Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 jun 2010

Algo bueno Maruja Torres

Si algo bueno tengo en los malos tiempos es que precisamente por su maldad intento rescatar el lado positivo de lo que ocurre.
Es el optimismo de la voluntad, mucho más inteligente -y válido-, me parece, que el antropológico.
Estos días de desolación ante la última tropelía del ardor guerrero israelí nos dejan unas pocas pero luminosas lecciones.
En primer lugar, que en momentos en los que todo alrededor rezuma preocupaciones económicas -la mayoría, desde luego, muy fundadas-, y en que el mundo parece ensimismarse en la contemplación de su bolsillo, casi 700 personas emprendieron una gesta heroica para llamar la atención sobre el horror al que Israel tiene sometida a la franja de Gaza.
Esas personas de diferentes países y con diferentes pedigrís, sin duda no siempre de acuerdo en muchas cosas, se unieron por una causa justa y zarparon, como zarpaban los conquistadores, a por la dignidad.
Y aunque han pagado un precio muy alto, con dignidad regresan, y a mí me resulta emocionante que durante un periodo hablemos más de ellos que de los altibajos de la Bolsa.


En segundo lugar, es obvio que estos particulares, estos individuos, esta gente admirable, han conseguido -y creo que en proporciones mucho más gigantescas de lo que pudieron imaginar cuando emprendieron su viaje- desenmascarar el verdadero rostro del Israel actual, por si a alguien le cupieron dudas. Cielos, si mediáticamente aquí solo les han defendido los medios que, llegado el momento, también defienden a los falangistas.

Como último beneficio, nos veo a nosotros mismos clamando con una claridad como no veíamos desde hacía eras contra ese bloqueo -que los judíos buenos consideran "inútil e inmoral"- y contra esa paranoia chulesca que por desgracia en demasiadas ocasiones ha sido consentida y justificada.

Y viva Turquía, dicho sea de paso.

Maruja Torres

Paul McCartney recibe en la Casa Blanca el Premio Gershwin por su trayectoria


Ostenta el título de sir concedido por Isabel de Inglaterra, pero aun así, el chico travieso que creció en Liverpool admitió ayer sentirse impresionado por tocar en la Casa Blanca. "Estoy nervioso, soy fan de Obama", confesó Paul McCartney. "Y, reconozcámoslo", declaró a los periodistas, "esta no es mi audiencia habitual".


La beatlemanía se instaló ayer en el número 1600 de Pennsylvania Avenue, donde todo estaba preparado para que McCartney recibiera de manos del presidente de Estados Unidos el Premio Gershwin de la Canción Popular otorgado por la Biblioteca del Congreso.
El galardón, que lleva este nombre en honor al dúo de compositores y hermanos George e Ira Gershwin, reconoce "a los músicos cuyas carreras promueven la canción como un vehículo de expresión artística y cultural".

Por la mañana, McCartney acudió a la biblioteca del Congreso para declarar que se sentía "honrado" por recibir uno de los premios más importantes de este país aunque todavía con poca historia -solo lo tienen Paul Simon (2007) y Stevie Wonder (2009)-. El ex beatle, que cumplirá 68 años el día 18, es, pues, el primer no estadounidense en recibirlo.

El premiado respondió a las preguntas de un cuerpo de prensa necesitado de noticias buenas. "¿Tengo que decir algo?", preguntó el compositor cuando accedió al podio colocado para la ocasión en la sala 119 de la Biblioteca del Congreso, donde el calor era asfixiante. "Diré algo", se animó un pretendidamente tímido McCartney. "¡Es fantástico estar aquí!".

-¿Qué le parece el presidente Barack Obama? -disparó un reportero.

-Es un gran tipo, así que... ¡déjenle en paz! -recomendó sir Paul.

Cuestiones hubo alguna más pero el cantante solo se atrevió con las que domina. Preguntado sobre qué haría para resolver el desastre del vertido de petróleo en el golfo de México, dejó claro que el tema le venía grande. Sí confesó algunos de sus secretos de compositor.

-¿Cuándo y cómo le visitan las musas?

-Es un misterio -dijo. La melodía de Yesterday le llegó en un sueño.

"Algunas de las canciones que uno escribe, no sabe de dónde salen", contó, "por lo que tengo que creer en la magia".

CAROLE KING You've Got A Friend

http://www.youtube.com/watch?v=XHlcW_lKPl4

La absoluta necesidad de tener buenos amigos

Sólo un amigo de verdad es capaz de regalar lo mejor que tiene. Eso fue lo que hizo Carole King (Nueva York 1942) con James Taylor (Boston, 1948). Le dio su mejor canción y el poder del compañerismo logró que Taylor la convirtiera en un éxito mundial sin precedentes. Curiosamente esa canción se titula You've got a friend (Tienes un amigo).


En noviembre de 1970, James Taylor era dos personas, una vivía la peor de las pesadillas y la otra el mejor de los sueños.
Acababa de volver a Estados Unidos después de que los Beatles produjeran y lanzaran su primer disco. "Me abrieron una puerta en la que el mundo estaba detrás.
Me dieron el mundo", ha declarado el músico.
Pero también en 1970 la heroína consiguió hacerse la mejor amiga del autor de Carolina in my mind y secuestrarlo, casi para siempre.

En noviembre de 1970 Taylor y Carole King dieron su primer concierto juntos en el club Troubadour de Santa Mónica Boulevard en West Hollywood, California. Lo hacían por amistad, amor y también por dinero. Con lo conseguido en esos bolos, el artista podía seguir consumiendo y King cuidándolo como el ángel que fue en propias palabras de James Taylor.

Un año después, ambos volvieron al club durante dos semanas para compartir cartel, tal vez en una especie de revanchismo a todas aquellas veces que actuaron en el pasado. Volvían de otra forma. En el verano de 1971, el disco de Taylor Fire and Rain lideraba las listas de ventas y Tapestry de Carole King iba camino de convertirla en una superestrella.
Treinta y seis años después, en noviembre de 2007, James Taylor, Carole King y los componentes de su renovada banda original The Section (que incluye al guitarrista Danny Kortchmar, al bajista Leland Sklar y al batería Russell Kunkel) regresaron al Troubadour, durantes tres noches y seis actuaciones, para celebrar el 50 aniversario del club.

Mañana vuelven a las tiendas de discos canciones como So Far Away, It's Too Late y Will You Love Me Tomorrow?, de King, y los temas de James Taylor Carolina in My Mind, Sweet Baby James y Fire and Rain, grabados en esos conciertos que sirvieron a un desintoxicado Taylor y a su mejor amiga, King, para ajustarle cuentas a un pasado muy difícil pero muy creativo, con un halo de trizteza pero cargado de increíbles canciones.