El autor de novela histórica gana con ‘Yo, Julia’. La debutante Ayanta Barilli, finalista.
Carles Geli
Novela histórica
con un buen, fidedigno (y extenso) sustrato real y protagonismo para
una mujer fuerte y sin complejos en estos tiempos de creciente
empoderamiento de un grupo que lee más que los hombres en España.
Ni el más sofisticado laboratorio literario hubiera dado con mejor fórmula para un superventas.
Y esos dos ingredientes son, precisamente, los ejes de Yo, Julia, obra con la que el césar de la novela de romanos en castellano, Santiago Posteguillo, recreando la vida de la emperatriz romana Julia Domna, ganó ayer en Barcelona la 67ª edición del premio Planeta, con sus 601.000 euros.
Un mar violeta oscuro, historia sobre tres generaciones de mujeres y debut como novelista de la polifacética actriz y periodista Ayanta Barilli, hija del escritor Fernando Sánchez Dragó, quedó finalista (150.250 euros).
A la gala del premio celebrada en la noche del lunes en Barcelona asistieron el ministro de Cultura, José Guirao, y la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, pero ningún representante de la Generalitat de Cataluña.
Inteligente, ambiciosa, un punto libertina y amante de la filosofía, Julia Domna (170-217) fue un auténtico carácter y a ella se atribuye que su marido Séptimo Severo se decidiera a tomar las armas para acabar con sus rivales políticos y alcanzar el trono de emperador. Ella le acompañó en las batallas del mismo modo que estudió filosofía con los sofistas.
Un carácter complejo y rodeado de intrigas y misterios para que el autor de las exitosas trilogías como la de Escipión (de la que sus editores dicen que ha tenido un millón de lectores) o la de Trajano la convirtiera en protagonista de su novela.
El título es un guiño al mítico y popular Yo, Claudio, de Robert Graves, si bien la Julia de Posteguillo no es la famosa esposa de Augusto, protagonista en el libro del novelista inglés.
“Creo que mis personajes femeninos han ido ganando en importancia; si antes no ha sido así es por culpa de mis fuentes históricas, que son todos hombres”, asegura Posteguillo (Valencia, 1967), fascinado por la Roma clásica desde un viaje que hiciera con seis años a la capital italiana.
Fue una sacudida vital que no se tradujo en literatura hasta mucho más tarde.
Empezó a escribir poesía y luego novela negra, pero el que acabaría siendo profesor de Literatura Inglesa del XIX en la Universidad Jaume I de Castellón (aún ejerce ahí) no publicó hasta los 39 años. La hipotética tardanza en su debut se compensó rápido: su Africanus (2006) fue el inicio de una trilogía sobre el general Escipión el Africano, vencedor de Aníbal, que completaron Las legiones malditas y La traición de Roma, convertida en una de las más exitosas de la novela histórica española.
El uso de técnicas y registros narrativos más propios del género policiaco, así como un trepidante ritmo donde se mezclan asedios, gladiadores y conspiraciones de todo tipo a pesar de ser historias no exentas de gran rigor —“intento serlo cada vez más; me da miedo distorsionar la historia”, defiende—, explican un éxito que le llevó de las guerras Púnicas a una segunda trilogía, con el emperador Trajano como eje, que conformaron Los asesinos del emperador, Circo máximo y La legión perdida.
“Roma es el mejor ejemplo de la lucha por el poder en cualquier imperio y eso está permanentemente de actualidad”, asegura quien, entre media docena de reconocimientos, obtuvo hace cuatro años el premio Barcino, otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona.
Quizá resultado de su profesión, Posteguillo tiene tres libros (La noche que Frankenstein leyó el Quijote; La sangre de los libros y El séptimo círculo del infierno) destinados a desvelar aspectos curiosos de la literatura, narrados con el mismo brío.
El tempo narrativo que Barilli (Roma, 1969) utiliza en Un mar violeta oscuro es más pausado, como requieren las pesquisas de corte intimista que realiza la protagonista, que bucea en el pasado de su abuela para explicarse cómo un hombre despiadado abocó a la locura a tres mujeres de la misma familia.
Es el estreno literario de una polifacética artista: actriz de cine y también de teatro, hasta la fecha solo tenía dos libros: uno de recopilación de cartas llegadas a un programa de radio que condujo y Pacto de sangre (2013), que hizo a cuatro manos con su progenitor, sobre las relaciones entre padres e hijos.
Ni el más sofisticado laboratorio literario hubiera dado con mejor fórmula para un superventas.
Y esos dos ingredientes son, precisamente, los ejes de Yo, Julia, obra con la que el césar de la novela de romanos en castellano, Santiago Posteguillo, recreando la vida de la emperatriz romana Julia Domna, ganó ayer en Barcelona la 67ª edición del premio Planeta, con sus 601.000 euros.
