Un Blues

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18 abr 2019

Fracasos, muertes y rupturas: la maldición del fenómeno ‘Grease’




Hollywood ha anunciado una precuela de Grease con el título de Summer Loving, y a los actores les ha entrado la tiritona: ¿acabarán todos tan mal como en la película original?

Grease
Foto: CordonPress
Resulta innegable que Grease, aquel subproducto de treintañeros interpretando a adolescentes con picores hormonales, fue todo un éxito: hasta Mamma Mia! (en 2008) fue el musical más taquillero de la historia. 
Se calcula que lleva ganados 400 millones dólares, una cifra de lo más rentable si tenemos en cuenta que costó tan solo seis. Tanto es así que Paramount ha dado luz verde a una precuela, titulada Summer Loving y con guion de John August, un habitual de Tim Burton (Big Fish) y Disney (suyo es el próximo Aladdín).
 En los castings, se hablará (y mucho) de la maldición que parece perseguir a los que participaron en aquella histórica megafiesta de Rydell High.

John Travolta / Danny

Con él empezó todo. La maldición del filme se inició antes de que el director, Randal Kleiser, gritara “acción”.
 La novia de Travolta, la actriz Diana Hyland, murió de cáncer de mamá meses antes de iniciarse el rodaje. 
Tenía 41 años, y Travolta 23. 
Su hijo Jett, fruto de su relación con Kelly Preston, nació en 1993 aquejado de autismo y constantes convulsiones.
 Jett aparecería muerto en la bañera de su casa de Bahamas, tras golpearse la cabeza con ella. 
Tenía 16 años. Visto lo visto, que en el año 2000, este cienciólogo convencido participara en la que está considerada como la peor película de la historia, titulada Campo de batalla: la Tierra, se puede ver como el menor de sus males.


Olivia Newton-John / Sandy

Allan Carr, el productor, quería a otra actriz infortunada como Carrie Fisher (la Princesa Leia) para interpretar a la virginal Sandy. Al final, y por mediación de Travolta, se eligió a la cantante australiana, que dudó hasta el último momento por tener siete años más que su pareja masculina y no haber protagonizado nunca un filme de Hollywood.
 Jamás volvería a tener un éxito parecido al de Grease y, de hecho, se convirtió en veneno para la taquilla tras películas como Xanadú. Fuera del cine tampoco le fue mucho mejor: montó una cadena de supermercados australianos en EE UU llamados Koala Blue, que se declararon en quiebra en 1991.
 En el amor, tampoco ha sido feliz: tras separarse del bailarín Matt Lattanzi en 1995, inició una relación con el cámara Patrick McDermott, hasta que éste desapareció misteriosamente en 2005 tras salir a pescar con su barca. 
Se dijo que había fingido su muerte para evitar el pago a sus acreedores, pero la policía lo ha dado definitivamente por muerto. Y lo peor fue su lucha contra la enfermedad: en 1992, dos semanas después de enterrar a su padre por cáncer, se le diagnosticó cáncer de mama, contra el que ha luchado desde entonces. 
Como si no tuviera poco con sus propias desgracias, en 2016, uno de sus trabajadores se voló la tapa de los sesos en su mansión de Florida.

 

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