Rosa Lagarrigue, la que fue agente del cantante durante 25 años, le exige nueve millones por romper su contrato de manera unilateral.
Alejandro Sanz se enfrenta en estos días a dos divorcios.
El que tiene que resolver con su esposa, Raquel Perera, con quien se casó hace siete años y el de Rosa Lagarrigue, la que fue su representante durante 25 años y con la que rompió en 2016. Lagarrigue reclama al cantante nueve millones de euros por un supuesto incumplimiento de contrato.
Los dos se vieron las caras el pasado miércoles en el juzgado nº 74 de Primera Instancia de Madrid, donde acudieron junto a sus abogados.
Las imágenes las ofrece este miércoles la revista Diez Minutos. “Demandar a Alejandro Sanz ha sido lo más triste de mi vida profesional”, dijo la representante a este periódico en 2017, poco después de iniciar su batalla en los tribunales.
EL PAÍS se ha puesto en contacto con Lagarrigue y ella ha declinado responder por consejo de sus abogados.
“Yo empecé con Alejandro desde cero cuando era un chaval de Moratalaz, y mira dónde llegó.
Pero para mí es complicado hablar porque hay problemas muy serios de por medio.
Y tampoco tengo una explicación. La ruptura fue completamente unilateral y con contrato vigente, es decir, que ni fue hablada ni consensuada.
Lo que es muy doloroso, claro”, añadió Lagarrigue al hablar de su ruptura con Alejandro Sanz.
Y añadió: “Le he tenido que demandar, claro. Sé que mucha gente piensa que él me ha demandado a mí, pero no.
Le he demandado yo, y eso es lo más triste que he hecho en toda mi vida profesional. Es tremendo, porque yo solo tengo recuerdos magníficos con Alejandro.
Y es un artistazo. Pero hoy la situación es otra.
Y es muy triste, es lamentable, a mí me mata”. Y zanjaba: “Y no me gustaría hablar más de este tema”.
La ruptura se produjo en mayo de 2016, cuando en el despacho de Lagarrigue se recibió un escrito del administrador de Alejandro Sanz en el que se le comunicaba que rompía el contrato que le unía con RLM, como se llama su empresa.
De esta manera acababa una relación muy larga en el tiempo y que en 2014 se había renovado hasta 2019.
“Cuando firmamos Alejandro estaba muy contento. En estos dos últimos años hemos hecho muchas cosas juntos. Dos giras, televisión y La Voz.
Todo parecía ir muy bien”, cuenta la representante. Así que la marcha del cantante fue toda una sorpresa para ella, que aseguraba no tener muy claro a qué se debe su decisión.
“Eso habría que preguntárselo a él”, dice.
No es la primera vez que Lagarrigue dice adiós a un artista. Antes la dejó Miguel Bosé, que era además su amigo, con quien compartió clase en el Liceo Francés de Madrid.Ella asegura que en el mundo de la música es normal que un cantante se marche de una agencia de representación a otra, pero lo habitual es que estos cambios se produzcan cuando acaba un contrato.
Así sucedió con Bosé.
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