Pasó una depresión y desapareció tres años.
Ya recuperada, la presentadora triunfa con ‘El Puente’ y prepara ‘Fama a bailar’.
Y se muestra tan desinhibida como en esta entrevista.
Mariló García Martín
“Siéntate, cariño”. Me dice Paula Vázquez
(La Coruña, 1974) tras encontrar un lugar cómodo para hacer la
entrevista.
La presentadora irradia buen rollo.
Regresa a su mejor forma después de haber pasado por una serie de problemas profesionales y personales que le tuvieron alejada de los focos durante años.
De eso hablará en nuestra charla.
Hoy está deslumbrante con un vestido largo (“que me quitaré en cuanto acabe con la promoción porque no es mi estilo”, nos dice).
La gallega triunfa en Movistar+ (en #0) con la segunda temporada de El Puente, un reality con argumento de lo más loco: siete concursantes aislados, que no se conocen, con una misión, construir un puente que les permita acceder a los 100.000 euros de premio. Además, empieza con los casting de Fama a bailar, que se emitirá en marzo de 2019.
Para rodar 'El Puente' se han ido a una isla desierta. ¿Qué dejaría olvidado en una isla? ¿Que qué dejaría en una isla desierta? ¿Cuánta gente me cabe? [risas] Antes no, pero ahora tengo a unos cuantos y a unas cuantas… Déjame pensarlo… En una isla dejaría a La Manada, allí tirados.
¿Cuál cree que es la causa para que haya gente que vea normal practicar sexo en grupo de forma tan violenta? Creo que la culpa la tiene el porno en internet.
Yo consumo porno online.
No tengo pareja, así que consumo este tipo de porno, sí. Y he comprobado que está muy de moda una categoría que se llama van gangbang, que es eso, muchos tíos, hasta 30, con una sola mujer. Lleva de moda año y pico, y es lo que se ve en la calle, y por eso hay hombres a los que les parece normal.
También está el lenguaje de las páginas porno. Todo es: "Guarra, zorra, cerda, puta"… Y esto está afectando a una generación muy joven que ve porno en el móvil, con un acceso que nosotras no tuvimos.
Los jóvenes de ahora están enganchados al porno.
Y el porno no tiene en cuenta a las mujeres para nada.
¿Cuál cree que es la solución para que los chavales no se enganchen al porno online? Ese tipo de porno hay que evitarlo. No nos insultes, no hagas porno con violencia.
Lo limitaría… porque las fantasías sexuales son maravillosas, pero todo tiene un límite.
A esos chavales les parece tan natural porque lo ven todos los días. Es constante el bombardeo que hay de publicidad, antes no había tanta presión.
Les diría que el porno no representa la vida real.
Usted que es tan combativa, ¿qué piensa de los famosos que aseguran que no hay feminismo ni machismo? Eso es ignorancia. ¿Qué ven entonces, que estamos bien? Pues no.
¿Por qué cree que hay un repunte de jóvenes que son machistas? Hace años decíamos que la gente no tenía la información, pero no es eso, porque ahora tenemos toda la información y somos unos putos ignorantes.
La presentadora irradia buen rollo.
Regresa a su mejor forma después de haber pasado por una serie de problemas profesionales y personales que le tuvieron alejada de los focos durante años.
De eso hablará en nuestra charla.
Hoy está deslumbrante con un vestido largo (“que me quitaré en cuanto acabe con la promoción porque no es mi estilo”, nos dice).
La gallega triunfa en Movistar+ (en #0) con la segunda temporada de El Puente, un reality con argumento de lo más loco: siete concursantes aislados, que no se conocen, con una misión, construir un puente que les permita acceder a los 100.000 euros de premio. Además, empieza con los casting de Fama a bailar, que se emitirá en marzo de 2019.
Para rodar 'El Puente' se han ido a una isla desierta. ¿Qué dejaría olvidado en una isla? ¿Que qué dejaría en una isla desierta? ¿Cuánta gente me cabe? [risas] Antes no, pero ahora tengo a unos cuantos y a unas cuantas… Déjame pensarlo… En una isla dejaría a La Manada, allí tirados.
