Parecía que Kirk Douglas
iba a derrotar al tiempo y al espacio. Que seguiría cumpliendo años sin
fin. Un siglo, 101, 102, 103… Y los seguirá cumpliendo, porque a la leyenda nadie la derrotará, pero este miércoles murió en su domicilio en Beverly Hills
(California), Issur Danielovitch Demsky, el hijo de un trapero nacido
en Ámsterdam, en el Estado de Nueva York, el 9 de diciembre de 1916. Ha
muerto Issur; Kirk es hoy inmortal. La noticia fue confirmada por la
familia por boca de su hijo Michael: “Para el mundo es una leyenda, un
actor de la época dorada del cine, un filántropo comprometido con la
justicia y con las causas en las que creía, pero para mí, para Joel y
para Peter era sencillamente Papá”. Quedarán el Midge de El ídolo de barro, el Chuck Tatum de El gran carnaval, el Jonathan de Cautivos del mal, el Jack de Los valientes andan solos... Quedarán los gritos de “Yo soy Espartaco”, el lanzamiento de hachas para la toma de la fortaleza de Los vikingos, el ruido y la furia de su militar de Senderos de gloria, su Van Gogh de El loco del pelo rojo… Quedarán las siete películas con su amigo Burt Lancaster... Tan solo
desaparece un cuerpo, y Hollywood este miércoles por la noche era tan
solo el pueblo en el que trabajó durante un tiempo Kirk Douglas.
Ni siquiera necesitó ganar uno de los tres Oscar a los que fue
candidato, aunque en 1996 recibiera el honorífico.
El actor fue alguien
que disfrutaba de trabajar mucho más que de recrearse en el resultado:
“Me gusta más rodar que verme en ellas.
Casi he evitado Gladiator,
porque temía que me recordara demasiado a mi Espartaco. Aparte de esto,
antes las películas eran, en general, mejores.
Entonces la técnica no
era lo más importante, sino los personajes y la historia.
Por supuesto
que hoy también se hacen buenas películas, pero a menudo todo ese
galimatías digital arruina el trabajo de los actores”, confesó en 2001.
Kirk Douglas, en noviembre de 2001. En vídeo, las imágenes de su carrera en el cine.Foto: AP | Vídeo: EPV
‘Yo soy Espartaco’, contra la caza de brujas
Kirk Douglas
escribió no solo con mayúsculas bastantes páginas de la gran
enciclopedia de Hollywood, sino que también en la vida real redactó una
decena de libros. El más famoso fue su primer volumen de memorias, El hijo del trapero.En el último, Yo soy Espartaco, desgranaba cómo formó parte de la jugada que acabó con una de las etapas más sombrías del cine estadounidense. “Esa caza de brujas destruyó vidas y carreras, y yo hice Espartaco
con un guionista que estaba incluido en la lista negra y que tuvo que
esconderse tras un seudónimo para encontrar trabajo”, contó en 2012
cuando se publicó el volumen en el que explicaba cómo el nombre de
Dalton Trumbo, reputado guionista expulsado de la industria por el
Comité de Actividades Antiestadounidenses, y cuyo nombre apareció de
nuevo al firmar el guion de Espartaco, producida y protagonizada por Douglas y dirigida por Stanley Kubrick en 1960.
“Cuando miro hacia atrás pienso que la decisión sobre Trumbo fue la más
importante de mi carrera”, dijo con 84 años en la Berlinale en la que
recibió el Oso de Honor. Douglas adornaba mucho la realidad en los
escritos, pero un mandamiento clásico afirma que “cuando la leyenda se
convierte en hecho, imprime la leyenda”. Issur Danielovitch Demsky nació en una familia de origen ruso judío.
Su padre era trapero y abandonó el hogar familiar cuando Demsky era un
crío. Creció rodeado de mujeres (tenía seis hermanas mayores), que
fueron las primeras en pulir aquel diamante en bruto. Trabajó en más de
40 empleos desde adolescente y estudió en la Universidad de Saint
Lawrence, donde se graduó en Letras. Posteriormente estudió en la
American Academy of Dramatic Arts de Nueva York. En 1941, fue llamado a
filas para incorporarse a la Armada. Herido en la Segunda Guerra
Mundial, regresó a Nueva York, donde logró varios papeles teatrales
apoyado por la joven actriz Lauren Bacall.
En 1946, debutó en Hollywood con El extraño amor de Marta Ivers,
de Lewis Milestone. Y tocó rapidísimamente el cielo de la industria
cinematográfica. Tuvo un enorme cuidado en elegir con quién trabajaba y
los guiones, sin miedo a que los personajes exprimieran su talento.
Nunca paró en su ritmo vital y laboral: solo levantó el pie de su pasión
con las mujeres cuando se casó con su actual esposa, Anne Buydens, con
la que fue padre de dos hijos pequeños, Peter y Eric Anthony, ya
fallecido. Michael y Joel nacieron de su matrimonio anterior con Diana
Hill.
En 1991, resultó herido en un accidente de helicóptero en Santa Paula
(California). En 1996, sufrió una embolia que le afectó seriamente al
habla. Imposible que se quedara quieto. En 2009, con 92 años, se subió a
los escenarios con Before I Forget (“Antes de que olvide”), un
monólogo de 90 minutos que él mismo había escrito sobre su vida. Invirtió buena parte de su fortuna en obras de caridad, principalmente
en la lucha contra el alzhéimer. Kirk Douglas muere habiendo logrado de sobra el objetivo de su Midge Kelly de El ídolo de barro: "No quiero ser toda mi vida un '¡Oye, tú!'. Quiero que la gente me llame señor".
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