El interés que despierta la familia real británica se traduce en un constante goteo de libros, en su mayoría no autorizados.
La fascinación que ejerce la familia real británica, y no solo entre
sus propios súbditos, no conoce límites.
Quienes no tengan bastante con todo lo que publica la prensa pueden acudir a la extensa bibliografía disponible sobre los Windsor, y que engloba a casi todos sus miembros —incluido el perro de Meghan Markle, protagonista del cuento infantil The Duchess and Guy—.
Entre los nuevos títulos que se lanzan cada año, y que basculan entre el rigor histórico y el placer culpable, hay biografías polémicas, hagiografías, coffee table books y hasta libros para colorear.
Muchos pasan desapercibidos y otros llegan a los primeros puestos de ventas, pero su sola existencia constata un dato innegable: ninguna otra monarquía puede presumir de haberse convertido en un género literario en sí misma.
El de Carroll no es el único volumen reciente sobre los duques de Sussex. Harry: Life, Loss and Love, de Katie Nicholl, un retrato íntimo sobre el príncipe Enrique, también llegó a las librerías la pasada primavera.
“Siempre he escrito sobre los miembros más jóvenes de la realeza; era con quienes coincidía en partidos de polo y clubes nocturnos hace muchos años”, comenta Nicholl, autora también de biografías sobre Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton.
Destapar nueva información sobre la familia más diseccionada del mundo es para ella el gran desafío:
“Hay mucho clickbait, pero las auténticas primicias son pocas.
En mis 17 años como periodista he logrado varias: desde revelar quiénes fueron las primeras novias de Guillermo y Enrique hasta el pacto secreto de Kate y Guillermo para casarse.
Y en mi último libro descubro mucha información nueva sobre Enrique, incluyendo cómo casi pierde la vida dos veces en Afganistán y quién le presentó a Meghan”.
La escritora Penny Junor, especializada en biografías reales —la última, The Duchess (2017),
sobre Camilla Parker Bowles—, también se atribuye hallazgos
importantes:
“En mi primer libro sobre la realeza, una biografía de la princesa de Gales editada en 1982, descubrí que su madre había abandonado el hogar familiar porque estaba en un matrimonio abusivo con el padre de Diana, pero que nunca tuvo la intención de dejar a sus hijos.
Los perdió en el proceso de custodia después del divorcio porque su madre, Lady Fermoy (que era dama de compañía de la Reina Madre y una tremenda esnob), testificó en contra de su propia hija”.
“Pienso en la familia real británica como en la telenovela ininterrumpida más larga de Europa; lleva más de 1.000 años, y sus reyes y reinas, descendientes y cónyuges, son una fuente de fascinación inagotable para los lectores”, cuenta a EL PAÍS la escritora norteamericana Leslie Carroll, autora de American Princess: The Love Story of Meghan Markle, publicado el pasado abril.
“Después de todo, son seres humanos como nosotros, pero con ropa más bonita y joyas más caras
. Bromas aparte, a ellos también les han roto el corazón, han perdido hijos jóvenes, han sufrido trastornos alimenticios y han tenido matrimonios infelices, igual que quienes disfrutan leyendo sobre ellos e imaginan que la vida de los royals es mucho mejor que la suya”.
Ninguna revelación, sin embargo, sacudió tanto la monarquía británica como las que contenía Diana: su verdadera historia (1992), de Andrew Morton
Quienes no tengan bastante con todo lo que publica la prensa pueden acudir a la extensa bibliografía disponible sobre los Windsor, y que engloba a casi todos sus miembros —incluido el perro de Meghan Markle, protagonista del cuento infantil The Duchess and Guy—.
Entre los nuevos títulos que se lanzan cada año, y que basculan entre el rigor histórico y el placer culpable, hay biografías polémicas, hagiografías, coffee table books y hasta libros para colorear.
Muchos pasan desapercibidos y otros llegan a los primeros puestos de ventas, pero su sola existencia constata un dato innegable: ninguna otra monarquía puede presumir de haberse convertido en un género literario en sí misma.
El de Carroll no es el único volumen reciente sobre los duques de Sussex. Harry: Life, Loss and Love, de Katie Nicholl, un retrato íntimo sobre el príncipe Enrique, también llegó a las librerías la pasada primavera.
