Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
18 jun 2019
La Universidad de Alicante borra en Internet el nombre del secretario del juicio contra Miguel Hernández
El campus,
tras la petición de un familiar, elimina de dos artículos digitales el
nombre del alférez que participó en el consejo de guerra que condenó a
muerte al poeta.
Reproducción
del retrato que Buero Vallejo hizo a Miguel Hernández, en un mural en
Orihuela (Alicante) en memoria del poeta. En vídeo, Hernández recita la
'Canción del esposo soldado'.PEPE OLIVARES / VIDEO: EPV
En una decisión inédita y que podría trastocar el ejercicio en España de la profesión de historiador, la Universidad de Alicante (UA)
ha accedido a la petición del hijo de un alférez del Ejército
franquista que ejerció de secretario judicial en uno de los consejos
militares que condenaron a muerte a Miguel Hernández. El familiar de Antonio Luis Baena Tocón solicitó a la UA que “se
proceda a acordar la eliminación de los datos personales” de su padre,
que aparecen en varios artículos de Internet escritos por Juan Antonio
Ríos Carratalá, catedrático de Literatura Española de esa misma
institución.
Reproducción
del retrato que Buero Vallejo hizo a Miguel Hernández, en un mural en
Orihuela (Alicante) en memoria del poeta. En vídeo, Hernández recita la
'Canción del esposo soldado'.PEPE OLIVARES / VIDEO: EPV
En una decisión inédita y que podría trastocar el ejercicio en España de la profesión de historiador, la Universidad de Alicante (UA)
ha accedido a la petición del hijo de un alférez del Ejército
franquista que ejerció de secretario judicial en uno de los consejos
militares que condenaron a muerte a Miguel Hernández. El familiar de Antonio Luis Baena Tocón solicitó a la UA que “se
proceda a acordar la eliminación de los datos personales” de su padre,
que aparecen en varios artículos de Internet escritos por Juan Antonio
Ríos Carratalá, catedrático de Literatura Española de esa misma
institución. Amparándose en la ley de protección de datos personales y del reglamento europeo,
el solicitante anuncia una reclamación a la Agencia Española de
Protección de Datos y el inicio de un procedimiento judicial en caso
contrario. La UA ha estimado la petición y ha eliminado (desindexado) el nombre
completo de Baena Tocón, que participó en uno de los consejos de guerra
que acabaron condenando al poeta —la pena fue conmutada posteriormente
por 30 años de cárcel—, que, sin embargo, murió dos años después, a los
31, de tuberculosis en el reformatorio para adultos de Alicante en 1942. El hijo de Baena Tocón explicó anoche por correo electrónico a este
diario las razones que le han llevado a la reclamación: “He constatado
falsedades respecto a cómo era su forma de ser y actuar, de cómo fue su
vida... Lo presentan como verdugo y fue una víctima más”. La UA deja solo las iniciales en uno de los textos alojados
en su web. La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, también vinculada
al centro, ha hecho lo mismo con otro de los artículos de Ríos
Carratalá, experto en memoria histórica y autor de varios libros, entre
ellos, Nos vemos en Chicote. Imágenes del cinismo y el silencio en la cultura franquista (Renacimiento), en el que habla de Baena, entre otros personajes. La resolución argumenta lo siguiente: “Una vez realizada la
ponderación considerando la licitud de la investigación científica, el
interés de la publicación difundida, y en la medida que Antonio Luis
Baena Tocón no alcanza la consideración de figura pública [sic], se
interpreta que debe garantizarse la protección de supresión y el derecho
al olvido digital del afectado”. La resolución está firmada por el
gerente de la UA, Rafael Pla.
Decisión cautelar
La institución incidió este lunes en que se trata de una decisión
cautelar y provisional, adoptada a partir del informe de la delegación
de Protección de Datos y que una comisión tomará una determinación
definitiva. Desde que el pasado viernes se dio a conocer esta resolución son
numerosos los estudiosos de Literatura e Historia que han manifestado en
redes sociales sus dudas y su temor ante una decisión que abre un
debate sobre los límites de la investigación y de la libertad de
expresión. Ríos Carratalá, sin embargo, declinó este lunes manifestarse y
trasladó las explicaciones a su abogado. Sí se explica el catedrático
en un escrito incorporado a la resolución de la UA. Allí argumenta que,
como catedrático e investigador, “analiza la participación de quienes
formaron parte de aquellos tribunales” y señala que los datos aportados
no afectan a la vida privada del afectado y son relevantes “para conocer
las actividades del Juzgado Especial de Prensa durante el periodo
1939-1943”.
Intervención de Miguel Hernández en la emisora del 5º Regimiento, el 4 de diciembre de 1936.Familia de Miguel Hernández
El catedrático añade que “la información expuesta fue facilitada por
los archivos militares de Madrid y Segovia” y que “no fueron utilizados
ninguno de los datos relativos a la vida privada y a la intimidad que no
resultan relevantes para la información pública o la investigación
histórica”. E incide en que “provisionalmente y hasta la resolución de
este procedimiento” él mismo ha utilizado las iniciales del afectado, si
bien subraya que los datos de “D. Antonio Luis Baena Tocón facilitados
en los artículos son conocidos públicamente desde 1990, cuando el
afectado estaba vivo, gracias a distintas publicaciones académicas que
nunca fueron objeto de reclamaciones o querellas”.
