Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

10 mar 2019

De profesión, concursante


Jerónimo Hernández. Fue 'Magnífico' en 'Saber y ganar' y estuvo 121 días en 'Pasapalabra'. Estudió con fichas.
Jerónimo Hernández. Fue 'Magnífico' en 'Saber y ganar' y estuvo 121 días en 'Pasapalabra'. Estudió con fichas.



NI POR FAMA, ni por gloria.
 Fue por la crisis. Ahora, Juanpe Gómez no tiene muy claro qué hacer con su premio millonario. 
Pero vive tranquilo. Se quedó sin trabajo como operador de grúa, su profesión, en 2009. Hizo de figurante en alguna serie y en un concurso. Y le picó el gusanillo. 
Pero no para seguir saliendo en la tele y ganar unos euros, sino para buscar una “salida a la crisis”.
 Comenzó a prepararse para participar en Pasapalabra, un concurso de cultura general que ha llegado a tener una audiencia del 26% en televisión. “Lo afronté como si fuera una oposición”. Siempre le había gustado leer, pero ahora se trataba de estudiar. 
Su material de trabajo fue, fundamentalmente, una versión reducida, que conserva casi deshecha, del diccionario de la RAE y el de uso de María Moliner.
 “También repasaba enciclopedias y estaba al tanto de la actualidad”. 
Es menudo e inquieto, y se emociona cuando recuerda cómo apuntaba apellidos “raros” de premios Planeta, de los Nobel y de los candidatos a unas elecciones que se iban a celebrar en Perú. Acabó ganando 1,6 millones de euros.
 Superó la crisis.

Los ganadores más célebres de los concursos culturales más destacados de la televisión no serán los más listos, pero sí los más preparados. Estudiaron antes de ponerse ante las cámaras.
 Algunos, durante años. Concienzudamente. Con horarios y metodología estricta. Y son muchos los que aseguran que este tipo de programas se ha profesionalizado.
Como Juanpe Gómez, Paz Herrera y Antonio Ruiz, que ganaron premios de más de un millón de euros en Pasapalabra, el concurso que presenta Christian Gálvez en Telecinco.
 “Hay que restarle la retención de Hacienda”, aclaran. Entre el 19% y el 45%, según los premios.
 En su caso, el máximo. Todos ellos se prepararon. Apuntaron compulsivamente palabras que leían u oían y de las que buscaban su definición exacta con el fin de superar la última de las pruebas: el rosco, 25 definiciones que contienen en su respuesta una determinada letra del abecedario y a las que hay que contestar en un tiempo récord. 
Juan Pedro Gómez. Estudió con diccionarios y enciclopedias. Ganó 1.674.000 euros. 

Juan Pedro Gómez. Estudió con diccionarios y enciclopedias. Ganó 1.674.000 euros.
Hasta llegar ahí, recuerdan, vivieron los nervios de la inscripción, a la que muchas veces no se contesta en meses, y los castings. Primero por teléfono y luego presenciales. 
Ya después, los focos de un plató con colores intensos. 
La vuelta al estudio en el que se graba Pasapalabra para un encuentro con El País Semanal es un festival de abrazos, besos y saludos a todos los empleados del programa que les vieron sufrir durante los meses que estuvieron participando.
 Cada jornada superada, aun sin completar el rosco, era una posibilidad de lograr el premio millonario. 
Presentador, regidores, cámaras, limpiadoras. A todos les llaman por su nombre y, en algunos casos, repasan acontecimientos familiares. Ninguno parece millonario, aunque hablan de posibles inversiones cuando se quedan a solas.
 Y los tres se paralizan cuando empiezan a oír las definiciones del presentador a la espera de la respuesta del concursante del programa que se está grabando.  
No pueden evitar contestar en voz baja.
 Aunque su motivación fuera otra, les gusta concursar tanto como a los espectadores ver concursos como Pasapalabra o Boom, que emite Antena 3.
 Ambos tienen audiencias medias de cerca del 20%.
 El decano de la televisión, Saber y ganar, con cerca de un millón de televidentes, triplica el éxito de la mayoría de los programas de La 2, la cadena en la que se emite, pese a sus 22 años de emisión y a que los premios no son cuantiosos. Pero los premios que se reparten no están cubiertos ni por la audiencia ni por la publicidad durante su emisión. 
La mayoría de los concursos pagan una póliza mensual, de manera que es un seguro el que cubre las cuantiosas recompensas económicas.

Paz Herrera. Apuntaba palabras en la lista de la compra. Tras 141 programas, ganó 1.310.000 euros. pulsa en la foto
Paz Herrera. Apuntaba palabras en la lista de la compra. Tras 141 programas, ganó 1.310.000 euros.

