21 jun 2010
Monsiváis, Saramago y Amalia Rodrigues
Monsiváis, Saramago y Amalia Rodrigues
A veces las personas que influyen en el mundo se mueren a pares. Así ha sucedido con Saramago y Carlos Monsiváis, el gran intelectual mexicano, heredero de fernando Novo y Alfonso Reyes. Alguien me dijo una vez que si quería entender el alma de México tenía que leer a Monsiváis, porque Rulfo, Paz, Fuentes, Azuela, Pacheco, Restrepo, Poniatowska y muchos más la han ido reflejando, pero que si prescindes de uno, falta un poco, pero queda lo demás; con Monsiváis no ocurre eso, hay que leerlo obligatoriamente, porque en él está todo, pues entra en sesudos estudios sociológicos, poéticos o históricos y al mismo tiempo habla de lo popular y cotidiano, de eso que los encumbrados intelectuales suelen despreciar. El no, para él México era todo.
Con Saramago se está dando una ironía curiosa. Una vez le hablé del fado y de Amalia Rodrigues, y Saramago se puso serio, casi cabreado, porque decía que el fado era un mecanismo para hacer de Portugal un pueblo débil, y de Amalia Rodrigues no quiso hablar, pero entendí que no era santo de su devoción por la cercanía de ella al régimen salazarista, como Lola Flores con el franquismo. Y la ironía consiste en que, según los noticiarios (la noticia aún no está confirmada), las cenizas de Saramago van a descansar en una panteón de portugueses ilustres que hay en Lisboa, donde reposa también Amalia Rodrigues. Si finalmente eso es esí, no deja de ser un contrasentido.
Publicado por Emilio González Déniz
Monsiváis, Saramago y Amalia Rodrigues
Me pasa a veces, escritores como Carlos Monsiváis, el gran intelectual mexicano, que tu dices, no creo que lo haya leído, y no sé porqué, me considero una persona que lee bastante y ahora resulta que me he dejado en el tibtero a Monsiváis al que todo el mundo conoce, pues ni amigos que te recomiendan algno no lo recuerdo.
Y será que por lo que quiera que sea no me llamó la atención, pero no voy a ir corriendo a comprarlo. Ya se verá porqué no me suena hasta que dijeron que había muerto y todo el mundo lo conoce.
Y con todo lo que está haciendo el Vaticano que no demuestra un ápice de lo que ellos pregonan, misericordia, para Saramago, que siendo ateo y lo refleja en sus libros , era un hombre bueno y conciliador, supongo que no le gustaría el Fado como aquí la copla porque se relaciona con una etapa funesta, pero yo voy entrando hasta en Pena penita pena cuando se la oí a Serrat, y con el cariño que se lo dedicaba a Lola Flores aún viva.
A mi el Fado salvo que sea Dolce Pontes no me gusta, ese lamento de la nostalgia, me pone triste.
A Amalia Rodrigues la veneran en Portugal.Una vez creo que fue en la Isla San Miguel de las Azores, entramos como en el hogar del potugués, era algo así, y pedimos comida típica, era para cenar, nos trajeron como un puchero Canario, enorme y en cuanto casi terminabas te lo llenavan otra vez.
Hacía un Calor inmenso y tenía sed, no suelo beber vino, pero no me traían agua y empecé a beber ese vino verde frio, y bebi y bebí, tanto bebi que había un pequeño escenario donde cantaban Fados, sé que me subí y terminé cantando eso de O marino de Lisboa que te vas para no volver y tu corazón aqui se quedó y todas esas cosas de los fados.
Y Supongo que a Saramago que como buen escritor no querría que ni Amalia, le hiciera sombra, pues la olvidó.
Pero como se suele decir, ironías del Destino, están juntos en el descanso eterno.
Hector Aguilar Camín inaugura 'Lecciones y maestros'
La alargada sombra de José Saramago presidió esta mañana el comienzo de la nueva edición de Lecciones y maestros en Santillana del Mar. El escritor portugués fue el primero en intervenir en 2007 en estos cursos que cada final de junio organizan la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la Fundación Santillana. Por eso, los tres participantes de este año -Héctor Aguilar Camín, Rosa Montero y Manuel Vicent- guardaron ayer junto a los asistentes un minuto de silencio en su memoria.
Luego, la jornada se ha dedicado por entero al escritor mexicano. El escritor Hugo Hiriart lo introdujo: "Para lograr un destilado de Aguilar Camín se requieren los siguientes ingredientes esparcidos en una retorta: Un poco de Chetumal, el pueblo donde nació, lugar primitivo y selvático. Una pizca de su madre y su tía, dos mujeres que ponían a los niños a cantar para espantar sus miedos, y los jesuitas, donde estudió desde niño hasta llegar a la universidad".
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