Yo consumo porno online.
No tengo pareja, así que consumo este tipo de porno, sí. Y he comprobado que está muy de moda una categoría que se llama van gangbang, que es eso, muchos tíos, hasta 30, con una sola mujer. Lleva de moda año y pico, y es lo que se ve en la calle, y por eso hay hombres a los que les parece normal.
También está el lenguaje de las páginas porno. Todo es: "Guarra, zorra, cerda, puta"… Y esto está afectando a una generación muy joven que ve porno en el móvil, con un acceso que nosotras no tuvimos.
Los jóvenes de ahora están enganchados al porno.
Y el porno no tiene en cuenta a las mujeres para nada.
¿Cuál cree que es la solución para que los chavales no se enganchen al porno online? Ese tipo de porno hay que evitarlo. No nos insultes, no hagas porno con violencia.
Lo limitaría… porque las fantasías sexuales son maravillosas, pero todo tiene un límite.
A esos chavales les parece tan natural porque lo ven todos los días. Es constante el bombardeo que hay de publicidad, antes no había tanta presión.
Les diría que el porno no representa la vida real.
¿Por qué cree que hay un repunte de jóvenes que son machistas? Hace años decíamos que la gente no tenía la información, pero no es eso, porque ahora tenemos toda la información y somos unos putos ignorantes.
Es muy activa en redes sociales, sobre todo en Twitter, donde
tiene 300.000 seguidores. ¿Estamos gestionando bien esta pasión por las
redes sociales? Se nos ha ido la cabeza.
La verdad es que yo solo me entero de las cosas por las redes.
Y no es bueno, porque no toda la información es fiable, hay que contrastarla.
Los que compartimos cosas en redes estamos aprendiendo que antes de publicar algo hay que ir a la fuente.
Es todo muy rápido y, sobre todo, visceral.
No tienes a la gente delante y puedes soltar lo que quieres.
Ahora vosotros os sentís con las redes sociales como nos sentíamos los famosos hace muchos años. ¿Qué tal sienta?
Durante tres años estuvo desaparecida, ¿por qué? Tuve una depresión, estuve en tratamiento, así que mucho en lo laboral no pude hacer.
Fue una época fea en la que pasaron muchas cosas en mi vida al mismo tiempo y no solo en el curro.
Me desvinculé de la televisión. No me apetecía volver a los programas que se estaban haciendo.
¿Qué tipo de televisión que se estaba haciendo no le interesaba? Yo hago talent shows.
No me interesaba hacer Supervivientes [ella presentó la primera edición, cuando se llamó La isla de los famosos], no me gustaba el tono, no sé hacerlo.
Yo hice un programa de aventura y esto de ahora es un Sálvame en la playa.
Los programas del corazón son lo más misógino que tenemos en España.
Cualquier revista del corazón solo nos juzga por lo que has hecho con tu vida privada, si te has casado o tienes hijos. No sé si Andreu Buenafuente o Manel Fuentes tienen hijos.
¿Por qué no sé si Arturo Valls está casado? ¿Por qué de nosotras tienen que tener todos los datos?
Veo entretenimiento, y veo lo que están haciendo fuera de España y me fascina.
Pero nosotros, aquí no evolucionábamos, nos quedábamos obsoletos, generando un tipo de industria donde no había talento. Así que dije:
"Me voy". Y dije lo que dije, y sigo opinando lo mismo.
Y bien.
Echando la vista atrás, ¿se arrepiente de algo? Estoy contenta, hago lo que quiero y digo lo que quiero.
Mirando atrás creo que debería haberme preparado más. Siempre pienso que lo podría haber hecho mejor, haberme ido fuera a aprender idiomas.
Todos los veranos me iba dos meses a Los Ángeles, pero nunca me moví allí buscando un mánager o una agencia.
Tampoco me hacía falta, porque con el trabajito que tenía estaba hasta los cojones, era suficiente, enough, bastante. No me puedo quejar. Bastante bien he vivido.
Cada vez que lo pienso y miro atrás… sin ninguna preparación. ¿Cómo os he conseguido engañar a todos? He llegado a los 43 viviendo de esto, es flipante.
En mi vida personal sí que hubiera cambiado muchas cosas. No debería haberle dado tanta prioridad a mi trabajo. No estuve con mis abuelas en los últimos años.
Y no he tenido hijos, pero he congelado mis óvulos. No lo descarto todavía, aunque hay días que me veo ya muy mayor. Pero mira Anne [Igartiburu] con 50 [en realidad lo tuvo con 47].
Ahora mismo no lo veo.
Tengo miedo a arrepentirme, pero nunca he tenido esta necesidad de ser madre. No me muero por quedarme embarazada. Pero quizás dentro de dos años encuentro a un señor que se muere si no tiene hijos y le digo:
"Toma los óvulos y búscate a una gestante".
La verdad es que yo solo me entero de las cosas por las redes.
Y no es bueno, porque no toda la información es fiable, hay que contrastarla.
Los que compartimos cosas en redes estamos aprendiendo que antes de publicar algo hay que ir a la fuente.
Es todo muy rápido y, sobre todo, visceral.
No tienes a la gente delante y puedes soltar lo que quieres.
Ahora vosotros os sentís con las redes sociales como nos sentíamos los famosos hace muchos años. ¿Qué tal sienta?
Durante tres años estuvo desaparecida, ¿por qué? Tuve una depresión, estuve en tratamiento, así que mucho en lo laboral no pude hacer.
Fue una época fea en la que pasaron muchas cosas en mi vida al mismo tiempo y no solo en el curro.
Me desvinculé de la televisión. No me apetecía volver a los programas que se estaban haciendo.
¿Qué tipo de televisión que se estaba haciendo no le interesaba? Yo hago talent shows.
No me interesaba hacer Supervivientes [ella presentó la primera edición, cuando se llamó La isla de los famosos], no me gustaba el tono, no sé hacerlo.
Yo hice un programa de aventura y esto de ahora es un Sálvame en la playa.
Los programas del corazón son lo más misógino que tenemos en España.
Cualquier revista del corazón solo nos juzga por lo que has hecho con tu vida privada, si te has casado o tienes hijos. No sé si Andreu Buenafuente o Manel Fuentes tienen hijos.
¿Por qué no sé si Arturo Valls está casado? ¿Por qué de nosotras tienen que tener todos los datos?
Veo entretenimiento, y veo lo que están haciendo fuera de España y me fascina.
Pero nosotros, aquí no evolucionábamos, nos quedábamos obsoletos, generando un tipo de industria donde no había talento. Así que dije:
"Me voy". Y dije lo que dije, y sigo opinando lo mismo.
Y bien.
Echando la vista atrás, ¿se arrepiente de algo? Estoy contenta, hago lo que quiero y digo lo que quiero.
Mirando atrás creo que debería haberme preparado más. Siempre pienso que lo podría haber hecho mejor, haberme ido fuera a aprender idiomas.
Todos los veranos me iba dos meses a Los Ángeles, pero nunca me moví allí buscando un mánager o una agencia.
Tampoco me hacía falta, porque con el trabajito que tenía estaba hasta los cojones, era suficiente, enough, bastante. No me puedo quejar. Bastante bien he vivido.
Cada vez que lo pienso y miro atrás… sin ninguna preparación. ¿Cómo os he conseguido engañar a todos? He llegado a los 43 viviendo de esto, es flipante.
En mi vida personal sí que hubiera cambiado muchas cosas. No debería haberle dado tanta prioridad a mi trabajo. No estuve con mis abuelas en los últimos años.
Y no he tenido hijos, pero he congelado mis óvulos. No lo descarto todavía, aunque hay días que me veo ya muy mayor. Pero mira Anne [Igartiburu] con 50 [en realidad lo tuvo con 47].
Ahora mismo no lo veo.
Tengo miedo a arrepentirme, pero nunca he tenido esta necesidad de ser madre. No me muero por quedarme embarazada. Pero quizás dentro de dos años encuentro a un señor que se muere si no tiene hijos y le digo:
"Toma los óvulos y búscate a una gestante".
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