Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 nov 2018

El regreso de una modelo feminista y reivindicativa

A sus 53 años, Paulina Porizkova, una de las primeras ‘top’, recupera portadas y campañas a la vez que usa Instagram para su activismo.

La modelo Paulina Porizkova, en Nueva York, el pasado febrero.
La modelo Paulina Porizkova, en Nueva York, el pasado febrero. GC Images

En la década de los 80, cuando uno de los grandes hitos para una modelo era aparecer en la portada del número de baño de la revista Sports Illustrated, Paulina Porizkova lo logró dos años seguidos: en 1984 y 1985. 

Su cara estaba en todas las revistas, de Vogue a Cosmopolitan; apareció en campañas de Chanel, Versace, Hermès o Dior, y en 1988 firmó un contrato con Estée Lauder estimado en seis millones de dólares que la situó entre las tops mejor pagadas del mundo (sería reemplazada en 1995 por Elizabeth Hurley). Además de por su belleza clásica, Porizkova también era famosa por decir siempre lo que pensaba, lo que la convertía en el sueño de cualquier entrevistador. 

“Siempre he detestado ser modelo.

 Es superficial y falso, y odio tener que preocuparme de mi aspecto”, declaraba a la revista People en 1985.

 En 1989, en Sports Illustrated ironizaba así sobre si su ocupación era relevante: “Sin duda. Eso y la neurocirugía”. Y añadía:

 “Lo que estamos haciendo es crearle un complejo a todas las mujeres de América”. 

La primera portada de Paulina Porizkova en la revista Cosmopolitan a los 17 años.
La primera portada de Paulina Porizkova en la revista Cosmopolitan a los 17 años. Instagram
“Todavía estoy de acuerdo con mí yo joven, sigo pensando que ser modelo es un trabajo tonto –afirma al otro lado del hilo telefónico al ser preguntada sobre si ha hecho las paces con su profesión–. Pero creo que cuando decía eso probablemente estaba intentando ser provocadora, y que la gente tuviera una impresión distinta de mí de la que sugería mi aspecto. 
En realidad era salvaje, alocada y bastante punk”. Lo que pasaba es que Porizkova quería ser escuchada además de mirada.
 “Siempre he dicho que una modelo es como la manzana en un bodegón. 
Te sacan brillo, te colocan donde quieren... Me resultaba muy deshumanizador, me hacía sentir como si lo que tuviera que decir fuera irrelevante.
 Solo cuando consigues un cierto nivel de fama adquieres una voz, y tardé un poco en entender que eso conllevaba también una responsabilidad”, explica
Desde que ella encontró su voz la ha utilizado sin descanso, pero ahora su eco llega más lejos gracias a las redes sociales. 
Instagram es como la revista Oprah de cada uno de nosotros”, apunta. Además de repasar su carrera con el hashtag #Paulina4Decades, en su cuenta lo mismo denuncia aquella vez que Revlon sustituyó su cuerpo por el de otra modelo en una campaña como los insultos que recibía en el colegio por ser inmigrante (nació en Checoslovaquia, pero se crió en Suecia después de que su familia huyera del régimen comunista, y hoy también es ciudadana americana). 
Además, en 2017 publicó un artículo en The New York Times que fue el germen de una conferencia TED titulada America Made Me a Feminist (América me hizo feminista), donde explicaba por qué volvía a sentir la necesidad de definirse como tal.
 En ocasiones también expresa su rechazo a las políticas de la administración Trump, y no es raro leer cómo se enzarza con sus haters: .

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