La Palabra Mas Larga Del Mundo De entre las palabras en castellano que aparecen en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la más larga en cuanto a número de letras es electroencefalografista (23 letras).
Sin embrago, mediante el uso de sufijos, se pueden formar palabras más largas, como anticonstitucionalísimamente.
18 ene 2010
UN DIA HABRÁ UNA ISLA
Un día habrá una isla
que no sea silencio amordazado
Que me entierren en ella,
donde mi libertad dé sus rumores
a todos los que pisan sus orillas.
Solo no estoy. Están conmigo siempre
horizontes y manos de esperanza,
aquellos que no cesan
de mirarse la cara en sus heridas,
aquellos que no pierden
el corazón y el rumbo en las tormentas,
los que lloran de rabia
y se tragan el tiempo en carne viva.
Y cuando mis palabras se liberen
del combate en que muero y en que vivo,
la alegría del mar le pido a todos
cuantos partan su pan en esta isla
que no sea silencio amordazado".
Pedro García Cabrera
que no sea silencio amordazado
Que me entierren en ella,
donde mi libertad dé sus rumores
a todos los que pisan sus orillas.
Solo no estoy. Están conmigo siempre
horizontes y manos de esperanza,
aquellos que no cesan
de mirarse la cara en sus heridas,
aquellos que no pierden
el corazón y el rumbo en las tormentas,
los que lloran de rabia
y se tragan el tiempo en carne viva.
Y cuando mis palabras se liberen
del combate en que muero y en que vivo,
la alegría del mar le pido a todos
cuantos partan su pan en esta isla
que no sea silencio amordazado".
Pedro García Cabrera
Pedro Gracía Cabrera
Siempre le he tenido un cariño muy especial a Pedro García Cabrera, me encanta su forma de comunicarse , de hacer poesía, para mi es muy especial. Lo adoro :
Pedro García Cabrera, Lorca, una copla y la intertextualidad
"A la mar fui por naranjas
cosa que la mar no tiene.
Metí la mano en el agua:
la esperanza me mantiene*"
Esta es una copla popular de Vallehermoso (La Gomera). La encontré aquí, un breve estudio sobre la poética de Pedro García Cabrera que leí mientras buscaba el poema que puse en el post anterior. "A la mar fui por naranjas" fue título de unas jornadas que se hicieron sobre el autor, debido a la importancia de la poesía popular en su obra. Curiosamente, esta copla es heredera de una que Lorca cantó así: "La mar no tiene naranjas ni Sevilla tiene amor", y de las que se pueden encontrar por ahí todavía en boca y memoria de los libros y los viejos.
... El primer verso de la copla (preñada, brotada de vida y de tránsitos) resume la poética de uno de los mejores autores canarios, y toda ella a su vez revive en un solo verso. La intertextualidad es algo maravilloso:
"*Con la mano en la mar así lo espero"
Pedro García Cabrera, Lorca, una copla y la intertextualidad
"A la mar fui por naranjas
cosa que la mar no tiene.
Metí la mano en el agua:
la esperanza me mantiene*"
Esta es una copla popular de Vallehermoso (La Gomera). La encontré aquí, un breve estudio sobre la poética de Pedro García Cabrera que leí mientras buscaba el poema que puse en el post anterior. "A la mar fui por naranjas" fue título de unas jornadas que se hicieron sobre el autor, debido a la importancia de la poesía popular en su obra. Curiosamente, esta copla es heredera de una que Lorca cantó así: "La mar no tiene naranjas ni Sevilla tiene amor", y de las que se pueden encontrar por ahí todavía en boca y memoria de los libros y los viejos.
... El primer verso de la copla (preñada, brotada de vida y de tránsitos) resume la poética de uno de los mejores autores canarios, y toda ella a su vez revive en un solo verso. La intertextualidad es algo maravilloso:
"*Con la mano en la mar así lo espero"
La Mariposa de Jose Miguel Junco Ezquerra
Moscas de arena, para nada extrañas, golpeaban con furia su cuerpo completamente desnudo. Un sol circunstancial se mostraba agresivo hasta herirle los ojos. Resultaban grotescas aquellas repentinas lágrimas de sangre que caían con descaro hasta la calle sin asfaltar.
No conseguía entender cómo era posible que no sintiera vergüenza al observar sus pechos agitándose libremente a un ritmo acompasado con su apresurado andar anárquico y circunspecto. En realidad no conseguía entender nada. Tampoco el sentido de aquellas carreras alocadas de niños sin escuela. Tampoco el pasar descompuesto en dirección contraria de otros hombres y mujeres desnudos.
Una mariposa enorme se posó sin permiso en su boca y no le resultó posible despegarla, quitársela de encima. “¡Corra! ¡Corra!”, oyó gritar a su espalda.
El estruendo que procedió a la bomba le hizo recobrar el sentido de la realidad: no tenía brazos con que quitarse la mariposa que, cada vez con más fuerza, succionaba sus labios.
LA MARIPOSA, de J. M. Junco
No conseguía entender cómo era posible que no sintiera vergüenza al observar sus pechos agitándose libremente a un ritmo acompasado con su apresurado andar anárquico y circunspecto. En realidad no conseguía entender nada. Tampoco el sentido de aquellas carreras alocadas de niños sin escuela. Tampoco el pasar descompuesto en dirección contraria de otros hombres y mujeres desnudos.
Una mariposa enorme se posó sin permiso en su boca y no le resultó posible despegarla, quitársela de encima. “¡Corra! ¡Corra!”, oyó gritar a su espalda.
El estruendo que procedió a la bomba le hizo recobrar el sentido de la realidad: no tenía brazos con que quitarse la mariposa que, cada vez con más fuerza, succionaba sus labios.
LA MARIPOSA, de J. M. Junco
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