“Empieza por S. Apellido del autor o compositor de la obra El concierto de los animales, de 1886”.
La respuesta, Saint-Saëns, hizo que Paz Herrera, entonces con 54 años, completara el rosco de Pasapalabra y ganara 1,3 millones de euros en 2014. Tiques de la compra, billetes de autobús y papelitos de citas médicas fueron algunos de los soportes de su material de estudio. La crisis también hizo mella en ella, arquitecta de profesión. “Había poco trabajo y solo tenía que ocuparme de mis plantas y las dejaba bien regadas”, cuenta con una calma opuesta al frenético ritmo de la prueba que le llevó a ser millonaria.
Alega que en su caso le valió la experiencia.
 Ya había participado en otros concursos de televisión. En Pasapalabra “el premio fue un aliciente”. 
“Entiendo que se haya profesionalizado. No tienes trabajo o es un trabajo precario, y 1,8 millones de euros no los vas a ganar en toda tu vida laboral.
 Es como preparar una oposición y el resultado es más fructífero”, justifica. Su “tribunal” se encontraba en Madrid. 
Ella, en Cantabria, desde donde viajaba todas las semanas como si de un trabajo se tratara, hasta que un día, incluso ­bromeando, reclamó un contrato laboral de concursante.
 Empleos precarios eran los que tenía David Leo, poeta y profesor de español para extranjeros. 
“No me daban para vivir”. Y menos para hacerse millonario con 27 años, que fue lo que ocurrió. En 2010 empezó a participar en concursos.
 Unos miles de euros en uno, algo más de 50.000 en otro…, pequeños premios que le sirvieron para ir tirando. 
Su preparación para Pasapalabra fue una de las más metódicas. Programó un intensivo. Estudió alrededor de cuatro horas diarias. Durante más de dos años. 
Vio todos los programas emitidos que encontró en Internet, unos 1.200. Un rival le recomendó que fabricara fichas con palabras y definiciones para entrenar y lo hizo clasificándolas por campos semánticos.
 Creó tablas de Excel con más listas de palabras y de personajes históricos. 
Estudió con un programa informático que además tiene en cuenta los ciclos de olvido (el tiempo en el que se puede olvidar un concepto no interiorizado). 
Y no mandó la carta para participar hasta que no estuvo preparado. Acudió al plató desde marzo hasta octubre de 2016, más de 100 programas.

“Lo vi como un trabajo por el tiempo que estuve y por la posibilidad de rédito que le podía sacar, pero es indispensable verlo también como un juego porque hay que disfrutar”. 
Llamó a su madre y a su novia después de cada grabación. Saber que la palabra “ranzón” era la respuesta a “rescate, dinero que se da para redimir a un cautivo” le hizo ganar 1.866.000 euros, el importe más alto entregado por un concurso en la historia de Telecinco.
 Las bromas de Christian Gálvez no le desconcentraron, incluso las contestó con otras. 
“Creo que tengo opciones”, dijo cuando solo le quedaban tres palabras por descifrar. No dejó de sonreír. Y sigue haciéndolo.
 Y dando clases de español. Pero el dinero ya no le preocupa. “Empieza por J. Apellido del político considerado último líder de la época socialista en Polonia, nombrado jefe de Gobierno en 1981”. Antonio Ruiz heredó parte del material de David Leo.
 Estudió con algunos de sus cuadernos.
 Y se llevó 1,1 millones de euros porque sabía que ese político era Jaruzelski.
 Suplió la falta de trabajo como músico con los concursos. “Fui porque me gustan, pero también por necesidad”.  
 Se preparó durante dos años, “sin un horario concreto, pero me dedicaba a ello”.
 Una decena de cuadernos con incontables listas de nombres, apellidos y ciudades verifican ese trabajo. “Es una apuesta interesante”, justifica ante la evidente profesionalización de los participantes. “Nunca es seguro que vayas a ganar. Hay gente que le dedica mucho tiempo, pero es que nos gusta.
 Es interesante y lo que mejor se te da es lo que mejor se te valora y se paga”.
 Sigue residiendo donde vivía, en el distrito marítimo de Castellón, y mantiene que su hija, de cuatro años, fue su mayor motivación pese a que también fue su mayor sufrimiento por el tiempo que tuvo que estar lejos de ella durante los 126 programas en los que participó y con los que batió el récord de permanencia. 
Este enero, otro concursante, Fran González, ha destrozado ese récord con 168 programas el día en el que el concurso batió otro récord, el de audiencia, con más de cuatro millones de espectadores.



Antonio Ruiz. Batió el récord de permanencia en 'Pasapalabra'. Ganó 1.164.000 euros.
Antonio Ruiz. Batió el récord de permanencia en 'Pasapalabra'. Ganó 1.164.000 euros.
“Cada concurso tiene su preparación especial. 
En Saber y ganar, con una buena cultura general y estar al día en ­actualidad puede bastar”. 
Pero para volver a Pasapalabra decidió prepararse. Guarda cuadernos con inventarios de palabras. 
 También fichas de términos ­relacionados. Sabe que otros han utilizado programas informáticos, pero él prefirió el papel. 
Además, como pasa con los temarios de los exámenes, hay algunas preguntas previsibles:
 “Cada 20 programas preguntan por un premio Nobel, así que los repasaba”.
Él tenía trabajo, en el departamento de protocolo de la Universidad de Salamanca, donde sigue. 
Y eso le dio opciones para compaginar sus viajes a Barcelona, donde se graba el programa. “Incluso, si lo ves rentable, puedes pedir una excedencia, vacaciones o días sin sueldo”.
 Ni la celebración de los actos del 800º aniversario de su universidad, el año pasado, le impidieron atender reclamos relativos a su paso por televisión. Porque le gusta. Aunque se ha calificado de “soso”, su tono cambia cuando habla de concursos y concursantes.
 “Con el paro que hay, cada vez se va más por necesidad que por diversión”, lamenta.



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