Prince, Paris y 'Bigi', los tres hijos del 'rey del pop', defienden a su padre después de las acusaciones de abusos a menores y buscan su propio camino en la música y el cine.
El 5 de marzo de 2009 Michael Jackson anunciaba en Londres nuevo espectáculo, This is it, que consiguió un millón de inscripciones para comprar entradas en solo 24 horas.
El conocido perfeccionismo del artista y su peculiar carácter presagiaban momentos de gran presión para él, pero nada hacía pensar en un fatal desenlace.
El 25 de junio la muerte del rey del pop sorprendía a todos y dejaba desolados a sus admiradores.
El drama artístico tenía una trastienda personal que afectaba especialmente a los tres hijos del cantante: Prince Michael I (Prince), Paris y Prince Michael II (Bigi), que entonces tenían 12, 11 y 7 años respectivamente.
Tres niños a los que había perseguido la polémica desde su nacimiento porque su mismo padre los había puesto en el ojo del huracán con sus extravagancias.
Prince y Paris son hijos del cantante y Debbie Rowe, una enfermera con la que estuvo casado entre 1996 y 1999 y que recientemente confesó:
“Me fecundaron. Yo era su purasangre”, en referencia a que, según su versión, se utilizó el esperma de un donante y nunca mantuvo relaciones sexuales con el artista.
De Prince Michael II, Michael Jackson aseguró haber recurrió a un vientre de alquiler para aumentar su familia.
Durante la infancia de los niños era habitual que la obsesión de su padre por mantenerlos en el anonimato hiciera que sus apariciones en público fueran insólitas: igual podían recorrer unos grandes almacenes vestidos casi idénticos que su padre y con máscaras de carnaval, como a Jackson le podía dar por mostrar a la prensa al más pequeño, cuando era solo un bebé, sacándolo por encima de la barandilla del balcón del hotel de París en el que se alojaba y con la cara tapada con un trapo blanco.
Una imagen que dio la vuelta al mundo y que fue muy criticada por el peligro que suponía para el niño.
Aún así los tres hijos del cantante se mostraron abatidos tras su muerte y ahora, 10 años después, han hecho frente común ante las críticas contra su padre después de que se volvieran a activar contra él las acusaciones de abusos sexuales infantiles tras el estreno del documental Living Neverland.
Los tres hermanos se quedaron al cuidado de su abuela paterna y, durante estos años, ser multimillonarios y que su fortuna siga creciendo –a pesar de que su padre haya muerto hace 10 años y su mito viva sus horas más bajas– no ha librado a algunos de ellos de inseguridades, adicciones y depresiones.
“Las cosas fueron muy difíciles para ellos después de la muerte de Michael. Pero es increíble ver lo lejos que han llegado”, ha declarado recientemente un amigo de la familia a la revista People.
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