Un mar violeta oscuro, historia sobre tres generaciones de mujeres y debut como novelista de la polifacética actriz y periodista Ayanta Barilli, hija del escritor Fernando Sánchez Dragó, quedó finalista (150.250 euros).
A la gala del premio celebrada en la noche del lunes en Barcelona asistieron el ministro de Cultura, José Guirao, y la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, pero ningún representante de la Generalitat de Cataluña.
Inteligente, ambiciosa, un punto libertina y amante de la filosofía, Julia Domna (170-217) fue un auténtico carácter y a ella se atribuye que su marido Séptimo Severo se decidiera a tomar las armas para acabar con sus rivales políticos y alcanzar el trono de emperador. Ella le acompañó en las batallas del mismo modo que estudió filosofía con los sofistas.
Un carácter complejo y rodeado de intrigas y misterios para que el autor de las exitosas trilogías como la de Escipión (de la que sus editores dicen que ha tenido un millón de lectores) o la de Trajano la convirtiera en protagonista de su novela.
El título es un guiño al mítico y popular Yo, Claudio, de Robert Graves, si bien la Julia de Posteguillo no es la famosa esposa de Augusto, protagonista en el libro del novelista inglés.
“Creo que mis personajes femeninos han ido ganando en importancia; si antes no ha sido así es por culpa de mis fuentes históricas, que son todos hombres”, asegura Posteguillo (Valencia, 1967), fascinado por la Roma clásica desde un viaje que hiciera con seis años a la capital italiana.
Fue una sacudida vital que no se tradujo en literatura hasta mucho más tarde.
Empezó a escribir poesía y luego novela negra, pero el que acabaría siendo profesor de Literatura Inglesa del XIX en la Universidad Jaume I de Castellón (aún ejerce ahí) no publicó hasta los 39 años. La hipotética tardanza en su debut se compensó rápido: su Africanus (2006) fue el inicio de una trilogía sobre el general Escipión el Africano, vencedor de Aníbal, que completaron Las legiones malditas y La traición de Roma, convertida en una de las más exitosas de la novela histórica española.
El uso de técnicas y registros narrativos más propios del género policiaco, así como un trepidante ritmo donde se mezclan asedios, gladiadores y conspiraciones de todo tipo a pesar de ser historias no exentas de gran rigor —“intento serlo cada vez más; me da miedo distorsionar la historia”, defiende—, explican un éxito que le llevó de las guerras Púnicas a una segunda trilogía, con el emperador Trajano como eje, que conformaron Los asesinos del emperador, Circo máximo y La legión perdida.
“Roma es el mejor ejemplo de la lucha por el poder en cualquier imperio y eso está permanentemente de actualidad”, asegura quien, entre media docena de reconocimientos, obtuvo hace cuatro años el premio Barcino, otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona.
Quizá resultado de su profesión, Posteguillo tiene tres libros (La noche que Frankenstein leyó el Quijote; La sangre de los libros y El séptimo círculo del infierno) destinados a desvelar aspectos curiosos de la literatura, narrados con el mismo brío.
El tempo narrativo que Barilli (Roma, 1969) utiliza en Un mar violeta oscuro es más pausado, como requieren las pesquisas de corte intimista que realiza la protagonista, que bucea en el pasado de su abuela para explicarse cómo un hombre despiadado abocó a la locura a tres mujeres de la misma familia.
Es el estreno literario de una polifacética artista: actriz de cine y también de teatro, hasta la fecha solo tenía dos libros: uno de recopilación de cartas llegadas a un programa de radio que condujo y Pacto de sangre (2013), que hizo a cuatro manos con su progenitor, sobre las relaciones entre padres e hijos.
Un premio que se ‘exportará’ a Italia en 2019
El Planeta a Santiago Posteguillo ratifica la política reciente del
premio, que parece hallar al ganador entre los superventas de los sellos
del propio grupo, como demostraron Javier Sierra el año pasado o
Dolores Redondo en 2016.
La estrategia refuerza las espectaculares cifras de un galardón que desde 1952 ha vendido 43 millones de ejemplares.
La fórmula se exportará ahora a Italia, donde el grupo creará un galardón en 2019 a través de De Agostini.
Pero de solo 150.000 euros para el ganador.
La estrategia refuerza las espectaculares cifras de un galardón que desde 1952 ha vendido 43 millones de ejemplares.
La fórmula se exportará ahora a Italia, donde el grupo creará un galardón en 2019 a través de De Agostini.
Pero de solo 150.000 euros para el ganador.
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