Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
31 mar 2019
Zaz, la niña rebelde de la ‘chanson’
Pararon en una gasolinera por
cuyos altavoces sonaba el contagioso estribillo de ‘Je veux’: “Quiero
amor, alegría, buen humor. / No es vuestro dinero lo que me dará la
felicidad. / Lo que quiero es morir con la mano en el corazón”. Convertida en millonaria por las ventas, las giras y los royalties, ¿ha
cambiado Zaz de opinión sobre el asunto desde que escribió esos versos? Tal vez algo molesta, la cantante contesta con un “no” lapidario. “Creo
que se entendió mal esa letra. Lo que yo rechazaba era el lujo”,
reflexiona Zaz. “Pero el dinero es importante porque te permite hacer
cosas”. Entre ellas, cita su apoyo financiero al movimiento Colibri,
liderado por el pensador Pierre Rabhi, que cuenta con miles de
seguidores en Francia por su mensaje ecologista, antiliberal y
antiglobalización. Y también la fundación creada por ella, Zazimut, a
través de la que organiza un festival de música cada verano en la región
francesa de la Ardèche, donde también cita a asociaciones que trabajan
por causas en las que cree. “Pierdo 130.000 euros cada año. Podría
comprarme muchas cosas con ese dinero, pero prefiero crear conexiones
entre la gente”, afirma. Zaz quiere organizar un encuentro parecido en
Rusia y montar un festival itinerante en el continente africano, un
proyecto largamente acariciado. Entre sus fans hay personajes tan célebres como Martin Scorsese, que le pidió una canción para su película Hugo,
al considerar que su voz lograba transportar automáticamente a los años
treinta. Plácido Domingo accedió a interpretar un dúo con ella, igual
que Pablo Alborán —firmaron una versión de Entre sus fans hay personajes tan célebres como Martin Scorsese, que le pidió una canción para su película Hugo,
al considerar que su voz lograba transportar automáticamente a los años
treinta. Plácido Domingo accedió a interpretar un dúo con ella, igual
que Pablo Alborán —firmaron una versión de Sous le ciel de Paris, una de esas viejas canciones que popularizaron Piaf, Juliette Gréco e Yves Montand— y que el cantante de Rammstein, Till Lindemann, con quien ha colaborado recientemente. Y Paul Krugman, conocido por sus columnas de referencia en The New York Times, le declaró su admiración en su blog., una de esas viejas canciones que popularizaron Piaf, Juliette Gréco e Yves Montand— y que el cantante de Rammstein, Till Lindemann, con quien ha colaborado recientemente. Y Paul Krugman, conocido por sus columnas de referencia en The New York Times, le declaró su admiración en su blog.Para explicar su éxito, Zaz dice que solo ha intentado cumplir sus
visiones en realidad. Una vez se le apareció Quincy Jones en sueños.
Decidió pedir al mítico músico que le produjera un tema. “Mi propio
equipo puso los ojos en blanco y me trató de ilusa”, recuerda. Para
sorpresa de todos, respondió que sí. Su nuevo empeño es que le haga caso
Dr. Dre, el productor de hip-hop
que convirtió en reyes del género a Tupac Shakur y Kendrick Lamar. Y
luego hay otra fantasía en la que se ve convertida en madre. Ese será el
próximo capítulo de su vida. “También me planteo adoptar. Sé que puede
ser un proceso largo y complicado, pero soy muy cabezota”, asegura. Lo
dicen sus últimos versos: “Si me pierdo, es que ya me he encontrado. / Y
sé que debo continuar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario