Miguel, Lucía y Paola Dominguín viven distanciados no solo geográficamente, hasta su muerte su madre era el nexo de unión.
Lucia Bosé era “la mami” no solo para sus tres hijos, también para sus amigos más cercanos.
La actriz, fallecida el lunes a los 89 años, alardeaba de desapego.
Aseguraba que cuando los suyos cumplían 17 años les abría la puerta y les invitaba a descubrir el mundo.
Pero lo cierto es que Bosé era una mujer familiar a su estilo como lo son sus descendientes.
Ellos viven distanciados geográficamente y puede pasar mucho tiempo sin que tengan contacto, pero aún así aseguran que están unidos.
Su madre ha facilitado la unión entre ellos ya que pasaba temporadas con Miguel en su espléndida casa de México y visitaba a Lucía y Paola en el pueblo del interior de Valencia en el que residen.
Y es que el destino y la vida de los hijos de Lucia Bosé son muy diferentes.
Miguel Bosé rompió su norma de no hacer concesiones
a los sentimientos en público para brindar un homenaje a su madre en
las redes sociales con una versión de su canción Te amaré.
Lo
hizo desde México, donde recibió la noticia de la muerte de su madre, a
la que adoraba pero con la que estuvo casi 10 años sin hablarse.
El
último viaje del cantante a España data del pasado verano cuando llegó
con sus dos hijos, Tadeo y Diego, y se reunió con Ivo y Telmo, los dos
que ha criado con Nacho Palau, con quien estuvo durante 26 años.
Miguel Bosé estaba citado en los tribunales 24 horas después del día en que murió su madre por la demanda interpuesta por quien fue su pareja pero el juicio se suspendió
por el coronavirus. Tampoco estaba confirmada su presencia porque el
cantante evita estar en España tras estallar el conflicto con Palau.
Lucia
Bosé quería mucho a Palau y él a ella.
No habían perdido el contacto
pese la separación de la pareja.
La mami le visitaba en Chelva donde
vive con sus dos hijos, a los que la actriz trató siempre como nietos.
El destino quiso que las hermanas del cantante se instalaran hace tres
años en Vilamarxant, a media hora de Valencia, un pueblo del interior a
50 kilómetros de donde reside Palau.
Lucia Bosé no solo no ha ocultado
sus visitas a Chelva si no que ha publicado fotos en Instagram de su
presencia.
Las hermanas del cantante viven muy modestamente en una casa
que ellas han colaborado a restaurar y donde cultivan un huerto.
Primero se instaló Paola y luego llegó Lucía.
Las dos han encontrado
allí su refugio después de tiempos convulsos en los que se quedaron sin
amor y sin trabajo.
Ambas están separadas y los negocios que comenzaron
no prosperaron.
Lucía se arruinó con el Rocamador, el hotel que abrió en
Extremadura con su entonces marido, Carlos Tristancho, padre de sus dos
hijas menores.
El establecimiento cerraba a la vez que ella daba un
portazo a su matrimonio.
Paola también rompió su matrimonio con Manuel
Villalta con quien tuvo una hija, Alma, y decidió volver a empezar en
otro lugar.
Una ruptura dolorosa como lo fue la de Jose Coronado, padre
de su hijo Nicolás.
Paola ahora trabaja como artesana y realiza alguna
colaboración con su amigo el modisto Francis Montesinos, quien la subió a
la pasarela como modelo.
A Lucía la vida le arrebató a Bimba, su primogénita, un golpe del que todavía no se ha recuperado.
En Valencia también vive Olfo el único varón, un joven que coqueteó con la prensa del corazón y los realities
y le costó una reprimenda de su tío Miguel, que le tachó de la lista.
No es habitual que Lucía, que igual que Paola mantiene el apellido
Dominguín, hable con los medios de comunicación.
Quien sí lo hace algo
más es Paola que ha acudido a los platós de Telecinco con el
correspondiente enfado de su hermano.
Miguel huye del foco mediático
pero ellas lo buscan en ocasiones por necesidad.
Reunión en Brieva
La última gran reunión familiar de la familia Dominguín-Bosé se produjo días después de la muerte de Bimba en 2017.Sin Miguel pero con casi todos los miembros del clan se juntaron en Brieva, en la casa que la mami Lucia tenía allí.
Juntos pasaron allí varios días celebrando la vida de Bimba.
La matriarca prohibió las lágrimas y fomentó las sonrisas pero sobre todo el arte, algo que en la familia sobra.
Brieva fue el último refugió de la actriz que no quiso nunca abandonar pese al deseo del cantante de que se marchara a vivir con él.
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