El periodista más querido por las señoras del PP de toda la vida confiesa defectos de candidato novato y reconoce sufrir mono severo del oficio.
Hablamos hace días, en el Paleolítico de la precampaña. Montesinos (Málaga, 33 años), periodista estrella de Libertad Digital, acababa de ser designado por Casado como número 1 por Málaga y era el fichaje más exótico del nuevo PP sin complejos.
Pero eso fue antes de que se unieran especímenes como Miguel Abellán,
Juan José Cortés, Adolfo Suárez Illana y Edurne Uriarte, a la
biodiversidad de los populares.
Nos vimos en Génova, 13, la sede donde tantas guardias se ha chupado el entrevistado como reportero de sus nuevos jefes políticos.
El candidato se estaba “empollando Málaga”, dado que, desde que a los 18 años vino a estudiar Periodismo a Madrid, solo iba a su tierra en vacaciones.
Su madre le ha vuelto a poner cama en casa mientras el chico encuentra piso.
Estará contenta. “A días”, responde el hijo pródigo en una segunda llamada para actualizar datos y sensaciones.
En la concentración del PP, Ciudadanos y Vox en Colón, donde estaba trabajando como periodista, le llamaban “presidente” y le pedían selfis. ¿Le pasa mucho?
Me ha pasado alguna vez, pero no se lo digas al presidente nacional, no sea que me riña.
¿Por qué se ha pasado al otro lado del micrófono? ¿Tanto le necesitaba España?
No lo sé. Quien no tenía ninguna necesidad era yo, pero creí que era el momento de dar el paso. España está en un momento decisivo y de lo que hay necesidad es de que la gente se implique en política.
Humildemente, voy a intentar hacerlo bien.
Seguro que la señora Carolina España, a la que desplazó como número 1 por Málaga, no le necesitaba tanto.
Lo primero que hice fue llamarla y decirle que me ponía a su disposición y que iba a necesitar su ayuda.
Desde el primer momento no hay acto al que no me acompañe y me susurre al oído.
Le estoy muy agradecido.
Empezó siendo exótica, pero al lado de la del torero Abellán, su candidatura es ahora superconvencional.
Sigo siendo exótico, no me quites eso.
Y estoy encantado, porque defiendo un PP transversal y abierto donde quepamos Abellán, Suárez, Juan José Cortés, Álvarez de Toledo, Uriarte, ... Todos.
Pasado el ecuador del novato: ¿qué es lo peor de hacer campaña?
No me gustan los mítines.
No me gustaban como periodista, ni ahora como candidato. Me gustan los debates, las entrevistas, el diálogo y no el monólogo. Donde esté un paseo electoral hablando y escuchando a la gente, que se quite un mitin.
Aparte de “guapo” y “presidente”, ¿qué le dice la gente?
Que sea yo. Que no cambie.
¿El hábito hace al monje 'pepero'? Lo digo por su flequillazo, sus coderas y sus chalecos acolchados.
Yo he usado ese chaleco toda la vida.
La mayoría de mis amigos, aunque espero que ahora se lo piensen mejor, votan a la izquierda, y muchos también lo llevan.
¿Tiene 'mono' de periodista?
Los periodistas de información política somos un poco yonquis de esto, sí.
Nos vimos en Génova, 13, la sede donde tantas guardias se ha chupado el entrevistado como reportero de sus nuevos jefes políticos.
El candidato se estaba “empollando Málaga”, dado que, desde que a los 18 años vino a estudiar Periodismo a Madrid, solo iba a su tierra en vacaciones.
Su madre le ha vuelto a poner cama en casa mientras el chico encuentra piso.
Estará contenta. “A días”, responde el hijo pródigo en una segunda llamada para actualizar datos y sensaciones.
En la concentración del PP, Ciudadanos y Vox en Colón, donde estaba trabajando como periodista, le llamaban “presidente” y le pedían selfis. ¿Le pasa mucho?
Me ha pasado alguna vez, pero no se lo digas al presidente nacional, no sea que me riña.
¿Por qué se ha pasado al otro lado del micrófono? ¿Tanto le necesitaba España?
No lo sé. Quien no tenía ninguna necesidad era yo, pero creí que era el momento de dar el paso. España está en un momento decisivo y de lo que hay necesidad es de que la gente se implique en política.
Humildemente, voy a intentar hacerlo bien.
