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13 mar 2019
Pérez Reverte: “Los españoles somos peligrosos. Vamos a acabar mal”
El autor presenta en Madrid ‘Una historia de España’ con una serie de artículos publicados durante cuatro años en 'XL Semanal'.
Arturo Pérez Reverte, este miércoles, en Madrid. En vídeo, presentación de su nuevo libro .EMILIO NARANJOEFEArturo Pérez-Reverte ha presentado este miércoles su nuevo libro, Una historia de España
(Alfaguara), junto a su editora, Pilar Reyes, en el Hotel Palace de
Madrid. Se trata de un volumen que reúne artículos escritos en el XL Semanal
publicados a lo largo de cuatro años. Arden ya las redes a ambos lados
del Atlántico… Él se entrega a un soliloquio noventayochista con matices
de esperanza, que reproducimos a continuación. Negro, pero no tanto:
“Yo no soy historiador, ni quiero serlo… Leo Historia, me gusta
mucho. Es lo que explica el presente, la luz que nos permite
comprenderlo. Durante cuatro años he escrito estos artículos bajo una
mirada personal, subjetiva, parcial. Pero no quiero suplantar a los
historiadores, sino guiar a la gente para que luego vayan a buscar sus
libros. Cuando tienes canas en la barba uno se da cuenta de que la
mirada sobre España no es agradable siempre. Según yo lo veo, hay cuatro
maneras de afrontarla. La primera, desde una óptica de derechas, que
ensalza una serie de episodios épicos, los blasones de la grandeza y el
imperio: los tercios, la reconquista, pero con una falta de lucidez
crítica sobre su envés. Otra mirada es la de izquierdas, completamente
opuesta, empeñada en buscar siempre lo negativo. Para ellos la conquista
fue un genocidio y la presencia en Europa, brutalidad. Son dos visiones
parciales. Una empeñada en blanquear y otra en oscurecer. Luego está la
de los nacionalismos periféricos. Para ellos, España no existe, se
estudia de manera parcial, no general. Y por último, queda la que más me
gusta a mí.La que cuenta que este es un país donde pasaron muchas cosas durante
muchos siglos y que blanquearlas es tan malo como ocultarlas pero que
nos une una especie de cemento común que justifica todo. Cuando te
colocas en ese punto te llueven hostias por todos lados. Por eso decidí
hacer la historia que no le gustara a nadie, sólo a mí. Y es amarga. No
había leído los artículos todos seguidos y al revisarlos para el libro
me di cuenta de que era amargo. ¿Por qué? Por los propios españoles. No
han tenido la culpa las invasiones, ni las hambrunas. Ha sido nuestra
manera de hacerlo. El resultado no ofrece una experiencia feliz, sino
una sucesión de ocasiones perdidas. Cuando estamos a punto de tocar el
cielo, perdemos el tren. Y seguirá ocurriendo porque padecemos un
problema de educación y de memoria. Por eso hoy, cualquier joven queda a
expensas de la manipulación de cualquier populismo. Les falta saber
quiénes son, de dónde vienen, quienes fueron y qué hicieron sus padres y
sus abuelos. Por eso no puedo evitar que me invada cierta melancolía"."La izquierda le ha cedido a la derecha la Historia y lo ha hecho
gratis", continúa el escritor. "La derecha se ha envuelto en esa bandera
y esa cesión y la apropiación se ha convertido en un asunto delicado. Sin educación, los jóvenes no van a saber hacer frente a los lobos, sean
rojos o negros. No todo ocurrió con Franco. Aquello fue una recaída,
venía de atrás. Al caer la memoria, cae el futuro. Ponemos a las ovejas a
merced del lobo y así no podrán hacer frente al siglo XXI. Sin embargo,
veo los síntomas y al bucear en la Historia me siento optimista
también, encuentras cosas fascinantes. A pesar de la amargura, no lo
puedo evitar. Sales, pones el oído y te das cuenta de que vives en un
país formidable donde todos los guiris quieren venir a vivir porque
piensan que tenemos un chiringuito espléndido. Por eso no puedo evitar
ser también un optimista lúcido y bien documentado. Pero lo cierto es
que este es un país en demolición. Y quizás merezca serlo, cuidado. Pero
hay que saber por qué nos lo estamos cargando. Ningún país de Europa
tiene un impulso suicida parecido al nuestro. Yo he escrito todo esto
para comprender y estas son las conclusiones. Esta demolición es culpa
nuestra. Se debe a nuestra vileza, a nuestra comodidad, a la apatía. Debemos tener claras algunas cosas: destruir la lengua es perder
América, destruir la memoria, perder España. Sin Historia, sin memoria,
estamos perdidos. Si seguimos así, acabaremos mal". Sobre el momento actual en esta España preelectoral, Pérez-Reverte ha
dicho: "Todo va pasando por la máquina de picar: la monarquía, la
lengua, la historia. Picadillo. Necesitamos un marco en que conversar,
dialogar, analizar para luego, si queremos, cambiar. Pero lo nuestro es
la eliminación sistemática del enemigo. Por estupidez, por desidia, por
ignorancia. Me preguntan si soy republicano o monárquico y a mí me gusta
la república de Escipión, aquella, la auténtica, la de Roma, como Dios
manda. Pero miro aquí y pienso: si demolemos el Estado, ¿cómo lo
reconstruimos? ¿Con Casado, con Rivera, con Echenique, con Pablo
Iglesias, con Zapatero…? Pues veo a Felipe VI, un tío guapo, que sabe
estar bien y pienso: me agarro al alto. ¿Cuándo han leído un libro estos
tíos? ¿Saben quién es Marat, Trotski, Bakunin? Es una batalla perdida.
Echo en falta cultura y generosidad por su parte. No buscar la
aniquilación del otro, el exterminio o la anulación, sino la
solidaridad. La historia no nos sirve para construir un mejor futuro. Pero si asumes lo que eres, si te sientes cómodo en tu camisa puedes
empezar a hacer cosas. No somos inferiores a nadie, somos incluso
mejores en muchas cosas. Pero también debemos ser conscientes de que
podemos convertirnos en seres muy peligrosos. Debemos buscar las
condiciones para no serlo. Conocer las causas para intentar no caer. Eso
requiere un esfuerzo nacional. He visto lugares aparentemente
civilizados irse en poco tiempo al diablo. Todo es posible”.
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