A diferencia del país alpino donde el 80% de los fallecidos ocurre en las mismas tres regiones, se ha producido un acelerado aumento de casos en autonomías antes no afectadas.
Oriol Güell
España ha empezado este lunes la segunda semana de aislamiento de la peor forma posible:
la muerte de 462 personas en apenas 24 horas.
Es el mayor incremento
diario registrado hasta la fecha y consolida una tendencia que ningún
experto espera que cambie en unos días. “Seguimos en una fase de
crecimiento del impacto del virus y esto todavía durará un tiempo”,
vaticina Pere Godoy, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología
(SEE).
La cifra de fallecidos asciende a 2.182 desde el inicio de la epidemia, lo que supone que España ha tardado solo tres días en duplicar las 1.000 muertes registradas el pasado viernes.
Un ritmo que ni China ni tampoco Italia (el país más golpeado por el
virus, que necesitó un día más para duplicar los primeros 1.000 muertos)
han alcanzado.
España,
además, está viviendo una expansión territorial de la epidemia mucho
más acentuada que Italia.
En ambos casos, cerca del 90% de las primeras
100 muertes se produjeron en tres regiones.
Si en Italia fueron
Lombardía, Emilia-Romaña y Véneto, en España los primeros focos fueron
Madrid, País Vasco-La Rioja (ambas comunidades sufren el mismo brote) y
Aragón.
Más
del 80% de los 6.000 fallecimientos que ya ha registrado Italia se
siguen produciendo en las mismas tres regiones, un porcentaje que en
España se ha desplomado hasta el 65%.
La razón es que, a diferencia de
Italia —donde el resto de territorios sigue con tasas relativas muy
bajas—, en España se ha producido una acelerada subida de casos en un
grupo de autonomías.
Estas son Cataluña, Castilla y León, y Castilla-La
Mancha, y, aunque en menor medida, este incremento también se da en la
Comunidad Valenciana.
“Se observa un grupo de comunidades que, sin llegar a las tasas de las
más calientes, han registrado un notable incremento de fallecimientos en
la última semana.
Es un fenómeno que no ha ocurrido en Italia”, destaca
Daniel López Acuña, profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud
Pública y exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
Este experto considera que esto podría
deberse a que “en Italia se redujo más la movilidad en torno a los
primeros focos detectados, mientras en España esta se mantuvo muy
elevada incluso en los días previos a la declaración del estado de
alarma”.
Aunque los expertos consideran que “aún es pronto para
extraer conclusiones con evidencia científica”, Pere Godoy también pone
el foco en los momentos previos a la declaración de alarma:
“Creo que
fue un error permitir la gran dispersión geográfica de gente que se
produjo en los días previos a la entrada en vigor del aislamiento, lo
que pudo facilitar la dispersión del virus”, opina.
Otra
razón apuntada por López Acuña es “el goteo de casos importados de
Italia que con seguridad hubo en España en los días previos a la
detección de los contagios locales”.
“Seguramente fue más intenso y
disperso que el que pudo haber entre China e Italia, lo que explica el
actual aumento observado en estas comunidades”, sostiene.
Joan
Ramon Villalbí, vocal y expresidente de la Sociedad Española de Salud
Pública y Administración Sanitaria (Sespas), considera que en este
proceso también influyen las diferencias existentes entre España e
Italia.
“Es probable que como Estado, España esté más integrado en el
flujo de circulación de personas que Italia, con unas enormes
diferencias entre el norte y el sur”, afirma.
Esto explicaría, por ejemplo, que una región fuertemente
poblada como Sicilia, que supera los cinco millones de habitantes,
apenas haya registrado (con datos del domingo) tres fallecimientos.
Pero
no que otra, como Toscana (3,8 millones) también registre un impacto
muy reducido. Ello lleva a los expertos a afirmar que las causas del
fenómeno son “una combinación” de las expuestas anteriormente.
En
su comparecencia diaria ante los medios, el coordinador de emergencias
del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha tratado de ofrecer datos
para el optimismo y destacó que ya se observa cierto “aplanamiento” en
la curva de incremento de casos.
“Se va suavizando progresivamente el
aumento de casos notificados. Pero todavía no tenemos certeza de haber
llegado al pico de la epidemia”, ha afirmado.
Sanidad
también ve con esperanza el aumento de las personas curadas, que ya son
3.355, y que entre los más de 18.000 hospitalizados descienda, aunque
sea ligeramente (del 15% al 13%), el porcentaje de quienes requieran
ingresar en la UCI, uno de los cuellos de botella del sistema sanitario
frente al virus.
Son “datos halagüeños que indican que las tendencias ya
se están viendo modificadas por las medidas” de aislamiento decretadas,
ha defendido Simón.
En total, los casos confirmados este
lunes crecieron en 4.717 hasta superar los 33.000.
También siguen en
ascenso los ingresados en la UCI y ya son 2.355, un 32% más que el
domingo.“Si todo va en la línea que esperamos”, ha continuado el
coordinador de emergencias, “es probable que llegue un día no muy tarde
que empecemos a desescalar, a reducir progresivamente” las restricciones
de movimiento impuestas a la población.
Hasta entonces, sin embargo, el
sistema debe mejorar su respuesta en varios puntos críticos que hasta
ahora se han visto desbordados por la epidemia.
Uno
de los más importantes es la capacidad de hacer pruebas a todos los
casos sospechosos, lo que pasa por la extensión de los test rápidos que
el Ministerio de Sanidad anunció ya hace una semana.
“Empezaron a llegar
el sábado por la noche y se han empezado a distribuir a las comunidades,
priorizando las que sufren de una sobrecarga mayor”, ha explicado
Simón, sin ofrecer datos concretos. Sanidad destinará primero las
pruebas a las residencias de mayores.
En vídeo, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alarmas y Emergencias Sanitarias, durante la rueda de prensa. B. PUIG DE LA BELLACASA (VÍDEO: QUALITY | EPV)
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