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Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
1 may 2019
Los secretos desconocidos de la infancia de Kiko Rivera
El hijo de
Isabel Pantoja cuenta cuándo descubrió cómo murió su padre y lo mucho
que sufre por el conflicto que mantienen su madre y sus hermanos Fran y
Cayetano Rivera.
Kiko Rivera en la gala de presentación de 'Supervivientes 2019'.Cordon Press
El ‘nuevo’ Kiko Rivera está dispuesto a resetearse
por completo, a que la gente termine de conocerle después de haber sido
el finalista de Gran Hermano Dúo y haberse abierto en canal durante los
meses en los que ha permanecido concursando en el reality de Telecinco. El hijo de Isabel Pantoja no solo sorprendió cuando confesó que había estado inmerso en las drogas
y había salido de ellas, también descubrió a la audiencia una imagen
suya desconocida, más pausada, más madura, más equilibrada y juiciosa. Su fama de niño consentido, blando, caprichoso y derrochador logró
quedar en segundo plano, y Kiko Rivera no parece dispuesto a renunciar a
la oportunidad de descubrirse por completo y, por qué no decirlo
también, a aprovechar el tirón del concurso para continuar saneando su
maltrecha economía. Por este motivo el que fue huérfano de España después de que su padre, Francisco Rivera Paquirri, muriera corneado por un toro en la plaza de Pozoblanco ha decidido publicar sus recuerdos a los 35 años en la revista Semana. El primer capítulo se centra en su infancia y juventud y confirma lo
que otros muchos famosos se empeñan en transmitir cuando se conocen sus
experiencias vitales: la vida no es fácil si se está siempre expuesto a
la curiosidad pública. “Mi vida no ha sido un camino de rosas”, afirma como comienzo Kiko Rivera
en la primera entrega de sus recuerdos donde adelanta que durante 13
años de su vida ha estado “refugiado en el oscuro y asqueroso mundo de
las drogas”. Recuerda una infancia feliz rodeado de su madre, su abuela
Ana y su tío Agustín Pantoja, pero también que esa felicidad se
convertía en agobio y caos cuando salía a la calle y sentía que todo el
mundo se le acercaba con curiosidad y que la prensa le seguía sin saber
él por qué. De esos momentos revive con nitidez el día que cumplió 11
años: “El fotógrafo Miguel Temprano quería hacerme unas fotos a través
de la verja del colegio y como no quise, se disfrazó de payaso y ofreció
caramelos a mis compañeros a cambio de que me llevaran a la verja. Terminé aplastado contra la valla por el resto de niños. Creo
sinceramente que este episodio condicionó mi infancia”. Pero lo que más sorprende son los sentimientos relacionados con su padre y sus hermanos Francisco y Cayetano Rivera. Kiko Rivera recuerda con dolor que fue a los siete años cuando tuvo
consciencia de lo que significaba que su padre estuviera muerto y que el
afán de su madre por protegerle no evitó que poco más tarde se enterara por televisión de cómo perdió su padre la vida. “Un día, por casualidad, vi las imágenes de su cogida. Fue horrible.
Unas imágenes que por mucho que quiera nunca lograré borrar de mi
cabeza. Me seguirán el resto de mi vida”.
Isabel Pantoja y Francisco Rivera 'Paquirri', el día del nacimiento de su hijo Kiko.GtresOnline
Al mismo tiempo que desapareció su padre, cuando él tenía siete meses
de edad, lo hicieron sus dos hermanos, los que el torero había tenido
en su anterior matrimonio con Carmina Ordónez. “Siempre supe que tenía dos hermanos,
pero nunca los veía”, afirma en la revista. “Mi madre me hablaba de
ambos y me enseñaba fotos suyas de antes de que mi padre muriera y ellos
ya no volvieran. Fran y Cayetano eran dos niños que no tenían nada que
ver con los jóvenes en los que se habían convertido”. A su hermano mayor
a veces lo veía por televisión pero no sabía cómo era Cayetano porque
vivió muchos años en Suiza y Estados Unidos y casi no había imágenes de
él en la prensa.
El reencuentro llegó cuando Kiko tenía 14 años y ocurrió en Sevilla,
en la boda de su hermano Francisco con Eugenia Martínez de Irujo. “Fui
con mi tío Agustín”, cuenta el hijo de la tonadillera y todo el mundo
nos trató fenomenal. Carmina Ordóñez fue encantadora conmigo. En un
momento se me acercó un joven a saludarme y tuve que preguntarle quién
era: era mi hermano Cayetano. No le había visto nunca, solo en fotos
viejas”. Desde entonces los hermanos han mantenido el contacto y Kiko confiesa
su afinidad, precisamente con Cayetano. Pero aún quedan flecos
dolorosos por solucionar. “Ni mis tíos ni me abuelo Rivera han formado
parte de mi infancia y nunca he recibido cariño por su parte”, explica
para añadir que asume que esa parte sabe que es irreconciliable por las
diferencias que han tenido con Isabel Pantoja, pero que sí le “preocupa y
martiriza lo que ocurre entre mis hermanos y mi madre”. Una afirmación
que se refiere al enfrentamiento que existe entre ellos por la herencia de Paquirri. “Si hay algo que quiero en la vida es que este asunto se arregle, sufro
con él una barbaridad”. “Creo que es un malentendido que tiene
solución”, asegura el Dj.
Kiko Rivera y su hermana Isa Pantoja con Jorge Javier Vázquez.GtresOnline
Respecto a su otra hermana, Isa Pantoja,
también es muy claro. “Mi madre me pidió permiso antes de adoptarla. Yo
tenía 12 años y la quise desde el primer momento que la vi. Es un ser
muy especial para mí”. Unas declaraciones que no evitan que el hijo
mayor de Isabel Pantoja confiese que tiene problemas con ella: “Sus
actos hacen que poco a poco se vaya ganando que quiera mantenerla lejos
de mi vida. No confío en ella, por triste que sea decirlo. No puedo
permitir que a veces hable de mi madre del modo en que lo hace. O de mi
mujer. O de mi tío. O que pase junto a mi abuela como si fuera un
fantasma…Es mi hermana, puede que deje de hablarla, pero nunca dejará de
quererla”. Queda mucho por saber de Kiko Rivera, pero en esta primera entrega ya
hay unas palabras para Julián Muñoz, el exalcalde de Marbella que fue
pareja de su madre: “Siempre me trató maravillosamente bien. Recuerdo a
mi madre muy feliz. No he vuelto a ver a Julián desde que estalló el
escándalo”, afirma en referencia a los problemas con la Justicia que
también salpicaron a su madre y acabaron con su ingreso en la cárcel. “En realidad no le responsabilizo de lo que le pasó a mi madre. Ella
estaba ciega, enamorada y ya está”. La historia promete más sorpresas.
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