Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

2 abr 2020

Pan y wifi..................................... Luz Sánchez-Mellado

Fernando Simón se ha carbonizado en la misma hoguera que intenta apagar a cubos. Qué más quieren.

Videoconferencia de Fernando Simón.
Videoconferencia de Fernando Simón. EFE
Una de las razones por las que he rechazado ascensos por los que otros matarían es que no sé organizar nada ni a nadie, ni siquiera a mí misma.
 Recuerdo al principio un jefe que quiso prepararme para segunda dándome a cuadrar el planillo de la revista.
 No hablo de ordenar el tráfico aéreo en Barajas un 1 de agosto, sino de repartir páginas entre contenidos y publicidad y reordenarlas según vengan dadas.
 Nada: inútil, incapaz, negada.
 No sirvo para jefa. 
A cambio, creo ser bien mandada. 
 En las crisis me hago bola y necesito órdenes para salir del hoyo. Entonces, si respeto al que ordena, cumplo a base de amor propio. Si no es el caso, y fracaso rebatiendo a quien manda, primero cumplo por la cuenta que me tiene, y luego lo pongo verde para mis adentros o para mis afueras, si creo poder aportar algo útil. 
Saber para lo que una no vale en la vida te da ventaja. 
No triunfas, pero tampoco fracasas y puedes dormir cinco horas con su poquito de melatonina. 
Si no sabes, o no puedes, o no quieres ayudar, no molestes.
Fernando Simón, responsable científico en la crisis del coronavirus, ha ido consumiéndose a ojos vista en cada comparecencia desde que los periodistas pasábamos de la distancia social y nos abrazábamos muertos de la risa, el miedo y la soberbia.
 Al final se ha infectado.
 Leer ciertas reacciones a su baja abre las carnes.
 Con sus aciertos y, seguro, sus errores, Simón se ha carbonizado en la misma hoguera que intenta apagar a cubos.
 Qué más quieren, ¿su cabeza en bandeja quirúrgica? 
Las crisis nos retratan mejor que las rectoscopias.
 Mientras unos reman a todo bíceps y aplazan el legítimo motín para cuando la vía esté taponada, otros, hartos de pan y wifi en casa o el despacho, reparten sumarísima justicia tuitera sin aportar más que su veneno.
 Cuando esto pase, habrá una interesantísima galería de autorretratos.
 A ver cuántos se reconocen y cuántos se hacen los suecos.

 

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