Se declara feminista, critica la polémica sobre los restos de Franco, anuncia que nunca se retirará y acaba de lanzar disco a los 75 años.
Estrena disco pero no sabe el número que hace en su carrera.
“Pon que llevo unos cien, pero la verdad es que he perdido la cuenta”.
Raphael está de vuelta aunque en realidad nunca se ha ido. El cantante a sus 75 años se toma con la ilusión de un principiante la promoción de su nuevo trabajo.
RESinphónico, que acaba de salir a la venta, cree que es uno de los discos más importantes de su carrera, porque reúne una selección de sus mejores canciones arropadas por una orquesta sinfónica “pero con toques de música electrónica”.
Una vez más, Raphael transita entre el clasicismo y la modernidad, esa dualidad que le permite tener fans de todas las generaciones.
Esa misma dualidad está presente en su vida.
Habla de ella como si hubiera un antes y un después de su trasplante de hígado al que se sometió hace 15 años.
“Yo ya no soy aquel, como dice mi canción. Soy otro”, proclama.
Y es que está convencido de que le pusieron una “máquina nueva en su cuerpo” que le ha dado una energía impropia en un hombre de su edad.
En la conversación salen nombres de otros compañeros de generación que no están en la misma situación.
— ¿Ha hablado con Julio Iglesias?
—No, pero siento lo que le está pasando, que no sé lo que es. Supongo
que tiene que ver con los huesos ¿no? Hablar con Julio no es fácil. Le
tengo cariño.
Cuando yo estuve tan enfermo llamó a los míos para interesarse.
“Pon que llevo unos cien, pero la verdad es que he perdido la cuenta”.
Raphael está de vuelta aunque en realidad nunca se ha ido. El cantante a sus 75 años se toma con la ilusión de un principiante la promoción de su nuevo trabajo.
RESinphónico, que acaba de salir a la venta, cree que es uno de los discos más importantes de su carrera, porque reúne una selección de sus mejores canciones arropadas por una orquesta sinfónica “pero con toques de música electrónica”.
Una vez más, Raphael transita entre el clasicismo y la modernidad, esa dualidad que le permite tener fans de todas las generaciones.
Esa misma dualidad está presente en su vida.
Habla de ella como si hubiera un antes y un después de su trasplante de hígado al que se sometió hace 15 años.
“Yo ya no soy aquel, como dice mi canción. Soy otro”, proclama.
Y es que está convencido de que le pusieron una “máquina nueva en su cuerpo” que le ha dado una energía impropia en un hombre de su edad.
En la conversación salen nombres de otros compañeros de generación que no están en la misma situación.
— ¿Ha hablado con Julio Iglesias?
Cuando yo estuve tan enfermo llamó a los míos para interesarse.
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Esa misma dualidad está presente en su vida. Habla de ella como si hubiera un antes y un después de su trasplante de hígado al que se sometió hace 15 años. “Yo ya no soy aquel, como dice mi canción. Soy otro”, proclama. Y es que está convencido de que le pusieron una “máquina nueva en su cuerpo” que le ha dado una energía impropia en un hombre de su edad. En la conversación salen nombres de otros compañeros de generación que no están en la misma situación.
— ¿Ha hablado con Julio Iglesias?
Le tengo cariño. Cuando yo estuve tan enfermo llamó a los míos para interesarse.
Julio Iglesias mide sus fuerzas a estas alturas de la vida pero Raphael, en cambio, se pone retos. “Si no tengo un reto...” y hace un gesto de rabia.
Ese afán de superación es lo que le mantiene vivo y feliz
. En el cara a cara prescinde de la marcada gestualidad que exhibe en el escenario y se muestra cercano pero sobre todo coqueto.
Coquetea con la cámara y está pendiente de que su look no tenga ningún fallo.
Sin que se le pregunte habla de Natalia Figueroa con la que se casó en 1972.
Un matrimonio en el que pocos creyeron. Se declara un hombre enamorado y un “feminista”.
— ¿Por influencia de su esposa?
