Científicos españoles lideran el hallazgo del primer gigante gaseoso que orbita una estrella enana.
Un grupo de astrónomos propone hoy un viaje a un planeta no muy lejano que no debería existir.
Desde hace unos años, el instrumento Carmenes,
montado en el telescopio de Calar Alto, en Almería, cartografía las
estrellas más cercanas a la Tierra.
Se trata de enanas rojas mucho más
tenues y pequeñas que el Sol. En algunas de ellas ha descubierto planetas terrestres
donde puede haber agua líquida y por tanto, vida.
La necesidad de
incluir más estrellas pequeñas en su mapa llevó a los responsables del
instrumento a mirar hacia GJ 3512, inicialmente descartada por ser
demasiado débil.
En este astro a 30 años luz los astrónomos han descubierto un planeta gigante con una masa equivalente a la mitad de Júpiter,
unas 150 veces la de la Tierra.
Su interés no está en su potencial
habitable, pues es una hostil esfera de gases a más de 120 grados bajo
cero debido al poco calor que le aporta su estrella.
Lo sorprendente es
que según las teorías de formación planetaria este planeta no debería
estar ahí.
Hasta ahora se pensaba que los gigantes gaseosos se forman
cuando en el disco protoplanetario que rodea una estrella se van
juntando fragmentos rocosos hasta formar esferas con una masa
equivalente a varias veces la de la Tierra.
Esos núcleos sirven de
semilla para el hidrógeno y el helio, que comienzan a envolverla hasta
formar descomunales colosos gaseosos.
Pero la estrella GJ 3512 tiene un
diámetro unas siete veces menor que el Sol, demasiado poco para acumular
suficiente material rocoso.
Según los modelos actuales de formación
planetaria, “nunca” podría existir un mundo como este, explican los
autores del hallazgo, que se publica hoy en la revista Science.
"Es la primera vez que se ha encontrado un planeta de este
tipo en una estrella así", resalta Ignasi Ribas, astrónomo del Instituto
de Ciencias del Espacio, en Barcelona, y coautor del estudio, firmado
por un ejército de más de 180 astrónomos de 12 países.
Por la forma de
la órbita del planeta, muy elíptica, los investigadores creen que hay
otros dos gigantes gaseosos que todavía no han podido detectar, pero que
influyen en su trayectoria. “Uno de ellos quedó a la deriva poco
después de su formación hace miles de millones de años y ahora es un
planeta solitario que viaja por el espacio interestelar”, explica Ribas.
El hallazgo da alas a una teoría que dice que en la órbita
adecuada y a la temperatura precisa los gases pueden acumularse por sí
solos hasta formar un planeta sin núcleo.
Hasta ahora esta hipótesis no
se había tenido muy en cuenta, pues no se conocían casos y es muy
difícil demostrar si este tipo de mundos tienen un corazón sólido: todo
indica que Júpiter y Saturno
lo albergan, pero no se ha confirmado.
El hallazgo de este nuevo
planeta obliga a revisar las teorías clásicas y tal vez sumar una forma
alternativa de alumbrar planetas gigantes específica de las enanas
rojas, que son la inmensa mayoría (80%) de todas las estrellas de
nuestra galaxia, la Vía Láctea.
- “Este estudio es la vanguardia de una nueva era”, opina el astrónomo Greg Laughlin, de la Universidad de Yale (EE UU), en un comentario publicado junto al estudio.
- El descubrimiento se ha hecho con un método de detección planetaria que mide el vaivén de la estrella cuando el planeta pasa cerca de ella y la desplaza con su fuerza de gravedad.
- Este fenómeno permite detectar planetas incluso si estos no pasan por delante de su estrella produciendo un eclipse.
- El efecto gravitatorio del planeta en la estrella se puede captar tanto en luz del espectro visible, algo más habitual, como en infrarrojo, una técnica más novedosa.
- Este es el primer planeta cazado gracias a la parte infrarroja del instrumento Carmenes, que fue la principal contribución de los centros de investigación españoles al consorcio internacional que desarrolló este dispositivo.
- En un futuro próximo, escribe Laughlin, instrumentos similares montados en telescopios de Chile y EE UU podrían ser capaces de cazar planetas del tamaño de la Tierra en torno a estrellas como el Sol.
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