La magistrada imputa a la hija y al yerno del exministro del PP.
Ignacio Zafra
La juez que instruye en Valencia el caso Erial ha conectado al exministro del PP Eduardo Zaplana con una trama dedicada presuntamente a blanquear fondos utilizando para ello lingotes de oro.La magistrada ha imputado a la hija del también expresidente de la Generalitat valenciana María Zaplana y al marido de esta, Luis Iglesias, después de que los investigadores descubrieron el extraño sistema utilizado para arrendar el céntrico piso situado en la calle Pascual y Genís de Valencia donde el exdirigente popular residía cuando fue detenido por la Guardia Civil en mayo de 2018.
El exdirigente del Partido Popular ha negado las acusaciones que pesan sobre él.
El arrendador del piso ha resultado ser un viejo conocido de la Fiscalía Anticorrupción, Miroslav Schopoff, un empresario búlgaro cuyo imperio de locales de compraventa de oro —con los que pasó de facturar 11 millones de euros en 2008 a facturar 1.000 millones en 2012— se desmoronó como consecuencia de una macroperación policial lanzada en 2014.
La Audiencia Nacional se hizo cargo de la causa judicial en torno a su empresa, Oro Direct, en la que, además de Schopoff, fueron imputadas otras 140 personas por blanquear supuestamente mediante lingotes grandes cantidades de dinero negro procedentes del sector inmobiliario y del crimen organizado.
Schopoff alquilaba a María Zaplana y a su marido el piso, ubicado en el número 12 de la calle Pascual y Genís.
Pero no era el propietario.
El verdadero dueño, un valenciano, se lo había arrendado al empresario búlgaro por 2.400 euros al mes (IVA incluido).
Y Schopoff se lo alquilaba a la hija del exministro por cerca del doble, a través de una agencia inmobiliaria.
Los investigadores no creen que se trate de una coincidencia, sino de una fórmula para pagar discretamente un servicio al empresario de Europa del Este, especializado presuntamente en el blanqueo de capitales a escala internacional.
La juez ha embargado a Zaplana y a sus supuestos testaferros dinero en efectivo y bienes por importe de 13 millones de euros, procedentes presuntamente del cobro de comisiones ilegales.
El dinero procedente supuestamente de mordidas por adjudicaciones de la Generalitat valenciana fue evadido al extranjero y retornado en parte a España utilizando para ello una densa tela de araña societaria formada por una veintena de mercantiles y cuentas bancarias en Luxemburgo, Uruguay, Panamá, Andorra, Suiza y España.
Los investigadores creen, sin embargo, que el exministro, enfermo de leucemia y en libertad desde el pasado mes de febrero, todavía esconde una fortuna en el extranjero.
La trama del oro
La Fiscalía Anticorrupción ya se cruzó con Miroslav Schopoff por su supuesta conexión con el blanqueo de capitales del PP valenciano en 2016, tal como adelantó EL PAÍS.Fue durante la investigación del caso Taula, la red que presuntamente cobró comisiones del 3% por adjudicaciones gobernadas por los populares en los niveles local, provincial y autonómico de la Administración valenciana.
En aquella ocasión, la pista que halló el ministerio público no señalaba hacia Zaplana, sino hacia Alfonso Rus, que fue durante una década presidente de la Diputación y del PP de la provincia de Valencia.
La trama del oro desmantelada en 2014, en una operación de la policía y la Agencia Tributaria, creció al calor de la crisis y del aumento del número de personas que se desprendían de sus joyas por necesidad.
Solo en Valencia pasó de haber 44 comercios de este tipo en 2010 a sumar 230 en 2012.
Las alhajas compradas a sus dueños en España por Oro Direct eran fundidas y transformadas en lingotes en Suiza, según informó entonces la policía.
La sospecha de los investigadores es que Schopoff aprovechó el auge del negocio para emitir facturas falsas por compras de oro ficticias con el fin de blanquear dinero negro.
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