Son numerosos los documentos que aparecen en Internet cuando se
teclea en un buscador el nombre del que fuera secretario judicial e
interventor del Ayuntamiento de Córdoba nombrado en 1966, como se
informa en una publicación de la época. En uno de ellos, Ríos Carratalá
escribe: “(...) el alférez Baena Tocón, que tanto podría haber contado a
los especialistas en la biografía de Miguel Hernández, realizaba
durante la posguerra una labor esencial a las órdenes del juez
instructor: el expurgo, vaciado y/o desaparición de los fondos de la
prensa republicana depositados en la Hemeroteca Municipal de Madrid. Su
objetivo era la búsqueda de ‘delitos’, que agravaba con comentarios
cuyas consecuencias podían ser una condena a muerte”. Ríos Carratalá
remitió sus declaraciones a su abogado, José Luis Romero. Este explicó:
“De momento, se sigue la vía administrativa y se ha presentado un
recurso de alzada al rector. En función de su respuesta, decidiremos si
vamos al contencioso-administrativo”. El letrado considera que “por
encima de todo, hay una lesión al derecho fundamental de libertad de
expresión en términos de la investigación histórica”. Considera que si
había un tribunal en un juicio sumarísimo, el secretario judicial es una
figura pública y, por tanto, figura con nombres y apellidos, como
sucede ahora con los letrados de la administración de justicia (antiguos
secretarios judiciales).
Dos reputados historiadores como Isabel Burdiel y José Álvarez Junco
se muestran muy cautos porque no conocen el caso. Álvarez Junco no ve
clara la argumentación de la UA relativa a que el afectado no alcanzó
“la consideración de figura pública”. “Eso no es problema. Es una
cuestión más jurídica, aunque puede atentar contra el derecho a la
libertad de expresión. Y en caso de duda, yo apuesto por la libertad de
expresión. Era una causa pública y como militar puede que al afectado le
obligaran a ser secretario judicial... En fin, de ser así no podríamos
hablar de nombres ni ejecuciones; siempre habrá un nieto que entiende
que no se le puede mencionar. En principio, me parece un poco
escandaloso”. Burdiel, por su parte, sostiene que “las dos partes pueden tener
razón. Como decía Isaiah Berlin, son verdades opuestas que son verdad”.
“Habría que ceñirse a lo que diga un juez”, añade, al tiempo que señala
que la problemática atañe más a los historiadores del siglo XX que a los
del XIX, como ella.
“Mi padre, como todo el mundo, tuvo sus fallos y sus virtudes”
José F. Baena, hijo del que fuera secretario judicial en el juicio a
Miguel Hernández, contestó este lunes por la noche por correo
electrónico a las preguntas de este periódico. El motivo que le ha
llevado a demandar el derecho de supresión de datos es que su padre,
“como todo el mundo, tuvo sus fallos y sus virtudes”, pero ha visto
“reescrita” su vida. “Lo presentan como verdugo y fue una víctima más. Para colmo, víctima del bando republicano (a pesar de que fue donde tuvo
más amigos) y víctima del bando nacional...”, señala. “Me vi desbordado
por las publicaciones y lo puse en manos de mi abogado. Estoy
descubriendo muchos aspectos que mi padre nunca dio a conocer”, y añade: “Ahora lo valoro mucho más, estoy convencido de que merece que alguien
enderece los renglones que alguien se ha empeñado en torcer...” Preguntado por qué no había actuado con anterioridad, José F. Baena
que se define como un hombre corriente que no es investigador ni
político, asegura que no tenía “constancia de las publicaciones y sus
difusiones hasta muy recientemente, solo unos pocos meses”. “De alguna
de esas publicaciones o difusiones he tenido constancia tan solo hace
unos días, cuando una hija me enseña lo que dicen de su abuelo (a quien
conoció muy bien) por Internet o cuando algún amigo cordobés me comenta
lo que alguien que tiene mucho que callar, dijo en la prensa cordobesa
sobre él”, comenta. José F. Baena señala que ha esperado algunos meses para investigar
por todo tipo de archivos y en diferentes ciudades. “En mi casa no se
habló jamás de la guerra. En mi familia hicieron daño los dos bandos
enfrentados y ahora, uno de ellos, está haciendo su panfletario político
a costa de...”, explica el hijo de Antonio Luis Baena Tocón, que murió
en 1998 sin enterarse de lo que se contaba sobre él. El catedrático de Literatura Juan Antonio Ríos Carratalá defiende en
su escrito a la Universidad de Alicante que ha solicitado “en reiteradas
ocasiones” a José F. Baena que concretara los datos personales de su
padre insertos en los enlaces de Internet”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario