Una cuestión de verosimilitud
LO QUE LLAMA la atención de este escenario es su despersonalización,
pese a estar ocupado por personas.
¿Cómo se percibirían a sí mismas en medio de esas superficies pulidas y simétricas, productoras de reflejos enloquecedores?
Hay algo ahí de la Caverna de Platón, en la que los esclavos toman por realidad lo que son solo sombras: las de los ciudadanos a los que intentarán seducir durante los próximos minutos, representados por las limpiadoras y el limpiador que sacan brillo al suelo, para que no pierda su calidad de espejo.
En una película de Woody Allen, dos individuos se encuentran en el infierno. Uno de ellos pregunta al otro por qué fue condenado a las llamas.
—Inventé el metacrilato —confiesa.
El metacrilato. De ese material da la impresión de estar compuesto
este escenario.
¿Cómo se percibirían a sí mismas en medio de esas superficies pulidas y simétricas, productoras de reflejos enloquecedores?
Hay algo ahí de la Caverna de Platón, en la que los esclavos toman por realidad lo que son solo sombras: las de los ciudadanos a los que intentarán seducir durante los próximos minutos, representados por las limpiadoras y el limpiador que sacan brillo al suelo, para que no pierda su calidad de espejo.
En una película de Woody Allen, dos individuos se encuentran en el infierno. Uno de ellos pregunta al otro por qué fue condenado a las llamas.
—Inventé el metacrilato —confiesa.
De metacrilato y acero. El acero evoca la idea de
quirófano.
Ahí van a operar a alguien. Quizá al público, que está ya
medio anestesiado.
Mejor, porque no hay quien soporte esa sobrecarga
cognitiva de opacidades y transparencias supuestamente vanguardistas.
Parece una estética de cuarto de baño de hotel de cinco o seis
estrellas.
Se percibe en el conjunto un desequilibrio psicótico, como de
pérdida de realidad.
Habríamos agradecido, no sé, la presencia de un
ficus o de una mosca que atravesara el plató para certificar que la
robotización ambiental tenía límites y que los candidatos, así como el
personal de la limpieza, eran de carne y hueso.
Alguien debería haber sufrido una lipotimia, un desmayo, un acceso de
tos, no sé, algo que proporcionara verosimilitud al encuentro.
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