Seguro que la señora Carolina España, a la que desplazó como número 1 por Málaga, no le necesitaba tanto.
Lo primero que hice fue llamarla y decirle que me ponía a su disposición y que iba a necesitar su ayuda.
Desde el primer momento no hay acto al que no me acompañe y me susurre al oído.
Le estoy muy agradecido.
Empezó siendo exótica, pero al lado de la del torero Abellán, su candidatura es ahora superconvencional.
Sigo siendo exótico, no me quites eso.
Y estoy encantado, porque defiendo un PP transversal y abierto donde quepamos Abellán, Suárez, Juan José Cortés, Álvarez de Toledo, Uriarte, ... Todos.
Pasado el ecuador del novato: ¿qué es lo peor de hacer campaña?
No me gustan los mítines.
No me gustaban como periodista, ni ahora como candidato. Me gustan los debates, las entrevistas, el diálogo y no el monólogo. Donde esté un paseo electoral hablando y escuchando a la gente, que se quite un mitin.
Aparte de “guapo” y “presidente”, ¿qué le dice la gente?
Que sea yo. Que no cambie.
¿El hábito hace al monje 'pepero'? Lo digo por su flequillazo, sus coderas y sus chalecos acolchados.
Yo he usado ese chaleco toda la vida.
La mayoría de mis amigos, aunque espero que ahora se lo piensen mejor, votan a la izquierda, y muchos también lo llevan.
¿Tiene 'mono' de periodista?
Los periodistas de información política somos un poco yonquis de esto, sí.
Devoro información política, me encanta escribir y leer a mis
compañeros. Se me siguen yendo los pies al corralito de la prensa cuando llego a
los actos.
Estoy haciendo un canutazo para la prensa y me dan ganas de hacerme a mí mismo la pregunta.
¿La fácil o la buena?
La buena, la difícil, la que nos gusta hacer a los periodistas.
A ver si va a destapar algún secreto de su casa y le echan.
Lo primero que les dije a mis compañeros de partido es que no me contaran mucho, porque corrían el riesgo de que lo filtrara a mis compañeros, muchos de los cuales son, además mis amigos.
A estos les he dicho que me avisen si derrapo, que me den lo que me tengan que dar.
Algún toque ya ha habido.
Y a Casado, ¿le dice que está desnudo como al rey del cuento?
Casado sabe que si algo no me gusta, se lo voy a decir.
Cuando me hizo el ofrecimiento, era plenamente consciente de que yo he publicado cosas y líos internos del PP, como que había un cisma y una brecha brutales.
Me pidió que tuviéramos una interlocución fluida y sincera, y se mantiene.
Evidentemente que sí, pero se lo diré en privado, claro.
¿Dónde pasará la noche electoral?
Estoy haciendo un canutazo para la prensa y me dan ganas de hacerme a mí mismo la pregunta.
¿La fácil o la buena?
La buena, la difícil, la que nos gusta hacer a los periodistas.
A ver si va a destapar algún secreto de su casa y le echan.
Lo primero que les dije a mis compañeros de partido es que no me contaran mucho, porque corrían el riesgo de que lo filtrara a mis compañeros, muchos de los cuales son, además mis amigos.
A estos les he dicho que me avisen si derrapo, que me den lo que me tengan que dar.
Algún toque ya ha habido.
Y a Casado, ¿le dice que está desnudo como al rey del cuento?
Casado sabe que si algo no me gusta, se lo voy a decir.
Cuando me hizo el ofrecimiento, era plenamente consciente de que yo he publicado cosas y líos internos del PP, como que había un cisma y una brecha brutales.
Me pidió que tuviéramos una interlocución fluida y sincera, y se mantiene.
Evidentemente que sí, pero se lo diré en privado, claro.
¿Dónde pasará la noche electoral?
La pasaré en la sede de Málaga, y compareceré a valorar los resultados, sean los que sean.
Responderé a todos y daré la cara.
¿Ha comprado palomitas para ver los debates electorales?
Hemos pedido pizzas y refrescos para verlos con los jóvenes del partido en Málaga.
Y estoy seguro de que caerá alguna cerveza para celebrar el triunfo de Casado, porque va a arrasar de calle.
Vale, sueñe húmedo: gana el PP. ¿Se pide ser ministro portavoz?
Por ahora, dejémoslo en diputado por Málaga.
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