“Siempre he escrito sobre los miembros más jóvenes de la realeza; era con quienes coincidía en partidos de polo y clubes nocturnos hace muchos años”, comenta Nicholl, autora también de biografías sobre Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton.
Destapar nueva información sobre la familia más diseccionada del mundo es para ella el gran desafío:
“Hay mucho clickbait, pero las auténticas primicias son pocas.
En mis 17 años como periodista he logrado varias: desde revelar quiénes fueron las primeras novias de Guillermo y Enrique hasta el pacto secreto de Kate y Guillermo para casarse.
Y en mi último libro descubro mucha información nueva sobre Enrique, incluyendo cómo casi pierde la vida dos veces en Afganistán y quién le presentó a Meghan”.
“En mi primer libro sobre la realeza, una biografía de la princesa de Gales editada en 1982, descubrí que su madre había abandonado el hogar familiar porque estaba en un matrimonio abusivo con el padre de Diana, pero que nunca tuvo la intención de dejar a sus hijos.
Los perdió en el proceso de custodia después del divorcio porque su madre, Lady Fermoy (que era dama de compañía de la Reina Madre y una tremenda esnob), testificó en contra de su propia hija”.
“Pienso en la familia real británica como en la telenovela ininterrumpida más larga de Europa; lleva más de 1.000 años, y sus reyes y reinas, descendientes y cónyuges, son una fuente de fascinación inagotable para los lectores”, cuenta a EL PAÍS la escritora norteamericana Leslie Carroll, autora de American Princess: The Love Story of Meghan Markle, publicado el pasado abril.
“Después de todo, son seres humanos como nosotros, pero con ropa más bonita y joyas más caras
. Bromas aparte, a ellos también les han roto el corazón, han perdido hijos jóvenes, han sufrido trastornos alimenticios y han tenido matrimonios infelices, igual que quienes disfrutan leyendo sobre ellos e imaginan que la vida de los royals es mucho mejor que la suya”.
Ninguna revelación, sin embargo, sacudió tanto la monarquía británica como las que contenía Diana: su verdadera historia (1992), de Andrew Morton
.
Solo después de la muerte de la princesa su autor admitió que fue la
propia Diana quien le proporcionó tantos pormenores truculentos
—infidelidades, bulimia, intentos de suicidio...— sobre lo que sucedía
tras los muros de palacio.
Nadie ha vuelto a gozar de ese nivel
inusitado de acceso.
“La familia está cada vez más preocupada por la
privacidad, y los amigos cercanos no hablarán con un escritor o
periodista sin antes comprobar que a ellos no les importa”, señala Penny
Junor.
Katie Nicholl lo resume así:
“La regla tácita es que si eres
íntimo de los royals, no hablas con la prensa.
Si lo haces, estás fuera del círculo”.
Es justo lo que les pasó a los antiguos empleados de “La Firma” que
cometieron la temeridad de intentar sacar provecho de ello con un libro.
El denostado exmayordomo de Diana, Paul Burrell, utilizó Deber real
(2001) para intentar restaurar su reputación.
Patrick Jephson, antiguo
secretario de Lady Di, se ganó los adjetivos de “vacío y oportunista”
por incluir en Sombras de una princesa (2000)
anécdotas como la del juguete sexual que Lady Di habría traído de París
en 1992.
Wendy Berry, ama de llaves en Highgrove y Kensington Palace,
no escatimó en detalles sobre las visitas de James Hewitt a Diana en su
libro The Housekeeper’s Diary (1995).
Y cuando Marion Crawford, la que fuera aya de Isabel II y la princesa Margarita, escribió varios artículos y un libro sobre sus pupilas llamado Las princesas Isabel y Margarita de Inglaterra(1950), fue condenada al ostracismo y despojada de Nottingham Cottage, la casa "de gracia y favor" que le había concedido la Corona.
Todas estas traiciones, sin embargo, podrían quedarse cortas si Samantha Markle, la hermanastra de Meghan Markle, cumple su amenaza de publicar este año una biografía incendiaria sobre ella bautizada In The Shadows Of The Duchess (A la sombra de una duquesa).
Que el primer título que barajó Samantha fuera The Diary of Princess Pushy's Sister (El diario de la hermana de la princesa prepotente) da idea del tipo de lectura que nos espera.
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