Frases de Emilio Lledó que sirven para ser mejores, más justos y más felices.
El filósofo cumple hoy 91 años con su capacidad para inspirarnos intacta.
Estos son extractos de su pensamiento que funcionan como lecciones para hoy, mañana y siempre.
Hay muchos que hablan de él como "el sabio oficial de España". Emilio Lledó (Sevilla, 1927) es autor de una obra prolija e inabarcable.
Ensayos como Memoria de la ética, El silencio de la escritura, Elogio de la infelicidad o La memoria del logo le han proporcionado infinidad de premios –el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, entre ellos-, pero sobre todo el respeto y afecto de lectores y libreros.
Él nunca ha dejado de señalar al responsable de todo ello y a su mayor influencia: un profesor llamado don Francisco.
Lledó dejó Sevilla a los seis años y se trasladó a Vicálvaro (suroeste de Madrid) con su familia.
Allí fue donde un maestro de colegio, don Francisco, le mostró cómo un buen profesor, en un colegio público de un barrio obrero de Madrid, puede inculcar en un niño la curiosidad, el amor por la cultura y la devoción por la lectura.
Al terminar la carrera de filosofía emigró a Alemania, donde casi sin hablar el idioma prosiguió su formación y se convirtió en profesor.
Tras su regreso a España en los sesenta, enseñó historia de la filosofía en Barcelona, Tenerife y Madrid y se convirtió para varias generaciones en lo que fue don Francisco para él: un maestro que enseña que la educación consiste en mucho más que memorizar y repetir, alguien capaz de inocular entusiasmo por el conocimiento.
Defensor irredento de la libertad y del poder transformador de la educación, aquí van 25 extractos de su pensamiento que podrían funcionar como una guía para ser mejores, más justos y más felices.
- “Lo triste es un indecente con poder. Eso es lo que tenemos que evitar” (Cadena Ser)
- “Cuando el pensamiento es poderoso, se puede decir en cualquier lengua” (El Correo de Andalucía)
- “He vivido la guerra y el franquismo, tengo una experiencia muy larga de esperanzas y desesperanzas. Cuando era profesor en La Laguna,
Valladolid o Barcelona había la esperanza de que las cosas iban a
mejorar. Y, de alguna forma, algo de franquismo sigue.
El nombre de democracia sirve a mucha gente, a aquella a la que se refería aquel cartel que, durante la Guerra Civil, se veía en algunas calles ‘No pasarán’.
Pero pasaron y, con todas las variaciones que sean, siguen pasando” (EL PAÍS).
- “No hay futuro sin memoria” (El Correo de Andalucía)
- “El Alzheimer colectivo es todavía mucho peor que el Alzheimer individual, y un país sometido a la falsificación de lo colectivo es un país condenado” (Filosofía & co)
“En esta sociedad los que no se lucran son considerados tontos, pero en realidad la gran desgracia es la obsesión por el dinero” (Lecturas Sumergidas)
- “El aprendizaje no es importante, sobre todo ahora que tenemos tantos medios de conocimiento e información; lo importante es crear libertad intelectual y capacidad de pensar” (Filosofía & co)
- "Creo que cualquier bandera entorpece. Lo que tenemos que tener es una bandera de justicia, de bondad, de educación, de cultura, de sensibilidad, de filantropía, otro sustantivo maravilloso de los griegos, el amor a los otros" (EL PAÍS).
- “La libertad de expresión es fundamental, pero lo verdaderamente importante es que haya libertad de pensar” (Cadena Ser)
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