Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 jul 2010

Brazos de Mar


lunes 12 de julio de 2010
" Malva-luna de yelo "


" Las floridas espaldas ya en la nieve,
y los cabellos de marfil al viento.
Agua muerta en la sien, el pensamiento
color halo de luna cuando llueve.

¡Oh, qué clamor bajo del seno breve,
qué palma al aire el solitario aliento!
¡Qué témpano, cogido al firmamento,
el pie descalzo que a morir se atreve!

Brazos de mar, en cruz, sobre la helada
bandeja de la noche; senos fríos,
de donde surge, yerta, la alborada;

¡oh piernas como dos celestes ríos,
Malva-luna-de-yelo, amortajada
bajo los mares de los ojos míos! "


Rafael Alberti.

CALOR


Esta mañana me he despertado asustada.
Esta mañana me toqué los labios y quemaban.
Esta mañana supe que había sido una pesadilla.
Esta mañana tus brazos se fundían en mi cuerpo.
Esta mañana en mi presente, estás a mi lado.

Manos


Si me tocas con tu mano,
mi piel te responderá temblorosa,
mis labios se abrirán a los tuyos,
mis piernas abrazarán tu cintura,
y bailaremos los dos
susurrándonos al oído,
la misma canción,
que desde que nos conocimos
unió nuestras almas.

REHABILITACIÓN


Segunda tanda de rehabilitación. A las cuatro de la tarde. Así soy de listo; ni lo dudé un segundo. "Ah, entonces le toca la Gemma", me dijo la recepcionista. Alguien que se llama Gemma no puede ser sino la más dulce, pensé, tratando de encauzar mi precipitación al elegir la hora.
La Gemma en cuestión tiene un carácter que mantiene a raya el bochorno. A esa hora, cuando paso junto a las sóforas, éstas están todas tiesas mirando a un cielo del que han desertado las nubes, un cielo doloroso, un azul que arde y arde sin fuerzas para reverberar; se traga todo su encandilamiento.
La Gemma tiene un acento de Lérida delicioso. "Y ahora suban el pompis tres dedos sobre el suelo", nos dice al conjunto con su catalán oriental.
Ah, los misioneros lingüísticos, si supieran que deslizando con amor la lengua por la boca se conquistan los oídos del espíritu.
Entre los dientes, retrocediendo, asomándose a la comisura, doblándose en cabriola lenta hasta la campanilla. Se suceden los ejercicios, y alguna vez siento la mano de la Gemma sobre mis miembros pidiéndome moderación.
Salgo como nuevo, hincando el paso en los riñones, estirando las articulaciones de puro alivio y gozo estival. Saludo a las sóforas, a las fachadas antiguas que aún perviven en esta parte del sur de Sarrià.
Qué raro, que no le hayan metido mano los del ayuntamiento; ahora no pueden, porque algunos están con un pie en la cárcel. Luego me pregunto que a qué ha venido, tras años de convivir con mis problemas de cadera y cuello, que haya solicitado sesiones de rehabilitación. En pleno julio. En plena canícula.
Lo dejo aquí porque tengo que volver a la rehabilitación.
Publicado por JOSÉ CARLOS CATAÑO