El tribunal da por hecho que Jorge Fernández mató a su esposa el 2 de julio de 2017.
Fernández siempre dijo que unos delincuentes habían secuestrado a su mujer.
Un tribunal ha condenado este jueves al esposo de la española Pilar
Garrido, Jorge Fernández, por matar a su mujer.
Hasta el asesinato, Garrido, Fernández y el bebé de ambos vivían juntos en Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, en el noreste de México.
Según el relato de la fiscalía, confirmado ahora por los jueces, Fernández mató a Garrido el 2 de julio de 2017, cuando la familia volvía a su casa después de pasar unos días en la playa.
Luego dejó su cuerpo en una zona de matorrales junto a la carretera.
Al volver a Victoria, denunció que unos delincuentes les habían interceptado en la carretera y habían secuestrado a Pilar.
Pero el hallazgo del cuerpo de la mujer semanas después, y la investigación de la fiscalía, apoyada por técnicos de la Policía Federal, terminó por desechar la versión de Fernández, que acabó detenido, acusado del asesinato.
Según fuentes de la investigación, la decisión del tribunal ha sido unánime.
La condena, por feminicidio, podría mantenerlo de 40 a 50 años entre rejas. Fernández vive preso desde su detención, en agosto de 2017.
El tribunal dará los detalles de la sentencia el próximo lunes, en una audiencia que se celebrará en Ciudad Victoria a las 9.30.
Garrido era valenciana y tenía 34 años.
Había conocido a Jorge en Barcelona un tiempo antes, cuando ambos estudiaban en la universidad.
La mujer cursó la carrera de periodismo, aunque no ejercía. Fernández se ganaba la vida de criminólogo.
Había dado clases en la escuela de la policía estatal.
Fernández ha defendido su inocencia hasta el final. La familia de Garrido también lo ha hecho.
La perseverancia de uno y la confianza de otros mantiene el móvil del asesinato envuelto en el misterio.
La hermana y la madre de Pilar han repetido durante este año y medio que la pareja se llevaba bien, que nunca identificaron conductas violentas por parte de Jorge.
Hasta ayer mismo, su abogado, Jesús Govea, se mostraba optimista.
"El saldo final lo considero ostensiblemente positivo.
Porque la Fiscalía (estatal de Tamaulipas) carecía de cimientos, y ellos prometieron probar hechos, y finalmente no lo lograron', dijo a la agencia EFE.
El proceso por el asesinato de Pilar Garrido ha sido controvertido desde el principio.
Primero, por el vuelco que supuso la detención de su esposo y la acusación de la fiscalía.
Luego por la defensa a ultranza de la familia de ella.
Y más recientemente, por el asesinato de un juez y una fiscal en Tamaulipas que habían participado en el proceso.
Hasta el asesinato, Garrido, Fernández y el bebé de ambos vivían juntos en Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, en el noreste de México.
Según el relato de la fiscalía, confirmado ahora por los jueces, Fernández mató a Garrido el 2 de julio de 2017, cuando la familia volvía a su casa después de pasar unos días en la playa.
Luego dejó su cuerpo en una zona de matorrales junto a la carretera.
Al volver a Victoria, denunció que unos delincuentes les habían interceptado en la carretera y habían secuestrado a Pilar.
Pero el hallazgo del cuerpo de la mujer semanas después, y la investigación de la fiscalía, apoyada por técnicos de la Policía Federal, terminó por desechar la versión de Fernández, que acabó detenido, acusado del asesinato.
Según fuentes de la investigación, la decisión del tribunal ha sido unánime.
La condena, por feminicidio, podría mantenerlo de 40 a 50 años entre rejas. Fernández vive preso desde su detención, en agosto de 2017.
El tribunal dará los detalles de la sentencia el próximo lunes, en una audiencia que se celebrará en Ciudad Victoria a las 9.30.
Garrido era valenciana y tenía 34 años.
Había conocido a Jorge en Barcelona un tiempo antes, cuando ambos estudiaban en la universidad.
La mujer cursó la carrera de periodismo, aunque no ejercía. Fernández se ganaba la vida de criminólogo.
Había dado clases en la escuela de la policía estatal.
Fernández ha defendido su inocencia hasta el final. La familia de Garrido también lo ha hecho.
La perseverancia de uno y la confianza de otros mantiene el móvil del asesinato envuelto en el misterio.
La hermana y la madre de Pilar han repetido durante este año y medio que la pareja se llevaba bien, que nunca identificaron conductas violentas por parte de Jorge.
Hasta ayer mismo, su abogado, Jesús Govea, se mostraba optimista.
"El saldo final lo considero ostensiblemente positivo.
Porque la Fiscalía (estatal de Tamaulipas) carecía de cimientos, y ellos prometieron probar hechos, y finalmente no lo lograron', dijo a la agencia EFE.
El proceso por el asesinato de Pilar Garrido ha sido controvertido desde el principio.
Primero, por el vuelco que supuso la detención de su esposo y la acusación de la fiscalía.
Luego por la defensa a ultranza de la familia de ella.
Y más recientemente, por el asesinato de un juez y una fiscal en Tamaulipas que habían participado en el proceso.
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