Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

2 jun 2019

Un paraíso desconocido de quesos llamado Canarias

Las papas arrugadas, ("Arrugás") los mojos y los plátanos de Canarias tienen merecida fama, pero sus fantásticos y muy particulares quesos siguen siendo ignorados en la península. 

Es hora de descubrir los mejores.

queso
Un queso Flor de Guía en todo su esplendor.
“Este queso lo sacamos de la cámara y camina”, decía el quesero Cristóbal Antonio Moreno, de El Cortijo de Caideros, refiriéndose a su queso Flor de Guía. 
Espera, ¿flor de qué? La realidad es que los quesos tanto de Gran Canarias como del resto de islas son unos auténticos desconocidos para el consumidor peninsular.
 No obstante, los expertos están reconociendo su valor: en 2018, el certamen World Cheese Awards galardonó ni más ni menos 35 quesos del archipiélago, entre ellos 15 quesos grancanarios. 
Y yo, que me puse fina los probé con motivo del I Foro Internacional del Queso, corroboro que nos estamos perdiendo unas delicias importantes en este lado del país.
Quesos tiernos, semicurados, curados y de flor.
 De cabra majorera, de oveja canaria o de vaca canaria o frisona, puros o de mezcla.
 Con cuajo animal o con cuajo vegetal.
 Untados con gofio, pimentón o aceite.
 Hacer queso no es nada nuevo en Gran Canaria y mucho menos comerlo: a día de hoy existen 12 tipos de quesos grancanarios, unas 130 queserías de distintos tamaños y tanto esta y el resto de las islas son el lugar donde más queso se consume por persona y año, con un total de 11,16 kilogramos por persona.
 Además, ya han conseguido tres denominaciones de origen: La Palma, Gran Canaria y Fuerteventura.

Ovejas canarias de El Cortijo de Caideros. ROSA MOLINERO TRÍAS
 
“La cultura quesera es muy potente en las islas. Hay queserías pequeñas y medianas y hasta hay quien tiene cuatro cabritas y hace queso para su familia y vecinos”, cuenta Isidoro Jiménez, maestro quesero y técnico en industrias lácteas del Gobierno de las Islas Canarias. 
Lo dicho: los quesos canariones están vivitos y coleando. Y no es para menos, porque la mayoría de queseros artesanos elaboran sus productos con leche cruda, una práctica que acarrea menos riesgos en las Canarias, ya que las islas han sido declaradas libres de brucelosis por la Unión Europea. 
Es una ventaja: los queseros aseguran que esto les confiere un sabor mucho más complejo y, además, permite un mayor desarrollo de los sabores del queso en su maduración, lo que explica que la tradición de afinar los quesos siga practicándose en Gran Canaria.
 Pero, concretamente, en Gran Canaria sigue llevándose a cabo el pastoreo trashumante, en el que dos pastores se acompañan en esta especie de vacaciones para sus rebaños. Este es precisamente el caso de las ovejas del ya mencionado Cortijo de Caideros (400 cabezas) y también de las del Cortijo de Montañón, regentado por Flora María Gil Mendoza (200 ovejas y 40 cabras).
 En verano, ambas suben a Ayacata, Tejeda, uno de los puntos más altos de Gran Canaria, y se alimentan de hierbas silvestres como el tagasaste o los escobones, que solamente existen en la isla, algo que le conferirá un sabor inusitado a su leche y, posteriormente, al queso. 
Al empezar el otoño, el ganado volverá a su establos.
 Allí comen cebada, trigo y centeno; este proceso limita la producción a una época específica del año.
Es posible que el queso grancanario sea uno de los mejores ejemplos que quedan en España de cómo se hacía queso en el pasado: en todas las islas se preservan las técnicas tradicionales de elaboración del queso y hasta de su madurado en cuevas.
Queso de Media Guía de El Cortijo de Montañón madurando. ROSA MOLINERO TRÍAS
Sin embargo, los quesos grancanarios no están libres de problemas. 
El formato tradicional de microqueserías está desapareciendo: las nuevas generaciones no quieren seguir con un oficio tan esforzado y poco valorado. “La vida de un quesero es muy dura. 
Y la gente viene y me regatea el precio de los quesos”, contaba Flora de El Cortijo El Montañón, que vende su queso a unos 20 euros el kilo.
 Isidoro Jiménez hacía una reflexión en este sentido: no nos importa pagar el jamón ibérico a más de 100 euros el kilo pero escatimamos cuando se trata de queso, por mucho trabajo que sepamos que conlleva su elaboración.

Majoreros con pimentón en la empresa afinadora Bolaños. ROSA MOLINERO TRÍAS
 
Según este maestro quesero, son varios los motivos de este abandono: aranceles muy altos para exportar a la península y muy bajos para importar queso, algo que los fabricantes industriales aprovechan para posicionar su producto barato en el mercado. 
“El precio es el principal problema: apenas ha subido, incluso ha llegado a bajar. Sin embargo, los costes de vida y de producción han subido. El consumidor local a veces no lo valora y no sabe distinguir por qué un queso es más caro que otro”, comentaba Jiménez. Asimismo, acogerse a la DOP, algo que suele colocar un producto en el mercado de forma favorable, es algo que muchos han rehusado por considerar que no sería directamente ventajoso para su economía.
“Estamos en un momento en el que quedan pocas familias dedicadas al queso. 
Si esto no lo arreglamos, en 15 años lo habremos perdido. Y con ellas, se irá también un paisaje de nuestra islas”, afirmaba Borja Marrero, del restaurante Texeda
 Para que esto no ocurra, nada mejor que conocer un poco más de los quesos canarios.
 Todas las islas producen sus quesos, pero a menudo solamente abastecen la demanda local.
 Sin embargo, es muy posible que si vives en la península, puedas encontrar los quesos protegidos que te describimos a continuación: Quesos de Guía, Majorero y Palmero.

Selección de varios quesos en la empresa afinadora Bolaños. ROSA MOLINERO TRÍAS

QUESOS DE GRAN CANARIA
Flor de Guía
Leche: Siempre cruda, de oveja canaria (mínimo un 60%), de vaca canaria y/o sus cruces (máximo un 40%) y de cabra de razas canarias (hasta un 10%).
Cuajo: Vegetal, con una infusión de la flor de cardo, igual que la Torta de la Serena o la Torta del Casar.
Maduración: 15 días, envuelto en un paño para que mantenga la forma.
Aspecto: Torta de unos 4 kilos de peso y de 4 a 6 centímetros de alto. 
Corteza blanda, fina y elástica, con grietas. Impresión del molde en ambas caras y bordes lisos.
Textura: Un interior tan fundente que lo apodan ‘el queso natillas’. Tiene algunos ojos.
Color: Corteza de color amarillo pálido e interior nacarado.
Sabor: Muy lácteo, apenas salado, casi dulzón, pero con notas amargas que se pronuncian en la corteza.
 Recuerda a la salmuera de las aceitunas.
Variantes: El queso de Media Guía se elabora mezclando cuajo vegetal con animal, mientras que el Queso de Guía solamente utiliza cuajo animal y fermentos autorizados, motivo por el que su sabor será menos amargo que el Flor de Guía.
 Ambos pueden curarse por encima de los 60 días, momento en el que empiezan a adquirir una sensación efervescente en boca.
Zona de producción: Santa María de Guía, Gáldar y Moya, en Gran Canaria.

 

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