Un Blues

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4 abr 2020

Isabel Preysler, tres bodas y un lustro de amor con Vargas Llosa

La ‘socialité’ ha ido encadenando matrimonios desde los 19 años. Medio siglo después, no tiene prisa por sellar la relación con el escritor.

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa llegan al Teatro Real de Madrid el pasado 13 de noviembre.
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa llegan al Teatro Real de Madrid el pasado 13 de noviembre.Cordon Press

 Mábel Galaz

Isabel Preysler solo ha estado sin pareja unos meses desde que cumplió 19 años, el tiempo que transcurrió desde que falleció su tercer marido, Miguel Boyer, y reapareció en su vida Mario Vargas Llosa. 
A los 19 años se casó con Julio Iglesias, embarazada de su primera hija, y luego ha ido encadenando matrimonios.
 Está claro que a la reina de la prensa del corazón le gusta vivir en compañía, ella que se declara una mujer independiente.
 Tras tres bodas, Preysler celebra en estos días un lustro de amor con Vargas Llosa que no tiene fecha fija en el calendario de los aniversarios porque ellos se ocuparon de que su historia pasara inadvertida en sus inicios.

Fue precisamente hace ahora un año cuando la pareja desveló algunos detalles. 
Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler contaron en una entrevista su versión del idilio que sacudió el mundo de la cultura, la política y el corazón. 
Escogieron un medio peruano, la revista Cosas, y como interlocutor al escritor Santiago Roncagliolo. 
En la charla desvelaron que en la primavera de 2015, el editor de una revista llamó a Isabel Preysler porque tenía fotos de Mario Vargas Llosa y de ella en la casa de Enrique Iglesias en Miami y pensaba publicarlas. 
Era el primer documento que confirmaba la relación de la pareja y, por tanto, tenían gran valor.
 “Le dije al editor que ya estaba cansada de esto. 
La gente acababa de estar liándome con el presidente del Real Madrid Florentino Pérez y yo no quería empezar de nuevo con otro rumor”, recuerda Isabel Preysler. 
“Lamentablemente, no tenía manera de detener la publicación de las fotos.
 Al final, lo que nos salvó fue que la terraza de Enrique está techada.
 Si un juez llegaba a considerar ese lugar como un interior de la casa, podría acusar a la revista de atentado contra la intimidad y condenarla a pagar una indemnización millonaria”.
 Pero, aunque sin imágenes, para entonces la relación de la pareja era un secreto a voces.

Fue una portada de ¡Hola!, la revista de cabecera de la reina de la prensa del corazón, la que oficializó la relación en junio de 2015 mostrando a la pareja una noche por las calles de Madrid. 
 Horas después, Patricia Llosa de Vargas, entonces esposa del premio Nobel de Literatura, pedía respeto para la privacidad y negaba que estuviera separada del escritor. 
Pero el escritor estaba decidido a comenzar públicamente una nueva vida y, desde ese momento, proclamó su amor por Preysler a la que conoció cuando estaba casada con Boyer y cuentan que entonces ya le cautivó.
Cinco años después, Vargas Llosa ha encajado en el universo Preysler.
 La pareja vive en la lujosa casa de Puerta de Hierro que ella levantó con Miguel Boyer.
 El despacho del economista lo es ahora del Nobel. 
Los hijos de Preysler han aceptado como uno más al escritor. Tamara es quien vive con ellos. 
“Le llamo Mario, lo de tío Julio o tío Miguel para los otros maridos de mami estaba bien cuando era pequeña”. 
Tamara cuenta que le encanta hablar y aprender con Vargas Llosa: “Es tan sencillo que habla con todos”.
 Con él y con su madre estaba la ganadora de MasterChef cuando recibió la noticia de la muerte de su padre, Carlos Falcó, el pasado 20 de marzo.
Preysler tiene la fórmula para llevarse bien con sus exmaridos. 
Con Falcó mantenía una cordial relación aunque su ruptura no lo fue. “Éramos amigos. He sentido muchísimo su muerte”, ha dicho esta semana.
 Lo mismo, dice, sucede con Julio Iglesias, con quien mantiene el contacto y el cariño.
Las complicadas relaciones de Vargas Llosa con sus tres hijos después de la separación de la que fue su esposa durante 50 años también se han ido suavizando. 
“Poco a poco, he ido restableciendo una relación amistosa y cordial con buena parte de mi familia.
 No con todo el mundo, pero sí con buena parte. Eso es muy importante.
 Sobre todo porque tengo cinco nietas y un nieto. 
No me los quiero perder”, ha explicado el Nobel.
Es pregunta obligada en todas las comparecencias públicas de Preysler cuándo se casa con Vargas Llosa. 
 Ella insiste una y otra vez que están bien, que ya lo harán.
 Ni él a los 84 años, ni ella a los 69 tienen prisa. Lo suyo es un amor maduro.


 

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