— “No siempre lo he sido”, dice, molesto por el comentario.
En la conversación surge el nombre de Marisol y las noticias que hablan de una infancia marcada por la explotación laboral y supuestos abusos sexuales.
“No sé de dónde ha salido eso. Pero quien conozca a Pepa sabe que tiene unos... que me cuesta creerlo”.
— Como feminista, ¿apoyará el MeToo?
— “Yo nunca he presenciado nada. Al contrario ellas siempre eran las estrellas, a las que se veneraba y cuidaba”.
Raphael en la España de Franco era uno de los artistas que habitualmente actuaba ante el dictador.
Cuando se le recuerda advierte: “Como todos en esa época. No eras nadie si no te llamaban para esas citas. Yo viví esos tiempos porque España era así en ese momento”.
Lo dice como queriendo alejarse de la etiqueta de protegido del régimen que en alguna ocasión se le puso.
—¿Qué opinión tiene sobre dónde deben reposar los restos de Franco?
— Eso tenía que haberse resuelto hace 40 años. ¿Cuántos presidentes de Gobierno ha habido desde entonces?
El cantante no es muy bueno con los números:
“¿Cuántos discos he grabado? ¿Cuándo murió Franco?”, pregunta a sus ayudantes.
Pero tiene una memoria prodigiosa para los recuerdos más personales.
Cuenta con detalle cómo se presentó ante el marqués de Santo Floro para pedirle permiso para casarse con Natalia Figueroa. “Le dije: ‘la quiero tanto que si usted no está de acuerdo, yo desaparezco’.
Me invitó a comer. Me quiso mucho y yo a él.
Pero nuestro matrimonio fue un escándalo en esa época”.
Escándalo fue precisamente el nombre de uno de sus grandes éxitos.
El álbum que ha salido ahora a la venta ha sido grabado entre los estudios de Abbey Road (Londres) y MG Studios (Madrid). En él hay muchos temas de Manuel Alejandro.
Cuando habla del gran compositor, Raphael se santigua a modo de homenaje al hombre que le escribió la mayor parte de sus grandes temas.
— Nunca ha compuesto.
— ¿Por influencia de su esposa?
— “No siempre lo he sido”, dice, molesto por el comentario.
En la conversación surge el nombre de Marisol y las noticias que hablan de una infancia marcada por la explotación laboral y supuestos abusos sexuales. “No sé de dónde ha salido eso. Pero quien conozca a Pepa sabe que tiene unos... que me cuesta creerlo”.
— Como feminista, ¿apoyará el MeToo?
— “Yo nunca he presenciado nada. Al contrario ellas siempre eran las estrellas, a las que se veneraba y cuidaba”.
— No, pero siempre he trabajado muy de cerca con Manuel Alejandro.
Él siempre ha sabido interpretar muy bien lo que yo quería expresar en mis canciones.
Raphael y Natalia Figueroa tienen tres hijos Jacobo y Manuel, dedicados al mundo de la musica, y Alejandra.
Manuel es uno de los grandes ejecutivos de Universal, su compañía de discos y uno de los artífices de Operación Triunfo.
Hace un gesto de que se le cae la baba cuando habla de él. Se confiesa seguidor del programa al que ha acudido y con cuyos concursantes ha actuado pero sorprende con una confesión: “Yo nunca hubiera sido concursante en Operación Triunfo”.
— ¿Piensa en la retirada?
— “No me retiraré nunca. Un artista nunca lo hace. ¿Y si lo hago y luego quiero volver? Lo que sucederá es que un día llamaré a la oficina y diré que no me esperen”.
Entonces se quedará tumbado en un sofá “con Natalia a mi lado y una gran pantalla de televisión”.
El 17 de diciembre, Raphael presentará el disco en el Teatro Real de Madrid, con las entradas agotadas y luego iniciará una larga gira. “Sé todo lo que voy a hacer hasta finales del año próximo, bueno en realidad más, pero de momento me centro en ese periodo de tiempo”.
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