado el resto de vuelos para darle preferencia de aterrizaje a la aeronave que trasladaba a los de Del Bosque.
Piloto Iberia 2801: "Iberia dos ocho cero uno, avión de los Campeones del Mundo, estamos a seis millas en final tres tres izquierda".
Barajas: "Muy buenas, campeones del mundo. Autorizamos en la tres tres izquierda, viento sur trece nudos. Y desde Barajas felicitamos a toda la selección... me pongo hasta nerviosa..."
Entre medias, una voz no identificada, no se reprime y entra en la frecuencia de radio para comunicarse directamente con el Iberia 28010: "¡Enhorabuena Campeones!", y la contestación del piloto: "¡Gracias!". La voz solo acierta a decir: "¡España!".
La controladora de la torre de Barajas no solo dirige al piloto en las maniobras finales, sino que le indica hasta los detalles del recibimiento que se está preparando para recibir a la selección.
Barajas: "Iberia dos ocho cero uno hay un compañero en la terraza del canal ondeando con una bandera enorme".
Piloto: "Muy bien, ya la vemos, muy bien señorita, muy bien, gracias".
El avión ya ha tomado tierra y pide indicaciones para saber adónde ha de dirigirse.
Piloto: " Barajas, Iberia dos ocho cero uno, avión de los campeones del mundo, buenas tardes hemos llegado a la tres tres izquierda".
Barajas tierra: "Buenas tardes, dos ocho cero uno. Sí, se le nota, pues a su izquierda, por Alfa, y en puerta seis se le está esperando para guiarle al pabellón".
Piloto: "A la izquierda por alfa, y en puerta seis con el amarillo me imagino, gracias, Iberia dos ocho cero uno".
Barajas tierra: "Y enhorabuena a todos los de dentro. ¡Menudo privilegio!".
Piloto: "Sí, la verdad que sí, impresionante".
El modisto Valentino aloja en su castillo de las afueras de París, abierto al público, un espectacular legado de 10.000 bocetos, 2.000 cartas y valios
Sumergida entre las felicitaciones de Navidad de la realeza europea, hay una gran foto de Valentino en bañador.
Debe tener veinte -ya bronceados- años y no cuesta entender por qué el retratado la ha elegido para que ocupe un lugar preferente en el centro consagrado a su legado.
Un proyecto que ha montado en el granero de su castillo del siglo XVII en Domaine de Wideville, a las afueras de París. Está muy guapo. Y pletórico.
Si algo le aterra al diseñador de moda de 78 años es que Valentino Garavani Archives resulte mínimamente sospechoso de ser un mausoleo.
Valentino cada vez está mas moreno, y dicen que eso hace mucho daño a la piel, la piel estirada que hace que sus ojos suban hacía la frente con mirada de estupor y sin pestañear, como se puede poner al Sol o Rayos Uva que casi parece un berebere, y asombrado, a mi pena no me da ninguna porque está forrado de pasta y puede convertir sin varita mágica un pajar en un salón de Baile, como la cenicienta, pero con mucho oro, no vestirá a la ya aburrida jet, de sobra están vestidas para andar por su yate donde invita a sus amigos, esa casa no la habitará solo, tendrá un pequeño apartamento donde sería el lugar para guardar la segadora o la carreta.
Esperemos que no se estire más, porque entonces si que parecerá un pulpo en un garaje,.
El Museo Valentino de Roma fue desechado por las autoridades locales
Desde la retirada de Il Maestro (como gustaban de llamarle sus costureras) en 2008, Giancarlo Giammetti, eterno socio y compañero vital, se ha dedicado a recopilar y ordenar más de 10.000 bocetos.
Son las tripas de este peculiar museo que se podrá visitar a partir de septiembre con cita previa. Para el año que viene, se espera haber digitalizado todo el material para que se pueda consultar por Internet. "La tecnología es una forma de dirigirse a una audiencia joven con un lenguaje que puede entender más fácilmente. Los archivos Valentino no son un museo de cera. Queremos algo vivo y no un puro ejercicio de nostalgia", explica Giammetti, tal vez apropiadamente, vía correo electrónico.
La apuesta por la tecnología no termina ahí. Si bien los dibujos se pueden apreciar mejor gracias a unas clásicas lupas, la instalación concebida por los diseñadores Patrick Kinmoth y Antonio Monfreda les ha buscado unos modernos compañeros. Una decena de iPad recorren la galería de 40 metros de largo que ocupa la buhardilla del granero. Muestran de forma animada bocetos que Valentino realizó en la pantalla táctil del invento. "La idea fue de Giammetti", explica Kinmoth rodeado por los artefactos.
"Es un ejemplo típico de cómo funciona su tándem desde hace 40 años. Valentino rellena con arte lo que Giammetti organiza y dispone. En este caso, la animación permite asistir a su proceso creativo. Ver qué dibuja primero, cómo compone la silueta... Es una representación gráfica de la forma en que Valentino piensa".
"Dibujar siempre ha sido un momento increíble", explica el creador, también por correo electrónico. "Solo frente a un papel blanco. Pero estos bocetos no buscaban mi propia gratificación. Tampoco eran para revistas o amigos. Su objetivo era explicar un vestido al taller. La realización de un traje es la razón última de su existencia. Nunca ha sido un proceso tortuoso.
Era una tarea que estaba obligado a hacer. Debía producir cientos de dibujos al año, así que necesitaba ser racional".
Lo curioso es que esos trajes finales están clamorosamente ausentes en los 2.000 metros cuadrados del pajar reformado en museo. Una solitaria túnica verde agua -que lució Jackie Kennedy en 1967- recuerda el oficio del italiano e, involuntariamente, también que éste no es ya el propietario de la firma que lleva su nombre y que fundó en Roma en 1962.
Es la compañía quien se ha quedado con el grueso de su producción. Miles de trajes ideados a lo largo de una carrera de medio siglo, ya que Valentino empezó como aprendiz en los talleres de alta costura de París en la década de los cincuenta.
La túnica de Jackie y la foto de Valentino en bañador se miran en la planta baja del granero. Dividida en dos salas que retratan una vida a las faldas del poder y la riqueza. De Audrey Hepburn a Berlusconi, de Diana Vreeland a Carlos de Inglaterra. Instantáneas sin firma o imágenes míticas de Richard Avedon o Horst, salpicadas por ilustraciones y pinturas de Botero y Viramontes.
"Había que representar la vida de Valentino ya que es indisoluble de su obra", explica Kinmoth -que ya colaboró en la retrospectiva que tomó el Ara Pacis de Roma en 2007 para celebrar su 45 aniversario- frente a una gran pantalla que proyecta el documental Valentino: el último emperador, estrenado en 2008. Los estudiantes podrán consultar hasta 2.000 cartas personales, además de 120.000 artículos de prensa y los 15 libros editados hasta el momento sobre el diseñador.
Aunque tener un granero de 2.000 metros cuadrados en un rincón del jardín de 80 hectáreas de un castillo que perteneció al ministro de finanzas de Luis XIII es una razón difícilmente superable para hacerse un museo a domicilio, no deja de ser extraño que las ansias de posteridad de Valentino no hayan encontrado acomodo en alguna institución cultural más convencional. "Había un proyecto en Roma para un museo Valentino", admite Giammetti. "Pero el cambio en la administración de la ciudad hizo que este proyecto se dejara de lado".
Nada como sus fiestas retrata el mundo de Valentino, construido a la medida de las fantasías de un niño que soñaba con Hedy Lamarr y Judy Garland desde la platea del cine de Voghera en el norte de Italia.
Valentino Garavani aprendió el arte de recibir de Jackie Onassis en Capri en los años sesenta.
Desde entonces se ha esforzado en convertirse en un anfitrión legendario. "Siempre me ha gustado. Tengo talento para entretener, para acoger y ser agradable", admitía en una entrevista con este diario en 2007.
Dotes que desplegó el 7 de julio para celebrar el nacimiento de los archivos en sus imponentes jardines.
Era la última noche de la semana de la alta costura y un helicóptero transportó a los miembros del séquito más rezagados, los que debían asistir al segundo turno del desfile de sus sucesores en el corazón de París, la Place Vendôme.
El resto -Jessica Alba, Natalia Vodianova o Marc Jacobs- llegaron en coches o, como en el caso de Gwyneth Paltrow y sus hijos, salieron de las habitaciones de invitados del castillo. A medianoche, con el champán agitando la pista de baile y las conversaciones en los sofás, Valentino y Giammetti podían respirar tranquilos. Un museo de cera no era.
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