Veo a muchachos que luchan por que se quiten la corrida de toros, por ejemplo, pero no luchan por nuestras libertades que son las suyas.
Pues una vez en Cestona donde trabajó Pio Baroja en su ayuntamiento, un pueblecito pequeño y sin más atractivo que un rio al que me asomé porque no sabía que otra cosa se podía hacer. Bueno si, había unB ar de los que yo llamo de "hombres" qque solo beben y charlan a gritos, y se callan cuando hice intentos de entrar.
Así que di la vuelta y miré a las aguas del rio.
Alli habia un perro y un niño. Pero no estaban juntos.
En una de estas el perro se fue de roca en roca y se quedó aislado, iba ya a dar la vuelta para que alguien lo ayudara cuando vi al niño. cerca de él había una tabla, salto y nadó hasta dar con ella. llevaba un bastón en la mano a modo de remo, y fue a por el perro que cada vez se aislaba más. Yo como en una película veia ya el final se acercaban a unas pequeñas cataratas rápidas.
El peligro no está en lo grande ni en lo pequeño.
El niño llegó a la altura del pobre perro y le tendio la tabla con el bastón.
Lo sacó de alli y dando un salto los dos se quedaron en una roca
. Que fragilidad y que bondad ese fue elúltimo dia de estar allí y pensando que Baroja hubiera escrito un cuento de haberlo visto pensé que sería yo, sin saber cuando la que contaría esa pequeña historia de un niño un perro y un rio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario