En España, el impacto económico de las copias falsas y el contenido pirata asciende a 6.766 millones, según la oficina europea para la propiedad intelelectual.
Las falsificaciones de productos y el pirateo de
contenidos audiovisuales cuesta casi 56.000 millones de euros al año a
las empresas europeas que hacen un uso más intensivo de los derechos de
la propiedad intelectual.
La cifra equivale a una media del 7,4% de sus
ventas.
En España, el impacto es aún mayor, del 10,6%, 6.766 millones de
euros, según concluye un informe de la Oficina de Propiedad Intelectual
de la Unión Europea.
Y pone el foco en once sectores que
hacen un uso intensivo de los derechos de propiedad intelectual (DPI),
como son los relativos a patentes, diseños o marcas.
Esos sectores
(ropa, calzado y accesorios; smartphones; productos químicos agrarios;
farmacéuticas; vino y espirituosos; música; joyería y relojes; bolsos y
equipajes; juguetes y juegos; material deportivo y cosméticos y
productos de cuidado personal) representan un 42% del PIB europeo, 5,7
billones de euros y el 28% del empleo.
Además, producen un superávit
exterior de 96.000 millones y sus empleados ganan un 46% más que los de
sectores no tan dependientes del uso de DPI.
Sin embargo, la salud económica de las empresas
de estos sectores se ve perjudicada por las falsificaciones.
Según los
últimos datos de la oficina, el comercio global de productos
falsificados ascendió a 452.900 millones de euros en 2016, un 3,3% del
comercio mundial.
La EUIPO asume que la venta de un producto falso
no equivale a la pérdida de su equivalente verdadero, por lo que atiende
a otros indicadores (indicadores de gobernanza y percepción de la
corrupción, estudios sobre compra de productos falsos y contenidos
pirata, etc) para calcular el daño a los mencionados sectores: pérdida
de ventas, de empleo, de impuestos…
Así, concluye que el impacto directo
de las violaciones de la propiedad intelectual suman 55.982 millones de
euros al año a los sectores mencionados, un 7,4% de sus ventas.
En
el informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, la EUIPO combina y
actualiza varios de los estudios que realiza periódicamente sobre el
impacto de las falsificaciones.
La EUIPO asume que la venta de un producto falso
no equivale a la pérdida de su equivalente verdadero, por lo que atiende
a otros indicadores (indicadores de gobernanza y percepción de la
corrupción, estudios sobre compra de productos falsos y contenidos
pirata, etc) para calcular el daño a los mencionados sectores: pérdida
de ventas, de empleo, de impuestos…
Así, concluye que el impacto directo
de las violaciones de la propiedad intelectual suman 55.982 millones de
euros al año a los sectores mencionados, un 7,4% de sus ventas.
El sector que más sufre por las falsificaciones
es el de ropa y complementos, cuyas pérdidas ascienden a 28.419
millones, un 9,4% de la facturación.
Por detrás se sitúan los
medicamentos, con 9.577 millones (3,9%), y los cosméticos (7.053
millones, 10,6%).
La falsificación de vinos y espirituosos resta un 5,9%
del negocio, 2.398 millones, a las empresas legítimas.
En España, el impacto sobre los legítimos dueños
de esas patentes, marcas o diseños asciende a 6.766 millones anuales, un
10,6% de las ventas de las empresas de esos sectores.
Los porcentajes
de impacto en las ventas son mayores en España que en la media de la UE
en los sectores de ropa (14,9%, 3.808 millones), medicamentos (4,5%),
cosméticos (14,1%), vinos y espirituosos (8,3%) y smartphones (10%
frente a 8,3%).
Los productos falsos se traducen también en
468.000 empleos menos, con sus correspondientes cotizaciones, con lo que
los Estados también pierden, un total de 16.000 millones al año.
De
hecho, la EUIPO calcula que el impacto indirecto total de estas
falsificaciones asciende a 92.000 millones.
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